México aprobó una reforma educativa que ha provocado tensión entre el alcance del Estado y su intromisión sobre la patria potestad de la familia. Ahora los padres tienen una legisladora de su lado, la presidenta de la Comisión de la Familia en la LIX Legislatura, Elsa Méndez Álvarez, quien afirma que la reforma en realidad consiste en el adoctrinamiento “sin sustento científico” en materia sexual.
En octubre de 2000, Hugo Chávez promovió el Decreto 1011: un decreto presidencial cuyo texto modificaba parcialmente el Reglamento del Ejercicio de la Profesión Docente, al crearse una nueva figura administrativa, la de los supervisores itinerantes.
Surgió entonces un movimiento de padres de familia que reclamaban la intromisión no solo del Estado, sino del partido de gobierno en la educación de sus hijos.
“La educación estará basada en la ideología de Género con el pretexto de fomentar la igualdad y los derechos en beneficio de las niñas y niños, pero más bien desconecta las tres dimensiones de la sexualidad: biológica, psicológica y social”, afirma.
En Ecuador fracasó
La legisladora indicó que “los libros de texto que hemos podido analizar, contienen los derechos reproductivos y de educación integral, que es una copia de programas que se han hecho en otros países y que tenemos la certeza de que han fracasado”.
Méndez Álvarez usó como ejemplo el caso de Ecuador para exponer el fracaso de la incorporación de reformas como estas al sistema eduactivo. Afirma que la iniciación sexual promedio en Ecuador bajó de los 17 años a los 14 a raíz de la entrega de libros sustentados en la ideología de género.
“Con esta reforma educativa, a partir de los 11 años se les impartirán talleres para experimentar con su cuerpo incitándolos a tener relaciones sexuales a muy temprana edad con compañeros del mismo sexo o del sexo contrario, incluso se propondrán juegos, actividades y literatura que promueve la exploración corporal entre compañeros, aun cuando los niños no quieran participar y sin el conocimiento de los padres, sin respetar la intimidad y privacidad de los niños”, insiste la legisladora.
Pues afirma que la educación pública no debe estar a merced de una ideología, sino que los contenidos deben partir de una visión integral de las personas y deben basarse en criterios científicos, no es la presión de movimientos que desconocen la realidad genética, biológica y psicológica de la sexualidad.
Y es que la ideología de género, conocida como perspectiva de género en círculos feministas y progresistas, propone una dinámica entre los sexos desvinculada de la biología y más aferrado al constructivismo social, donde se quiebra el binarismo hombre y mujer, y se abre el abanico hacia un sinfín de categorías calificadas como género.
Continua..
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