Especial: Voces disidentes, contra el homosexualismo
El mes de junio es considerado como un mes “especial” para los grupos de presión homosexualistas en conmemoración de ciertos disturbios que tuvieron lugar hace medio siglo en el bar neoyorquino de Stonewall.
Estos días suele haber numerosas declaraciones institucionales así como desfiles y festivales (los típicos desfiles del llamado “orgullo”) en los que priman la manipulación, el exhibicionismo y la intolerancia. Las grandes empresas y los poderes estatales, alineados al Nuevo Orden Mundial (NOM) se vuelcan generalmente de lleno con estas actividades.
En Ahora Información nos oponemos rotundamente al aberrosexualismo y otras estrategias masónicas, sin embargo hemos decidido solicitar ayuda a un panel de disidentes, aliados de nuestra causa, para explicar nuestra oposición.
Esta selección de comentaristas responde a cuestiones que muchos se plantean, tales como la adaptación de identidades corporativas a la simbología LGTBI, la medida en la que representan estos grupos a todos los homosexuales…
A continuación podréis leer sus opiniones.
José Antonio Bielsa: «En el plano de la macroeconomía no existe la disidencia»
Nuestro colaborador José Antonio Bielsa, escritor, nos da su opinión sobre las llamadas “marchas del Orgullo”, aparte de explicar por qué estos grupos de presión no representan a todos los homosexuales. Advierte a su vez de lo determinante que es el NOM, tal que la macroeconomía no puede romper sus esquemas.
Su opinión es la siguiente:
A primera vista diría que esas “marchas del Orgullo” son un espectáculo estéticamente lamentable, intelectualmente ínfimo, moralmente devastador y políticamente audaz, muy audaz, en cuanto legitimador de unas artimañas muy sutiles facturadas hace tiempo por la Fundación Rockefeller (los padres del lobby de marras) y encaminadas a consolidar (junto al abortismo industrial) el plan de reducción de población por la vía que conduce a Sodoma.
En cualquier caso, no creo que estos grupos de presión representen a todos los homosexuales. Tengo algunos amigos con esta orientación sexual que están absolutamente descontentos, y son contrarios a estas políticas homosexualistas de carácter totalitario. Los verdaderos homosexuales que han llevado a sus últimas consecuencias el estudio de estas ideologías disolventes son básicamente críticos implacables de este fraude sociológico, en cuanto destinado a engañar a las masas perdidas, sin norte ni brújula.
De hecho, esta corriente ideológica podría considerarse como una religión satánica impuesta por los amos del mundo (no para ellos ni sus familias, desde luego, sino para las masas lobotomizadas), y cuya finalidad, reitero, es acelerar el plan de reducción de población, uno de los objetivos prioritarios del Nuevo Orden Mundial en la consolidación de su agenda global. El ideal será reducir dicha población a 500 millones de habitantes. En el Occidente cristiano este objetivo se logra por medio del adoctrinamiento (marxismo cultural) y la imposición de leyes garantistas sumamente ambiguas. Por supuesto que detrás de todo esto se mueven miles de millones de dólares, pues, como decimos y subrayamos, esas mismas grandes compañías participan del entramado NOM, consolidando el plan nihilista que la élite ansía desesperadamente.
Para consolidar todo este seudo-sistema destructor, con la complicidad de los poderes fácticos, el progresismo cultural, aquejado de una panoplia verbal de puro conceptualizada harto indigesta, recurre a toda una sarta de términos debidamente manipulados y/o trastornados (pura corrupción del lenguaje en su versión estalinista rosa, en la que el burdel pasa a reemplazar al cuartel): “igualitarismo”, “inclusión”, “diversidad”, “derechos de las minorías”, etc. Las empresas, sumisas y obedientes al becerro de oro, no pueden decir NO a la tendencia imperante. De lo contrario, sería un suicidio para ellas. En el plano de la macroeconomía no existe la disidencia.
Luis B. de Portocavallo: «Se trata intencionadamente de confundir sexo con sexualidad»
Luis B. de Portocavallo, otro colaborador nuestro, ha dedicado un ensayo a la crítica del vicio de Sedom así como su perspectiva acerca de la manipulación semántica de términos como sexualidad y sexo (igual con “condición” y “orientación”). Pone en evidencia, además, ciertas contradicciones de los ideólogos de género al hablar de ciencia.
A continuación se puede leer su análisis:
[…] Existe, en esta cuestión de las nuevas pseudo ideologías, una serie de contradicciones internas de juicio imposibles. Mientras se pretende que el sexo no es relevante y que lo relevante son únicamente eso, tan cursi, de los “roles sociales”, basado en la teoría del egoísmo, reconvertido en egocentrismo —exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla como centro de la atención y actividad generales—, se abre con ello la puerta a la subversión del orden por la teoría del odio de la “lucha de clase”, entendida como lucha de contrarios, presentándose siempre como “colectivos”.
En primer lugar, se hace del sexo y la sexualidad, cuestión única fundamental, en torno a lo cuál se pretende que gira toda la existencia en la especie humana (que, como es obvio, no es cierto, ya que tiene otras muchísimas facetas), lo que es una premisa (freudiana) absolutamente falsa. Según ésto, se pretende que sea aceptada la falacia de que la homosexualidad es una «condición “natural” que “no se puede elegir”».
¿La “condición y orientación” sexual se elige o no? El término “condición” implica, en su significado posible, una situación modificable; pero, además no es, ni puede ser concorde con el orden natural aquello que va contra la propia naturaleza de las cosas (la finalidad natural de la sexualidad, tanto animal y vegetal, en general, como humana, en particular, es perpetuar la especie, en tanto que el diseño y función de los órganos fisiológicos sexuales y de la acción hormonal vinculada, conducen a esa finalidad natural), por lo que tal premisa es infundada. La segunda afirmación falsa de esta premisa, que “no se puede elegir”, se contradice a sí misma, primero, porque, si bien es verdad que el sexo lo determina la naturaleza biológica, estamos hartos de oír que se “reclama poder elegir”, artificialmente, el sexo, apoyado en un emotivismo extremo que sublima el “sentimiento” que, por definición —estado afectivo del ánimo—, es siempre voluntarista y mudable … ¿En qué quedamos?
Segundo, se trata intencionadamente de confundir sexo con sexualidad, como acción (apetito sexual, propensión al placer carnal), dando un significado re asignado impropio a los términos “condición y orientación sexual” (la OMS recomienda oficialmente emplear como término “correcto” el de “orientación”), que se expresa como “sentimientos sexuales”. ¿Es, entonces, esto también aplicable a otros “comportamientos o sentimientos sexuales” que, igualmente, alegan no poder controlar sus impulsos, como sádicos, pederastas, etc.? ¿Acaso no se entiende la sexualidad como algo ligado a momentos, contextos y estados de ánimo determinados, todas ellas cuestiones contingentes, voluntarias y por tanto elegibles?
Otro de esos confusos términos de re-significación impropia ideológica es la pretendida diferencia entre homosexualidad y homosexualismo, haciendo analogía con los términos, también impropios, de la pseudo ideología feminista. […]
Branimir Lenin: «El lobby LGBT no lo hace bien, lo hace bien la guita»
El activista argentino Branimir Lenin, crítico del Estado moderno (así como defensor de la tradición), es uno de tantos no heterosexuales que para nada se sienten representados por estos grupos totalitarios. De hecho, tal y como se puede leer en el siguiente texto, en un estilo directo y provocador, parece tener claro, sin complejos, la realidad de estos (rebate absurdeces semánticas además):
La Marcha del Orgullo. Hm, orgullo… ¿Orgullo de qué exactamente? Eso es algo que nunca logré entender. Algunos que asisten a esas marchas e intentan darle un significado a las mismas me dicen que es orgullo por su sexualidad, orgullo por el amor, orgullo por poder salir a la calle sin que los rechacen, etc. ¿Es eso cuestión de orgullo?
Yo, en lo personal, me sentiría orgulloso por mis logros académicos, mi trabajo, tener una casa, un vehículo, incluso una familia. Tener orgullo por mis familiares también, por sus logros, sus objetivos cumplidos, etcétera. ¿Qué tendría de orgulloso besarte con alguien en la calle, o mantener relaciones sexuales con ese alguien? Para mí, absolutamente nada. Son personas como todos los demás y eso no se discute, no habría por qué tener orgullo por eso. ¿Qué tendría de orgulloso (y se ve bastante) admitir a viva voz que te cogés a uno de tu mismo sexo porque sí?
Hoy en día se pasó de conmemorar los disturbios de Stonewall a tirar mierda a los heterosexuales por el hecho de ser heterosexuales, y a ponerse a llorar todo el Pride Month en Twitter porque les impusieron la heterosexualidad. Pero déjense de joder, rompieron todo. Admítanlo.
A día de hoy, claramente puede verse que quienes se aprovechan de estas marchas son los políticos, pues serían los primeros en saltar cuando encuentran una oportunidad de negocio o rédito (en su caso, votos), en conjunto con grandes corporaciones (no empresas, sino corporaciones). E incluso puede apreciarse, en el caso de Argentina, que organismos ESTATALES (que se supone tienen que ser neutros, pero “a la mierda” lo neutro cuando del aparato estatal se trata) toman posiciones políticas específicas en vez de quedarse en el molde como supuestamente deberían de hacer.
Si vamos al caso, a nadie le importan los homosexuales o transexuales. Es decir, no les mueve ni un pelo. Pueden estar con quien quieran, cuando quieran, siempre y cuando no estorben el ámbito privado del prójimo. Los únicos responsables de crear problemas (incluso donde no los había) fueron los progresistas. Ellos generaron todo este caos. Toda esta parafernalia, en donde ellos hablan en nombre de todos los homosexuales del mundo, diciendo que viven oprimidos y que quieren ser libres y bla, bla, bla. Pero obviamente, lo hacen desde la comodidad del hemisferio Occidental. No vaya a ser que profesen ese discursito en pleno Medio Oriente porque muy bien no les iría. Y por si fuera poco, esta gente es la primera en apoyar con toda la fuerza la inmigración ilegal de musulmanes, y yo creo que quien esté leyendo esto conoce a los musulmanes y su cultura.
Conozco gente homosexual e incluso transexual que está totalmente indignada ante todo esto de la Marcha del Orgullo y el Pride Month. ¿Qué propósito tiene realmente y, si es que tiene, por qué uno me explica una cosa y otro, otra? Decídanse. Las corporaciones obviamente que se suben al tren del progresismo. Pero la razón es muy simple, les genera ventas. Ellos venden, ellos felices. Los LGBT consumen, también felices. Aunque nos parezca una estupidez, es así. Analizan el mercado. Pero el verdadero problema surge cuando estas corporaciones (y se está viendo actualmente) trabajan con el Estado (por supuesto, de otra forma no mantendrían su monopolio coercitivo en sus respectivos mercados) y, entre ambos, indirectamente intentan imponer toda esta basura a las sociedades, mediante la fuerza del estado mismo.
Un buen ejemplo de esto es la Open Society Foundations, una inversionista, cuyo propietario es el famoso no-por-las-buenas-razones George Soros, inversionista, multimillonario y especulador húngaro. Es de público conocimiento (documentado inclusive) que la Open Society Foundations financia funcionarios públicos de los gobiernos (hasta en Argentina incluso), pues el solo objetivo de esta fundación es impulsar el peor de los fenómenos: el globalismo. Pero eso lo dejamos para otra discusión.
El lobby LGBT no lo hace bien, lo hace bien la guita. La guita hace al mundo andar. Sin guita, estas cosas prácticamente se hubieran esfumado en el tiempo. Pero detrás de todo esto hay corporaciones, y hay políticos. Probablemente las dos peores fuerzas de poder del mundo, trabajando juntas. No es ninguna coincidencia que, de un día para el otro, por amor al arte, funcionarios públicos, figuras públicas como cantantes, actores, actrices, etcétera, se lucren de esto, porque lo hacen. Se sabe que hay algo detrás, y difícilmente pueden ocultarlo.
Marco Rassmussen: «El mensaje a las empresas es claro: O te pliegas al poder, o ni siquiera lo intentes»
Nuestro articulista Marco Rassmussen ha publicado, en este mismo digital, un agudo análisis sobre los motivos por los que la imposición ejercida por la progrez (imperante, desgraciadamente, en Occidente) da lugar a que las grandes corporaciones hagan un gran esfuerzo en la promoción del homosexualismo.
Citaremos, a continuación, un fragmento de su artículo:
[…] ¿Por qué las corporaciones se prestan? Reitero, el progresismo es la ideología del poder y, como tal, es la ideología que determina quienes deben tener el poder. Por tanto, si quieres formar parte del poder, debes acoplarte. Que las corporaciones se “prestan” significa que se “acoplan” al gobierno del consenso de la corrección politica, es decir, a La Catedral. Este fenómeno relativamente reciente se ha llamado “woke capitalism”, capitalismo despierto. ¿Qué significa “despertar”? Pensar como Brahmin: Adquirir el sentir y la conciencia de la justicia social progresista. Que el capitalismo ha despertado significa que se ha vuelto “inclusivo”, y convertido en uno de los mejores medios de expansión del progresismo.
El término “capitalismo despierto” fue adoptado por un twittero anónimo de creciente popularidad conocido como WokeCapital. Hace relativamente poco, le fue realizada y publicada una entrevista.¿Qué nos aporta al respecto? En su opinión, las corporaciones se prestan al progresismo por al menos una de cuatro razones: creen genuinamente en él, no quieren problemas, son cínicos oportunistas, o alguna combinación de las tres, la cual, probablemente sea la más común.
Creo que no hay mucho más que decir. Para el progresismo no hay puntos medios, no existe “neutralidad”. Como buena ideología del poder, está impregnada de la paranoia de tirano: O estas con ellos o contra ellos, o te conviertes o eres castigado. En consecuencia, el mensaje a las empresas es claro: o te pliegas al poder, o ni siquiera lo intentes. […]
Carlos Ibáñez: «Lo mejor para ellos, sería un comportamiento discreto»
Carlos Ibáñez, presidente del Consejo editorial de este medio, en un artículo publicado, sostiene que la homosexualidad viene a ser un defecto de la persona y que el llamado “Orgullo” no viene a ser nada distinto a una provocación a los demás.
Precisamente, al respecto, sostiene lo siguiente:
[…] El gay lleva en su persona un defecto. Prescindamos si por culpa suya o sin culpa de ninguna clase. Otros también padecemos nuestras taras físicas. Somos sordos, ciegos, cojos, contrahechos o mil etcéteras más. Ellos y nosotros podemos ser objeto de bromas, burlas y chistes. Nos gusta que se nos respete. Y, estamos convencidos de nuestro deber de respetar a los gays. Pero no organizamos marchas haciendo exhibición de nuestros defectos.
De modo que lo mejor para ellos, sería un comportamiento discreto.
Y esto que decimos no creemos que pueda ofender a nadie. Por eso nos parece una indignidad que se celebren esas marchas del orgullo gay. Y que se permitan por las autoridades.
Ya en los tiempos en que eso se consideraba una lacra, se hacían chistes de que, por dinero, la mayor parte de los mortales aceptaría ser sujeto recipiente en esas actividades. Unos exigirían más que otros. Todo dependería de la situación económica de cada uno.
Hoy se ha visto que casi todos los partidos políticos, se afanan en participar en las manifestaciones del orgullo gay. Y recalcamos lo de “se afanan”, porque algunos son rechazados por los mismos organizadores de las marchas. Y lo hacen por votos. Con ello se igualan a los demás. Lo cual nos lleva a la convicción de que tenían razón aquellos que proclamaban que por dinero… muchos más.
El día 26 del pasado junio la Iglesia ha conmemorado el martirio de San Pelayo. Durante la pasada Cruzada, la censura prohibió a nuestro tebeo “Pelayos”, publicar un relato del martirio de nuestro patrono. Al censor le pareció que las pretensiones del Califa Abderramán eran demasiado indecorosas para recordarlas. Hoy han cambiado las tornas. Loa abderramanes de turnos desfilan orgullosos exhibiendo sus lacras. Y los políticos del sistema se postran reverentes ante ellos.
Eulogio López: «La Iglesia exige tratar con respeto a los homosexuales al tiempo que considera los actos homosexuales como contrarios a la ley natural»
Nuestro amigo Eulogio López, director de Hispanidad, ha publicado en ese diario un análisis con motivo de lo que los grupos de presión totalitarios en cuestión han estado “celebrando” recientemente, en el que hace referencias a cierta obra del estadounidense Richard Cohen.
Concretamente, en ese ensayo, sostiene lo siguiente:
[…] Y es que, de vez en cuando, hay que analizar los fenómenos, no por sus causas, sino por sus consecuencias y aplicar el imperativo categórico del señor Kant (una cosa muy poco cristiana, por cierto): ¿qué consecuencia produce? El colectivo LGTBI no creo que produzca mucha felicidad.
A los católicos hay que exigirles que actúen conforme a la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad. Los puntos 2357-59 del catecismo, pocas líneas, lo resumen así:
- 2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.
- 2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición.
- 2359 Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
Es decir, respeto, comprensión y delicadeza hacia los homosexuales al tiempo que los actos homosexuales no pueden recibir aprobación en ningún caso porque son contrarios a la ley natural. […]
Ángel Manuel García: «La bandera del arcoíris se está sacralizando»
Nuestro compañero Ángel Manuel García Carmona expone, en un artículo para Navarra Confidencial, por qué tendría sentido considerar estas pretensiones filosóficas y espirituales del Nuevo Orden Mundial como una religión.
Precisamente, afirma lo siguiente:
[…] La bandera del arcoíris se está sacralizando, a efectos prácticos. Parece que no lucirla cuando corresponde o rechazarla, incluso si se es homosexual, viene a ser una aberrante y despreciable ofensa contra una serie de mandamientos. Eso sí, de acuerdo con los homosexualistas y demás guardianes de la corrección política progre, no somos libres de hacer el mal.
Pero más preciso sería hablar que el homosexualismo y el feminismo pretenden definir una nueva “religión de Estado”. En base al racionalismo (no a la síntesis entre fe y razón), la intolerancia secular o laicismo y el multiculturalismo se busca erosionar la diversa identidad cristiana (junto a sus criterios antropológicos) de las sociedades occidentales.
Eso sí, no se trataría de una deidad artificial, sino de un ideal de mundo sin Dios, en el que la providencia no se pueda ver como algo de origen y carácter divino, sino estatal. La cuestión deística es un obstáculo a la creencia absoluta en un Estado que cosifique a los individuos, convertidos en súbditos de una élite y obligados a secundar un pensamiento único.
Ander Aristondo: «Ni las “Marchas del Orgullo” ni el resto de la agenda del lobi LGTB, nada tiene que ver con la reivindicación de respeto hacia los homosexuales»
Ander Aristondo, un correligionario nuestro, está convencido de que los homosexuales no pueden beneficiarse, de ninguna manera, de los eventos del llamado “Orgullo LGTBI”.
Su perspectiva es la siguiente:
En primer lugar quiero dejar claras dos cosas. La primera, es que las personas con inclinaciones homosexuales merecen todo nuestro amor y respeto. Nadie debería ser tratado peor por ser homosexual, ni por familiares, ni por amigos y tampoco por extraños.
La segunda, es que la actividad sexual entre individuos del mismo sexo, es considerada unanimemente por el magisterio de la Iglesia como contrario al orden natural y por lo tanto es condenado como pecado grave. Tengo cada vez más claro, que ni las “Marchas del Orgullo” ni el resto de la agenda del lobi LGTB nada tiene que ver con la reivindicación de respeto hacia los homosexuales. De ser así, en estas marchas del orgullo no se ensalzarían todo tipo de actividades degeneradas, que no infunden respeto precisamente, sino justo lo contrario.
Generalmente, las festividades promueven y refuerzan determinados valores en la sociedad, por ejemplo, las festividades religiosas afianzan socialmente la adoración a Dios y la devoción hacia la Madre de Dios y los santos. Por lo tanto, creo que estas festividades de la nueva y falsa religión de género, están destinadas a promocionar ciertos valores, no solo para los homosexuales, una pequeña minoría al fin y al cabo, sino para toda la sociedad. Concretamente, se promociona la promiscuidad sexual estéril.
La promoción de la promiscuidad es evidente, vistos los comportamientos de los participantes de esas marchas. Pero la razón por la que se ensalza el sexo homosexual en concreto, es, que esta es necesariamente estéril. Ese es el ideal, que según los promotores de la religión de genero, los heterosexuales debemos aspirar a alcanzar. Al convertir el sexo en algo pasajero y estéril, se transforma en algo completamente intrascendente. Esto dificulta la formación de matrimonios e inevitablemente conduce a la destrucción de la familia. También queda claro, según la doctrina de la Iglesia, de que este entendimiento del sexo aleja de Dios. En conclusión, se atacan de un solo tiro los dos fundamentos de una sociedad sana, la familia y la Verdadera Religión.
Esta falsa religión de género, no es un movimiento espontaneo, esta impulsado por poderosísimos agentes: multimillonarios como Soros, grandes multinacionales, turbias ONGs, lobis, la ONU y sus satélites… Sobre su fin último, solo cabe especular. Esta claro que le tienen miedo a la “superpoblación” y para ello quieren reducir la natalidad, para lo cual, banalizar el sexo y separarlo de la reproducción puede ser un buen medio.
Sin embargo, la alta natalidad no parece ser un problema en las sociedades avanzadas, donde esta falsa religión es promovida, sino justo lo contrario. Otra posibilidad, no incompatible con la anterior, es que quieran volver mas dócil a la población. Al destruir las defensas naturales ante la tiranía, es decir, la Religión y la familia; el individuo solo y aislado es incapaz de resistir a las pretensiones de poder. Otra opción, es que realmente crean que están haciendo lo correcto, como dice el dicho, “el camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones”.
Sea cual sea el fin perseguido, queda claro que sus consecuencias son nefastas y que por lo tanto es necesario un retorno a la moralidad sexual tradicional. Solo así podra restablecerse una estructura familiar sana y podremos volver a acercarnos a Dios y contemplar su eterna misericordia.
Finalmente, les invitamos a participar a ustedes, lectores, en la sección de comentarios que tenemos habilitada para ello.
Un comentario en “Especial: Voces disidentes, contra el homosexualismo”
Porfirio Gorriti
El lobby gay, entendido como una estructura de poder, es un grupo poderoso y victorioso en la postmodernidad. Es un cercano servidor del Diablo, además. Su actual posición no sólo le hace inexpugnable a los ataques frontales, sino que nos hallamos ante una táctica de hierro que usa a la perfección. Es un gran error atacar directamente a sus logros materiales actuales; con eso sólo se conseguirán sangrientas derrotas. La estrategia tradicionalista debe forjar la resistencia moral en trincheras profundas y sabiamente localizadas. Una de ellas debe ser fomentar la compasión por las personas homosexuales, condición natural de muchísimos seres humanos. Los cristianos deben atraer con su ejemplo a las personas que nacen con esta sexualidad, quienes encontrarán en la doctrina de la Iglesia Católica las respuestas que necesitan”.