El Ayuntamiento de Barcelona está poniendo trabas en la construcción de la Basílica de la Sagrada Familia. Consideran que su construcción no es una prioridad. El templo expiatorio, que se financia por las limosnas del pueblo, debería culminarse en 2026. Lo que se ha frenado es la construcción de la escalinata que desciende desde la fachada de la Gloria hasta la avenida Diagonal, la más grande de la ciudad condal.
Esa escalinata necesita una importante modificación urbanística en una zona muy concurrida de Barcelona. Requiere la demolición de 150 departamentos y la reubicación de sus inquilinos.
Parece ser que el templo no es de la devoción del Gobierno de Ada Colau, podemita, que se precia por su odio a la Iglesia Católica.
Hasta que este punto se esclarezca, continúan los trabajos en otras áreas del templo. Para finales de este año se deberían culminar las dos torres, una de las cuales es la dedicada a Jesús y que tendrá 175 metros de altura. También se debería terminar la segunda sacristía y que es la última intervención en el actual perímetro de la catedral.
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