No se podrá votar a los 16 años por muy poco

ANÁLISIS – El Pleno del Congreso de los Diputados estaba dividido el pasado 22 de noviembre en dos mitades. Estas dos mitades debatían la petición de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) de modificar la legislación electoral para rebajar a los 16 años la edad de voto. La proposición fue rechazada finalmente por 173 votos en contra frente a 168 a favor. Esta proposición de reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) fue apoyada por el PSOE, Unidos Podemos, PDECat (sucesores de la antigua CiU) y Compromís. Se opusieron a la propuesta el Partido Popular, Ciudadanos, el PNV y Foro Asturias.
Gabriel Rufián, portavoz adjunto en la cámara por ERC, defendió que rebajar la edad electoral a los 16 años cumplía con la resolución del Consejo de Europa, que exige a los países miembros ampliar el sufragio en las decisiones públicas. Los socialistas compararon la rebaja progresiva de la mayoría de edad en las últimas décadas con el momento actual y recordó que a los 16 años ya se tiene responsabilidad penal y se puede contraer matrimonio (y se puede también decidir qué tipo de tratamiento de transexualización se quiere tener).
Es cierto que los jóvenes tienen algunas responsabilidades y algunos derechos de adultos. “Pueden trabajar, pagan impuestos y viven bajo el mismo régimen jurídico”, según aducen los partidarios de la reforma. Hay argumentos racionales y también emocionales, como el de hacerles sentir que pueden decidir sobre cosas que afectan a su vida, sintiendo así más interés por la política. También se habla de intereses privados, cuando se plantea que los políticos cuidarían más los intereses adolescentes porque pueden contar con su voto. Se habla de comunidad, de enraizamiento de los jóvenes, de educación, de participación…
No obstante, los jóvenes menores de entre 16 y 18 años están tutelados legalmente por sus padres. Pueden trabajar y pagar impuestos directos si tienen o permiso de sus padres o solicitan, justificadamente, la ciudadanía de pleno derecho y la emancipación. Prácticamente, hasta los niños de 6 años que compran golosinas, pagan impuestos directos como el IVA. La responsabilidad penal de un menor no es completa, al menos en la práctica, en la medida en que cumplen la pena en un centro de menores… Se supone que un ciudadano de pleno de derecho es el que puede participar de las cuestiones públicas con libertad, ya no solo en los sistemas liberales sino en cualquiera. Y un menor no tiene las atribuciones jurídicas para participar en unas elecciones libres y limpias, aunque se le permitan aberraciones como abortar o cambiar de sexo.
La verdadera cuestión es ¿por qué están tan interesados en esta cuestión la izquierda catalana y el PDECat? A ellos se suman Unidos Podemos, y el PSOE a regañadientes, siempre en el último puesto con tal de no alinearse continuamente con el Partido Popular. ¿Por qué razón unos se oponen y otros aceptan esta reforma sin argumentos realmente sólidos?
¿Motivos electoralistas?

Queremos recordar las declaraciones de Carolina Bescansa que ya recogimos en ahorainformacion.es. La secretaria de Análisis Político de Podemos comentaba hace dos meses que si los mayores de 45 años no votaran, ahora mismo gobernaría Podemos. Esta interesante la forma de pensar vuelve ahora con Gabriel Rufián. Una visión que nos lleva en primer lugar a considerar que parte de la población no es de nuestro interés y que a ella no se le deben dirigir nuestras propuestas. En realidad, decir que los jóvenes son nuestros votantes es lo mismo que decir, no nos interesa España sino nuestro partido; no nos interesan los mayores de 45 años sino sólo los nuestros, los menores, incluidos los menores de 18.
De hecho Carolina Bescansa, ha dado su aval a tramitar la iniciativa de Rufián, avisando que su intención es reformar todo el sistema electoral, que en su opinión es perjudicial, que no garantiza que el voto de todos los españoles valga lo mismo y que sólo beneficia a PP y PSOE. Eso sí, tanto los socialistas como la antigua Convergencia ya han adelantado que no aceptarán que esta reforma toque otros puntos ajenos a la mayoría de edad.
Los partidos políticos tienen ya interiorizados los resultados del último CIS según el cual la derecha es “más vieja” y la izquierda progresivamente más joven. Por eso las políticas electorales van a centrarse en favorecer la precocidad del voto o bien en frenar estas medidas. El único interés de unos y otros es engrosar la cantidad de votos ante la posibilidad de nuevas elecciones antes de que termine la legislatura. Y ojo, también para un posible referéndum vinculante en Cataluña.
Los vecinos tendríamos que tener presentes las encuestas tanto como los políticos, pues son al fin y al cabo los estudios de mercado que utilizan para vender sus propuestas electorales partidistas.
¿Cuál es la mayoría de edad o el mejor momento para votar en la vida?
Tanto ERC como Unidos Podemos han considerado el voto como un hecho sociológico, como una meta a conseguir dentro de su estrategia de marketing político. Hemos asistido a numerosos espectáculos electorales para captar nuestra atención. La misma Carolina Bescansa declaró que tenía ese concepto del voto como hecho y no como juicio en una rueda de prensa de la que ya nos hicimos eco en este medio.
Las teorías políticas honestas, estén equivocadas o no, parten del voto como un juicio en el que el ciudadano toma parte de los asuntos públicos con libertad y con deseo de hacer mejor su comunidad. Eso implica por una parte condiciones de libertad internas de la persona y externas también. Internas son la madurez, una mínima inteligencia, una buena voluntad… Algunas son exigibles por las leyes tales como la edad o un trabajo (en los sistemas censitarios del siglo XIX) pero otras no, y son casualmente las fundamentales: la bondad, la inteligencia, la prudencia… Las condiciones externas de la libertad exigen no estar sometidos a una esclavitud o servidumbre política, sea sutil o manifiesta. Al margen de que defendamos el voto o no lo defendamos, todas las teorías políticas honestas reconocen que si no se cumplen estos mínimos a la hora de votar, más que votar, se comete una imprudencia, se interpreta una obra teatral, se acude asustado al colegio electoral…
En la medida en que un partido político en un sistema deficiente y corrupto como el nuestro, declara que el voto es un puro hecho, se está mostrando un interés muy pobre por “la gente” y se está teniendo una actitud deliberadamente totalitaria. Es una actitud que apunta al pucherazo. La izquierda española, con este tipo de declaraciones, está tratando a los ciudadanos como simple ganado electoral. El PSOE, el Partido Popular y Ciudadanos también lo harán en silencio, frenando estas iniciativas por interés propio.