La economía de los vecinos no se recupera al ritmo de la economía general de España. El bolsillo de los españoles se resiente según el V monitor anual de Adecco. El estudio de la empresa de recursos humanos mide la situación de los salarios de nuestro país y ha sacado dos conclusiones muy interesantes: que hay gran diferencia entre los salarios medios de las diferentes regiones y que el sistema cifra el enriquecimiento de nuestro país en el consumo.
A la pregunta de porqué el vecino medio pierde dinero año a año cuando trabaja lo mismo está en el consumo. El poder adquisitivo ha caído un 2,4% en los últimos 5 años debido a que el crecimiento del Indice de Precios de Consumo (IPC) es más rápido que el crecimiento de los salarios en el sector de la industria y de la construcción. En el caso del sector servicios, la caída en un 0,2% de los salarios, sitúan la caída del poder adquisitivo en una situación más preocupante. Estos cinco años coinciden con los años del Gobierno del PP dirigido por Mariano Rajoy.
Pero los datos no son iguales en todas las comunidades. El poder adquisitivo se ha recuperado en un 2,5% y en un 0,6% en Madrid y Cantabria. Por otra parte, a pesar de la subida de precios a perjuicio de los salarios, las comunidades del País Vasco, la Comunidad de Madrid, Navarra y Cataluña tienen un salario superior al nacional. El salario medio nacional ha crecido en los últimos 5 años un 0,1% pero eso no ha sido indicativo de que en las regiones más pobres haya mejorado la situación económica de la gente común. La brecha salarial es de un 46% de diferencia entre el salario extremeño –el más bajo– y el salario vasco –el más alto.
Unos datos caóticos que revelan la injusticia económica
ANÁLISIS – Para los españoles la gran diferencia salarial entre ellos es un modo de contemplar cuán distintas se hacen las cosas en sus diferentes territorios. Lo que sorprende es que las comunidades dirigidas por secesionistas –Cataluña, País Vasco y Navarra– son los que tienen los salarios más elevados. El egoísmo económico conduce a los malos políticos hacia la huida del proyecto nacional. En lugar de contribuir con la riqueza a cambiar la estructura económica de los que tienen menos recursos, se ha escogido la vía de la separación. Esa es una de las razones del decrecimiento del nivel de vida. Pero también es causa de una crisis mayor: la que concierne al espíritu humano.
Pero la razón más importante para el decrecimiento de la economía de la gente normal es precisamente el incremento de los precios y del consumo, que han puesto en jaque la capacidad económica del español medio. Los beneficiados por un consumo más alto son los propietarios de las empresas y el Estado por medio del IVA y demás impuestos indirectos. El ciudadano se encuentra empleado en esas empresas, que pueden contratar más personas en una esclavitud sutil. Ese dinero se producirá para engrasar la maquinaria del consumo y no para el ahorro. El ahorro preserva la riqueza y se invierte para construir familias y transformar la fisonomía social a lo largo del tiempo. Los recursos ahorrados no son para el avaro, sino para aquellos que tienen sueños políticos y comunitarios. Y sin embargo, al espolear el consumo, más que salario medio, recibimos una paga esclava de ser reinvertida en las empresas y en el sistema económico que mueve los hilos.
El liberalismo político y el capitalismo han engañado al vecino de a pie. Han vendido el mito de la libertad de mercado para introducir sus compañías esclavistas de manera disimulada en nuestras estructuras sociales. La libertad de mercado no es un derecho, debería ser un hecho consumado. Pero la economía debería basarse en ideales más importantes que en el beneficio inmediato. La inversión responsable, la creación de empresas que sustenten un modo de vida ecológico y ético, el mantenimiento de la comunidad, la investigación, LA FAMILIA Y LA PATRIA… Son puntos fundamentales que deberían estar en el horizonte. Si lo estuvieran, el carro de la compra de los españoles no se encarecería.