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Un proyecto sobre los Zuavos Carlistas gana la XV edición del Premio Larramendi de historia del Carlismo

(Estella, 25 de enero de 2017) El jurado de la decimoquinta edición del Premio Internacional de Historia del Carlismo “Luis Hernando de Larramendi”, que convoca la Fundación Ignacio Larramendi, ha decidido por unanimidad otorgar el premio de esta edición a Agustín Pacheco Fernández y Francisco Javier Suárez de Vega, por su proyecto “WILS” y el batallón de Zuavos Carlistas, 1873-1874. Los autores investigarán el papel del holandés Ignace Wils y su hermano August, que acudió a España durante la Tercera Guerra Carlista para luchar con un batallón de Zuavos en el bando de Don Carlos. Una parte desconocida de la historia sobre la que apenas existe bibliografía. El premio está dotado con seis mil euros y la publicación del libro, que posiblemente sea traducido a otros idiomas, dada la proyección del asunto tratado más allá de España.

 El fallo del jurado se dio a conocer en la sede del Museo del Carlismo de Estella.

Además de este proyecto ganador, la fundación Ignacio Larramendi ha querido destacar otras aportaciones, como la de Ramón María Rodón Guinjoan, cuyo trabajo “Invierno, primavera y otoño del carlismo (1939-1976)”. Al tratarse de una obra ya finalizada, y no un proyecto de investigación no encajaba en las bases del premio, pero por su valor el jurado decidió proponer al patronato de la fundación su publicación.
Del mismo modo, el jurado ha decidido hacer mención especial a las aportaciones de Josep Miralles Climent, sobre la que el jurado ha propuesto a la fundación que preste apoyo económico para la realización de un trabajo sobre la represión franquista al carlismo durante la Guerra Civil y la primera posguerra hasta 1950. Y a Raquel Jiménez Sola, a la que se anima a profundizar en su proyecto de creación de un cancionero histórico del carlismo, con gran cantidad de documentación y el descubrimiento de obras olvidadas hasta el momento.

Los miembros del jurado de esta decimoquinta edición del premio han sido:

Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de ValugeraAndrés Gambra GutiérrezFrancisco MarhuendaStanley G. PayneAlexandra Wilhemsen, Francisco Asín Remírez de EsparzaMercedes Vázquez de PradaIgnacio Medina Fernández de CórdobaLuis Hernando de LarramendiManuel MartorellJavier GarisoainPablo Larraz Andía,

 

La fundación Ignacio Larramendi: su fundador, D. Ignacio Hernando de Larramendi y Montiano

Ignacio Hernando de Larramendi y Montiano (1921 -2001), Licenciado en Derecho, Inspector de Finanzas del Estado, máximo ejecutivo e impulsor de Mapfre entre 1955 y 1990, y creador de lo que ahora se conoce como Grupo Mapfre, conformado por la Fundación Mapfre y Mapfre, SA, entidades ambas de las que fue su primer Presidente, promotor siempre de actividades culturales y fundacionales, pero fundamentalmente desarrolladas en los años posteriores a la finalización de su vida profesional activa, y vinculado al carlismo desde su juventud, cuando participó con 16 años en las fuerzas voluntarias carlistas durante la guerra civil, constituyó, en 1986, con capital propio, al que luego añadiría los beneficios derivados de su jubilación en Mapfre, una fundación, cuyo patrimonio está conformado por lo que en otro caso hubiera sido la herencia de sus nueve hijos (que se honran con la decisión que en ese sentido tomó su padre), para ensalzar con ella la memoria de su progenitor, Luis Hernando de Larramendi, y su impronta de generosidad, de fidelidad a unos principios religiosos, de lealtad en su adhesión al carlismo, de desprendimiento en lo personal, y de independencia y libertad en su conducta. Junto con otros aspectos que constituye n su objeto, a saber: a) el fomento de la caridad en las relaciones sociales como expresión concreta del amor y preferencia por los débiles y pobres, base de la doctrina de la Iglesia Católica, b) el análisis de la función de las instituciones independientes como medio de optimización de recursos y dinamización de la sociedad, c) la promoción de estudios o actuaciones de carácter científico y cultural de interés general no lucrativo, el que tiene especial atinencia a este epílogo, es el del estudio de la influencia histórica de la acción del carlismo en la sociedad española.

La figura de D. Luis Hernando de Larramendi, a quien está dedicado el premio

Para dar contenido a ese objeto fundacional, la Fundación, que tras la muerte del fundador cambió su nombre inicial por el de Fundación Ignacio Larramendi, decidió convocar un premio internacional de historia del carlismo, con el nombre de quien fue insigne tribuno tradicionalista, fogoso orador carlista, autor de numerosas obras doctrinales, Secretario General de Don Jaime de Borbón, para los carlistas el Rey Jaime III, y ejemplo de convicciones religiosas y morales, de honestidad personal y de independencia.

Don Luis Hernando de Larramendi (1882-1957) a quien está destinado el Premio, aunque su padre no fue carlista, se sintió así desde niño escuchando los recuerdos de su abuelo y otros familiares, veteranos de las guerras carlistas y de la Guerra de independencia, y mantuvo fidelidad a esos principios, y a su acendrada religiosidad, hasta el último día de su vida, el 27 de Diciembre de 1957. Su única actividad profesional fue el ejercicio independiente de la abogacía, siempre en solitario, al modo de los barrister ingleses, y con sus solos ingresos profesionales sufragó su participación desinteresada en la política y su dedicación trepidante al carlismo, de manera singular hasta 1937.

A los 22 años dirigió un periódico tradicionalista de corta tirada, El Correo de Guipúzcoa, fue Presidente de la Juventud Carlista de Madrid, escribió una serie de folletos en el segundo decenio del siglo XX, bajo el título genérico de En la Avanzada, publicó numerosos estudios de sociología para el Centro de Publicaciones Católicas, y participó activamente en la vida política del carlismo de aquella época, como candidato jaimista por la circunscripción de Oviedo en las elecciones de 1910, luego en 1914 como candidato por Vitoria frente a Eduardo Dato para paliar la defección de Esteban Bilbao, levantando más tarde bandera de lealtad y legitimidad frente a la escisión mellista, asumiendo la dirección política del Partido Jaimista en 1919, con el título de Secretario General de la Comunión Tradicionalista, desde donde llevó a cabo una incansable labor, convocando una Junta Magna en Biarritz en 1919, otra asamblea en Lourdes en 1921, proponiendo a Don Jaime III que contrajera matrimonio para continuación de la Dinastía Legítima, argumentando jurídicamente la nacionalidad española de Doña Blanca de Borbón y Borbón, hija del legendario Carlos VII, amén de otras muchas cosas más, hasta que en la dictadura de Primo de Rivera se aparta de la política para volver de lleno a ella en 1931, cuando tras el advenimiento de la República, y el amedrentamiento de las fuerzas y capas de la sociedad no revolucionarias, se presenta con el apoyo de los 23 socios del Circulo Jaimista de Madrid de aquella época, como único candidato que en toda España concurre a las elecciones constituyentes baja la postulación de monárquico, comenzando una frenética actividad política, en la que recorre toda España interviniendo en más de 450 mítines tradicionalistas, dos o tres por semana, fundando el semanario Criterio (del que es aleccionador ver desde la España de hoy la altura intelectual y la elegancia de las formas con que se expresaba, pese a la terrible temperatura política y social del momento) volviendo a participar en las contiendas electorales, siempre acudiendo a los lugares más desesperados y de menor posibilidad de éxito, figurando como integrante carlista en el Front Cátala d’Ordre, por la circunscripción de Gerona, en las dramáticas elecciones del 16 de Febrero de 1936.

Consigue trasladarse a San Sebastián al poco de comenzar la guerra, donde ya estaba su familia, y allí lleva a cabo una actividad política basada fundamentalmente en su contribución doctrinal a prensa y boletines de circulación general y tradicionalistas, lo que abandona tras el Decreto de Unificación, que nunca aceptó, hasta el punto de rechazar la cartera del Ministerio de Justicia que se le ofrecía, teniendo que soportar como la censura que a continuación se instaló le prohibió publicar la obra en la que se contiene su corpus doctrinal, El Estado Tradicional, que finalmente sería publicada por su hijo Ignacio, en 1952, al presentarla de nuevo la censura bajo el título de Cristiandad, Tradición y Realeza, y efectuar un cambio en el orden y en el título de algunos capítulos. Distanciado de la política tras el fin de la guerra, apoya a los grupos de estudiantes tradicionalistas del que forman parte sus hijos, publicando en las revistas y panfletos entonces clandestinos, artículos de la enjundia del que se reproduce a continuación, y que ha formado durante mucho tiempo parte de la presentación con la que la Fundación Ignacio Larramendi prologaba sus actividades carlistas. No deja de participar, desde la soledad de su despacho de abogado, en actuaciones de esa índole, pero fuera del primer plano, siendo su última aparición en público una conferencia que pronuncia en el Ateneo de Barcelona en Diciembre de 1956, ante un nutridísimo público de carlistas y tradicionalistas de la zona. La muerte le llega sin previo aviso, en la madrugada del 27 de Diciembre de 1957, después de haber asistido en la mañana del día anterior, como todos los días, hombre de misa y comunión diaria, a la Iglesia de los Oblatos. Tenía entonces 75 años. Una vida que no se puede comprender sin su fe religiosa ni su lealtad carlista.

El Premio Internacional de Historia del Carlismo Luis Hernando de Larramendi

Para ahondar en el estudio de la influencia en la sociedad española de un movimiento político al que Don Luis Hernando de Larramendi, y su hijo, el promotor de la Fundación, en estela que continúa en la familia, dedicaron y dedican tantos esfuerzos, se decidió convocar un premio, no para apología del carlismo, sino para divulgación de su presencia e importancia en la vida pública española, llevándose a cabo ese llamamiento por primera vez en el año 1988, fallándose en 1990, a favor de la obra Los Combatientes Carlistas en la Guerra Civil Española, 1936-1939 de Don Julio Aróstegui, ex aequo, con la obra del Profesor Don Julio Montero Díaz El Estado Carlista, principios teóricos y práctica política, 1872-1876.

El Premio, además de la dotación económica, que ha ido aumentando, conlleva la edición de la obra u obras premiadas. Tras algunos balbuceos iniciales, la Fundación tuvo la fortuna de poder colaborar con la Editorial ACTAS, lo que ha permitido que, hasta ahora, en que el mundo digital hace incierto el futuro editorial, con el transcurrir de los años, los libros ganadores del galardón, junto con algunos otros de temática carlista que la Fundación ha decidido publicar, conformaran una colección propia dentro de la importante labor editorial de ACTAS, que naturalmente lleva el nombre del tribuno tradicionalista en cuya memoria se constituyó la Fundación, Colección Luis Hernando de Larramendi, lo que ha permitido que los libros tuvieran la importancia que les da el formar parte de un corpus, y no ser obritas aisladas dispersas e inencontrables, al tiempo que les ha dotado de una prestancia editorial, y de un rigor profesional de gran calidad.

En el momento actual, con los cambios tecnológicos, también la fundación ha modificado su manera de acometer la publicación de las obras premiadas, y ahora en contacto con la editorial Schedas, publica sus obras en formato electrónico, en impresión bajo demanda, y quedando accesibles también las obras como ePub. Igualmente formarán parte de una colección propia de la editorial que queda destinada a estas obras del Premio de Historia del Carlismo Luis Hernando de Larramendi.

La relación completa de las obras publicadas dentro de la colección de historia del carlismo Luis Hernando de Larramendi puede consultarse en la página Web de la fundación, www.larramendi.es

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