Más incoherencia: el PP y los crucifijos de la Zarzuela
El Partido Popular es un cúmulo de contradicciones internas. Por una parte mantiene gestos cercanos a los católicos y por otra parte es el partido que más está promoviendo la legislación pro-muerte y la ideología de género en las comunidades autónomas donde gobierna.
Ayer, martes, el PP votó en contra de la moción de Podemos que pedía la retirada del crucifijo y la Biblia de las tomas de posesión de los cargos de presidente y de ministro. Todos los partidos presentes en el Senado votaron a favor de la iniciativa salvo el PP, que por primera vez utiliza la mayoría absoluta del Senado para defender los símbolos cristianos en las instituciones. ¿Significa esto que a partir de ahora el PP va a defender la tradición católica de España? ¿Cuándo ha defendido las exigencias morales del Evangelio este partido progre de centro reformista? Pierdan toda esperanza. Se trata simplemente de hacer ciertos gestos institucionales para mantener los votos de clave católica, que valoran favorablemente cualquier defensa de la religión en la vida pública.
Cristina Ayala, senadora del PP, ha declarado que “confunden laicidad con aconfesionalidad, y no es lo mismo”. En realidad, lo que confunde el PP es separación de la Iglesia y el Estado con eliminar los principios cristianos de la legislación. Esta senadora ha llegado a decir que “casualmente, EEUU es el paradigma de Estado que separa Iglesia y Estado, y en el Inauguration Day ha habido un evento religioso y el presidente ha jurado encima de dos Biblias (…) Y no es que haya jurado este. Es que desde 1789 todos los presidentes americanos juran encima de la Biblia, porque entienden que adquieren un compromiso superior, no solo el del valor cívico de representantes de sus ciudadanos, sino en sus creencias personales”.
Todo esto está muy bien -si pasamos por alto el espíritu acomplejado que lleva a los peperos a justificar sus actitudes con el argumento de que “los americanos hacen lo mismo”-, pero los votantes católicos han de recordar que la ley del aborto de José Luis Rodríguez Zapatero, que aprobaba el aborto libre hasta las 14 semanas y según supuestos hasta las 22 semanas del embarazo, no fue derogada por Mariano Rajoy. El PP ha tenido mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados durante 4 años y no se atrevió siquiera a eliminar el aborto eugenésico, que discrimina a los discapacitados desde el seno materno. La comodidad que supone defender un crucifijo o una Biblia en la Zarzuela no hace católico a un partido. Lo que hace cristiano a un político es cumplir ciertas exigencias (tan mínimas como el “no matarás) de la Ley de Dios mientras gobierna. El Partido Popular borró de sus intenciones, ya desde el gobierno de José María Aznar, cualquier derogación de las leyes anti-vida, lo mismo que con la ley de desmemoria histórica. Al fin y al cabo es el partido conservador. Conservador de la revolución.