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Antes de comentar la selección de noticias que hemos preparado para hoy, compartimos esta reflexión (de hace cien años) de Vázquez de Mella sobre la ciudad de Barcelona:
Barcelona era la más espléndida ciudad del Mediterráneo. Ni Marsella, ni Génova, ni Nápoles son a ella comparables. Mirada desde el Tibidabo, desde Montjuic o desde el alto de Roquetas, el soberbio panorama de la gran ciudad, salpicada de magníficos monumentos antiguos y orlada de otros modernos que hermoseó el arte con opulenta variedad arquitectónica, con la animación de sus Ramblas, la alegría de sus paseos, orlados de palmeras, los inmensos pebeteros de sus fábricas que dibujan las márgenes del Ter y del Llobregat, con su calle de las Cortes, que no puede ostentar París, Barcelona era el orgullo de España y la primera de sus ciudades.
Y ahora, las fábricas cerradas, y muchas en quiebra, la paz ausente, el odio en la atmósfera y la muchedumbre rugiendo, las bombas en las calles… ¡precipitando el éxodo forzoso del capital, la emigración de la riqueza y de la esperanza!
Que esta situación se prolongue algún tiempo, y la ciudad espléndida, la reina del Mediterráneo, no será más que el vasto osario de su antiguo poderío, sobre el cual puede sentarse satisfecho de su obra el sindicalismo revolucionario y el separatismo, el radicalismo y la política cobarde y corruptora también, porque todos serán los autores de la muerte de Barcelona y de la herida gravísima de España, que probará con ella, una vez más, que es solidaria con Cataluña en el amor que exalta como en la tragedia que desgarra.
Mayoría [de] votantes [en] Florida apoya construcción de muro fronterizo, según estudio (El Nuevo Herald)
La mayoría del Partido Demócrata en la Cámara Baja estadounidense provocó un “cierre de gobierno”, dada su negativa para reforzar la seguridad de la línea fronteriza con México mediante la controvertida propuesta del “muro de Trump”. Pero no parece que los ciudadanos estén con ellos. Para muestra, un botón, según dicen (la opinión del sociológicamente conservador e históricamente hispano Estado de Florida).
Según un estudio divulgado por la Universidad Atlántica de Florida (UAF), el 55% de su electorado está a favor de la construcción del “muro”, frente a un 37% de escépticos. Si bien dentro del último grupo está el 67% del electorado demócrata, el 59% de los votantes independientes, además del 84% de los republicanos, es partidario del mismo. En esa línea parece ir también esta valoración de nuestros amigos de Navarra Confidencial (NC):
Salta a la vista también que nadie puede acoger un número infinito de inmigrantes y atenderlos sin incrementar exponencialmente los costes de su sistema sanitario o educativo. Es posible que parte de esos inmigrantes consigan empleo, consuman y paguen impuestos, pero es la parte que podría haberse acogido de todos modos legalmente. Por lo demás, a nadie se le escapa que el control de las fronteras es necesario para aumentar la seguridad interior, mucho más ante el creciente y justificado temor generado por la amenaza yihadista. Muchas personas que se indignan cuando Trump habla de un muro tienen en su casa una puerta blindada, todas ellas tienen aunque sea una puerta. En alguna medida es probable que el rechazo exagerado a la inmigración tenga como causa una política previa de apertura exagerada y papeles para todos. Cabe señalar también que el inmigrante que ha conseguido por fin un empleo y una estabilidad en el país de acogida puede ser votante de Trump. A fin de cuentas ya no le conviene la entrada de una avalancha de nuevos inmigrantes con los que tenga que competir por su puesto de trabajo y su bienestar o que generen una puja a la baja de su salario.
El plan para finalizar las 119 millas del ferrocarril de alta velocidad de California costará 89 millones de dólares por milla, 4 veces más que el muro fronterizo de Trump (The Daily Caller – en inglés)
El plan del gobernador demócrata californiano Gavin Newsom para finalizar el tramo de 119 millas del ferrocarril de alta velocidad en el Valle Central podría alcanzar un coste de 10’6 millones de dólares, de acuerdo con las estimaciones oficiales -u 89 millones por milla, esto es, por cada 1’6 kilómetros aproximadamente.
En 2008, los votantes californianos votaron a favor de un bono para construir esta línea de alta velocidad. El plan consistía en conectar los principales centros urbanos de San Francisco y San Diego en una única línea -se supuso que tendría un coste de 33 millardos de dólares. No obstante, como ocurre con la mayoría de estos proyectos, se dan demoras y los costes se inflan.
Finalmente, Newsom “tiró la toalla” y solo se comprometerá a completar la porción del Valle Central que está actualmente en construcción. Fuentes oficiales informaron el año pasado de que el coste de finalizar el tramo Bakersfield-Merced costará 10’6 millardos y que este se complementará en 2022. Hay quienes creen que estos gastos estimulan la economía, pero la realidad es muy diferente. En esa línea va el economista y banquero Patrick Trombly:
El dinero gastado en infraestructuras tendría que ser tomado prestado, grabado o imprimido (un impuesto no llamado impuesto) de la economía no pública. Uno menos uno es igual a cero. Eso no es economía conservadora ni economía liberal. No es economía demócrata ni economía republicana. Es solo economía.
Hubo un tiempo en el que los políticos solían prometer “llevar el pan a casa”. Los votantes preocupados por el sistema se quejarían del hecho de que el sistema tomara fondos de todo el país de forma que los políticos de distintos distritos podían pelearse sobre cuánto de ese dinero podían devolver a sus distritos para gastar en cosas que los votantes probablemente no habrían comparado con ese dinero si se les hubiera permitido quedárselo. Pero, dada la realidad de los impuestos, parecía que la única alternativa disponible era aguantarse, jugar y tratar de votar a un representante o senador para que fuera a Washington a recuperar más “pan” del que se había gravado en tu estado al principio.