Hogar Social, un experimento de lucha antisistema
El pasado lunes la Policía Nacional desalojó sin incidentes ni detenidos un edificio en la Plaza Margaret Thatcher de Madrid, las antiguas oficinas del Banco de Madrid, respondiendo a la denuncia de los propietarios del inmueble. El edificio, en el que residían unas 20 familias, estaba okupado por el grupo Hogar Social Madrid.
Este grupo es conocido como de ultraderecha española, ya que su misión es repartir alimentos a familias necesitadas “sólo si son españolas”, y protagonizó el ataque a la mezquita de la M-30 tras los atentados yihadistas en Bruselas.
La líder de Hogar Social Madrid, Melisa Domínguez Ruiz, que rechaza la etiqueta de ultraderecha, ha expresado que no recibieron un aviso previo al desalojo, como la ley establece que debe ocurrir. En una entrevista con El Español el año pasado, Melisa Domínguez criticó a las autoridades por tratar preferentemente de modo habitual a los okupas de izquierdas en comparación con los okupas de derechas, ya que defiende que los okupas de izquierdas siempre reciben un aviso previo al desalojo y los de derechas no.
“Existe un trato muy diferencial. En dos años este fue nuestro quinto desalojo. Las casas okupas aquí en Madrid de extrema izquierda llevan entre 5 y 10 años okupadas. A nosotros, en una media de 4 ó 3 meses y medio nos echan. Exigimos un trato igualitario”.
Hogar Social Madrid, que dice repartir alimentos semanalmente a dos centenares de familias desde sus diferentes sedes (edificios okupados), ha acampado provisionalmente en la plaza Cibeles. Para evitar esta situación, Carmena les ha ofrecido un albergue, que por el momento ha sido rechazado por el grupo.