En materia educativa, la Filosofía ha terminado de ser relegada como materia optativa en la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) por el Consejo Interuniversitario de Cataluña. Esto no es culpa solamente de la Generalidad de Cataluña o de las Universidades Catalanas. El Gobierno de España también, el pasado diciembre de 2016, hizo la norma estatal que consagró la irrelevancia de una asignatura antigua y necesaria. Ahora, la Historia de la Filosofía no se encuentra en la fase común y obligatoria de los exámenes de Selectividad. Ahora, se podrá escoger en la fase específica para subir nota, si se quiere.
ANÁLISIS – Relegar las humanidades a un segundo plano, a algo optativo, es considerar la libertad como optativa también. La cultura española y la cultura occidental se sustentan en la Literatura, en la Historia, en el Arte y en la Filosofía. La Filosofía es la artífice de nuestra desgracia liberal actual, es cierto: John Locke, Hobbes, Descartes, Inmmanuel Kant, Hegel… Pero también es la madre de la sabiduría natural europea: Sócrates, Platón, Aristóteles, Plotino, Boecio… Una generación sin la Filosofía en la formación obligatoria es una generación manipulable. La tendencia de las autoridades educativas a relegar las Humanidades a un segundo plano no entiende que la mentalidad, la lengua, la riqueza cultural española proviene de Lope de Vega, de Quevedo, de la Generación del 98, de los realistas, del Siglo de Oro… Y también de Santo Tomás de Aquino, de la filosofía neoplatónica, de Agustín de Hipona… Y porqué no valorar a los filósofos modernos y contemporáneos que han mantenido viva la discusión: Husserl, Edith Stein, Brentano, Kierkegaard Heidegger… Todos conocemos esos nombres, y no es para menos. En realidad, sus escritos, reflexiones, riqueza lingüística, profundidad… nos han dotado de los elementos que tenemos hoy para comprender la Verdad y para luchar por la justicia social.