En su viaje a Irlanda con motivo del Encuentro Mundial de las Familias celebrado durante la semana pasada en Dublín, Irlanda, el Santo Padre ha pedido perdón tres veces en dos días por los casos de pederastia por parte de sacerdotes católicos en Irlanda. Lo hace en el contexto de los abrumadores casos de pederastia homosexual que han salido a la luz a mediados de este mes en Estados Unidos. Francisco reemplazó la fórmula del acto penitential de la misa (“Yo confieso”…) por un discurso de petición de perdón por los abusos de los religiosos.
El papa ha reiterado varias veces su petición de perdón. La cuestión que planea en el aire es ¿será suficiente esta actitud para neutralizar la demoledora campaña de propaganda anticatólica que está aprovechando las circunstancias para criticar a la Iglesia en general, y con una actitud de venganza manifiesta?