Madrid, 20 de septiembre de 2016 – Se ha celebrado en Sevilla la XVIIIª edición de los cursos de verano de la Comunión Tradicionalista que anualmente convoca la secretaría de formación de la CTC bajo la denominación de FORO ALFONSO CARLOS I. En esta ocasión el tema central de las ponencias era: “La familia”.
Estas son las conclusiones de este encuentro:
- Es imposible en España separar el concepto de familia de una cosmovisión cristiana. La familia es lo que es: un matrimonio, un padre, una madre, unos hijos. Pero la Familia de Nazaret nos enseña además el valor de la vida oculta como preparación para crecer y salir al servicio de la comunidad política más próxima (Nazaret) así como de la Patria.
- Constatamos que el liberalismo y las ideologías que atacan la Ley natural no han traído ni la libertad ni la felicidad a las personas sino un sufrimiento generalizado para cónyuges, hijos y toda la familia. Es urgente atender como es debido a las víctimas del divorcio.
- Expresamos nuestra esperanza ante cada nuevo matrimonio, ante cada nueva familia que nace. Poder formar una familia es una ventura y es posible cuando se afianza en los principios fundamentales, en el servicio mutuo, en el amor que consiste en querer el bien del otro.
- Transformar una casa en un verdadero hogar requiere dotarla de sus propias normas, usos y costumbres que son la base de la concepción foral española.
- Hay que recuperar el sentido de la autoridad, del orden que hace posible la libertad en cada familia. Esta autoridad se fundamenta en dos formas complementarias que son la maternidad y la paternidad.
- El principio de confesionalidad católica tiene su fundamento en la confesionalidad familiar, única forma de educar correctamente la conciencia.
- Es en la familia donde se deben educar los hijos. Los padres no pueden hacer dejación de esa responsabilidad cediéndola a los centros de enseñanza cuyo papel es únicamente el de colaborar en la tarea.
- El estado tiene la obligación, por el principio de subsidiaridad, de construir o mantener los centros escolares allí donde sea necesario, pero no es el responsable de dirigirlos ni tiene derecho a arrebatar a los padres su responsabilidad en la educación.
- El estado no es neutro. Denunciamos el totalitarismo con el que trata de imponer toda clase de teorías pedagógicas e ideologías contrarias a la verdad de la familia.
- El estado moderno está en pie de guerra contra la familia. Las familias, verdaderos agentes políticos, cuando viven insertas en las comunidades y arraigadas entre sus vecinos son un freno contra toda clase de totalitarismos, y una esperanza por tanto para una nueva sociedad.