La valentía de los cristianos en los países musulmanes es sorprendente. El pasado agosto, el dia de la Fiesta de la Transfiguración del Señor, se instaló en el pueblo de Alqosh una cruz gigante sobre cuatro arcos en la entrada del pueblo. Dicha cruz puede iluminarse por la noche. El pueblo donde se ha instalado se libró de la tiranía del Estado Islámico por algunos kilómetros y ha sido, durante los últimos tres años, una frontera entre el territorio kurdo y el territorio del Califato.