La ley de gestación subrogada que propone Ciudadanos
NAVARRA CONFIDENCIAL – Ciudadanos propone aprobar una ley de gestación subrogada y, debido a la polémica interna que genera esta cuestión en el seno de todos los partidos, reclama que estos dejen a sus diputados libertad de voto.
La propuesta resulta llamativa porque la libertad de voto está muy bien cuando hay listas abiertas y uno ha podido elegir a tal o cual diputado en lugar de a otro precisamente por su postura respecto a la gestación subrogada, por ejemplo. Si la gestación subrogada es algo que no iba en el programa electoral de los partidos, y tampoco hay listas abiertas, lo que en el fondo propone Ciudadanos es que la cuestión del vientre de alquiler se dirima en una especie de encuestilla entre 350 personas, sin conexión alguna ni con lo que se deba hacer, en un sentido moral, ni con lo que puedan pensar los ciudadanos.
Por lo demás, la postura de Ciudadanos resulta completamente cuestionable y hasta temible. Una ley de gestación subrogada, casi por definición, no puede ser ni “altruista” ni “garantista”, como reza el marketing en el que Ciudadanos trata de envolver la legalización del vientre de alquiler.
El niño no es una cosa.
El niño no es un producto manufacturado por el vendedor como una chaqueta.
Una chaqueta no tiene derechos, un niño sí. No existe el derecho de los padres a comprarse un niño como a comprarse una chaqueta.
Es el niño el que tiene derechos antes que los padres. Los niños no se compran ni se poseen. El niño merece y necesita más protección que los padres porque es la parte más débil, indefensa y vulnerable.
Todos nos echaríamos las manos a la cabeza si alguien empezara a hablar de la posibilidad de comprarse una negra de 20 años, pero si la negra es una recién nacida y blanca, ya empezamos a considerarlo aceptable y progresista.
Aunque no se pague un precio, los niños tampoco se donan. Donar niños, de todos modos, ya sabemos que es sólo el primer paso para “normalizar” el tráfico de niños.
Las donaciones gratuitas de niños por sí solas no pueden resolver la demanda existente de niños. Por tanto la donación de niños no se pretende implantar realmente para resolver esa demanda, sino que la intención final es normalizar el fenómeno, paso previo a que las compraventas sucedan a las donaciones.
Que los niños se puedan concebir para donar o vender implica entender la maternidad como un fenómeno en el que se desvincula totalmente la gestación del amor y el sentimiento hacia el niño, aparte de la cosificación de los niños y de las madres.
La normalización del vientre de alquiler, en el fondo, significa que las mujeres pobres parirán para las mujeres ricas (y para los homosexuales ricos claro). A falta de incubadoras eficientes, alguna rumana o peruana se encargará de la gestación y el parto de los hijos de las ricas, de los futbolistas, de los presentadores de televisión o de las actrices y modelos que no quieran estropear su figura. ¿Para qué pasar por las molestias de un embarazo las mujeres del primer mundo cuando puede sufrirlas a cambio de un módico precio una mujer del tercero?
Normalizar la compraventa de niños es también, a fin de cuentas, una consecuencia lógica de la normalización del matrimonio gay. No podemos “equiparar” los matrimonios homosexuales si no pueden conseguir-comprar hijos de alguna manera.
El vientre de alquiler tiene que ver también con la intolerancia a la frustración en una sociedad cuya mente colmena cada vez se asemeja más a la de un adolescente caprichoso y malcriado. Lo quiero. Si lo quiero tengo que tenerlo. Es que SIENTO que tengo que tenerlo. Y lo quiero ya. Ningún fascista puede impedírmelo.
La normalización de la compraventa de niños, puesto que la lógica es la misma, a su vez generará como consecuencia inevitable el bebé medicamento y la normalización del tráfico de órganos, al tiempo.
Con la normalización de la compraventa de niños habrá muchas empresas que nos ofrezcan niños, estableciéndose una feroz competencia en el precio del niño, la raza del niño, el coeficiente intelectual del niño. Habrá también niños defectuosos o que no respondan a las expectativas del comprador, sotcks de niños, devoluciones, permanencias, multiofertas de niño-coche-seguro-hipoteca. Paradójicamente, esto va a suceder si nadie lo remedia en sociedades que dicen que el capitalismo es muy malo y que hay que limitar a los mercados.
Para compensar toda esta miseria, meteremos más desahuciados o más niños en patera en los telediarios, haremos como que nos preocupamos más por ellos e incrementaremos nuestra indignación general por las miserias del mundo, para seguir manteniendo una excelente opinión de nosotros mismos. ¿Alguien lo duda? Somos maravillosos.