El boicot a productos catalanes puede afectar a todos los españoles
Frente al boicot de productos españoles y catalanes, la Confederación Regional Empresarial de Extremadura (Creex) advierte que boicotear perjudica también al resto de españoles. Francisco Javier Peinado, secretario general de Creex, ha comentado que “cada vez que boicoteamos un producto catalán nos pegamos un tiro en el pie”, ya que “afecta a las empresas proveedoras, por ejemplo de Extremadura, que es fuerte en el sector agroalimentario”. La economía es nacional y el pan de nuestras familias no se reparte por los gobiernos de las comunidades autónomas. En ese sentido, boicotear no sería una acción trivial sino que hay que decidirla con seriedad, siendo conscientes de las repercusiones económicas no solo a Cataluña sino a nuestros propio bolsillo o al de otros compatriotas.
Manuel Vázquez Calleja, consejero delegado de Conesa, ha contado al diario extremeño Hoy que de las pizzas de Casa Tarradellas “seguramente el atún proceda de Galicia y la harina de Andalucía”. Conesa es una empresa extremeña que transforma el tomate y proporciona las salsas a la empresa alimentaria catalana.
Esto no nos dice que el boicot sea malo o bueno, o que no haya que hacerlo. Lo que nos dice es que es una acción con consecuencias. En la vida cotidiana, ciertas acciones políticas de patriotismo las hacemos para empobrecer a los separatistas. Sin embargo, quizá empobrecer las empresas catalanas es empobrecer a los catalanes españoles, al resto de compatriotas y enriquecer el odio de los separatistas. Quizá no. A lo mejor podríamos tomar soluciones intermedias como comprar menos productos de algunas empresas catalanas. Así los proveedores no se verían tan afectados.
España es una y todos tenemos que tirar hacia adelante. No valen acciones con odio, sino reflejar la verdad de nuestra historia y nuestras tradiciones.