El problema de la okupación en España no para de aumentar. En la actualidad existen alrededor de 100 mil pisos okupados en nuestro país. Esta situación genera además numerosos altercados entre vecinos y okupas, así como entre okupas y propietarios.
Muchos pisos okupados, además, son utilizados como “narcopisos”, a los que personas sueltas o grupos acuden a drogarse o realizar negocios ilegales. Este problema, que a menudo va acompañado de crímenes contra propietarios, vecinos o entre okupas, es especialmente frecuente en Madrid y Barcelona, donde la oposición ya reprobó en el mes de agosto a Ada Colau por el deterioro de las calles de la ciudad y la creciente inseguridad, más notable en el barrio del Raval.
Lo preocupante de esta situación es la insuficiencia de las medidas jurídicas y policiales, que no evitan que algunos pisos desalojados vuelvan a ser okupados pocos días después, a menudo por mafias, y que muchos pisos ni siquiera son desokupados o esto ocurre después de mucho tiempo.
Por esta razón, han aumentado también los “comandos desokupa”, grupos de vecinos que tapian entradas a viviendas abandonadas para evitar su okupación y el consiguiente aumento habitual de la presencia de droga. La situación de los pisos okupados genera tensión y problemas por todos los lados.
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