Ayer, día 23 de agosto, se cumplió el 30 aniversario de la consolidación de la llamada “Cadena Báltica”. Tal día como ese, casi dos millones de habitantes de las actuales repúblicas bálticas (Estonia, Letonia y Lituania) se reunieron y formaron una especie de “cadena humana” de seiscientos kilómetros que atravesó sus respectivas capitales (Tallin, Riga y Vilna).
El objetivo de la misma era reclamar la liberación del yugo del comunismo impuesto por la Unión Soviética (coincidía además con el 50 aniversario de la firma del Pacto Ribbentrop-Molotov, entre el Tercer Reich y el bloque soviético, para repartirse tanto las mitades oriental y occidental de Polonia así como otros territorios de Europa del Este y de Finlandia).
Como resultado, se dio lugar a cierta debilidad del bloque soviético (por entonces, bajo Gorbachov). De hecho, la reacción está sirviendo de inspiración para otros movimientos sociales de disidencia anticomunista (sí, también han recurrido a ella, burdamente, sin tener idea de nada, movimientos nacionalistas periféricos españoles, ofendiendo a las víctimas del comunismo).
Este pasado viernes, los manifestantes de Hong Kong, que siguen sin doblegarse ante una tiranía china que no solo amenaza su autonomía política, sino que podría ocasionar una nueva masacre de Tiannanmen, recurrieron a esta fórmula, con una intención tanto reivindicativa como de apoyo a otras víctimas a lo largo de la Historia.
Según CBS News, alrededor de 135.000 manifestantes formaron “líneas paralelas” a algunos trazados de ferrocarril suburbano -llegando, en cierto modo, a ubicarse en proximidad a la frontera con China, así como a “atravesar”, en cierto modo, puntos como el Puerto de Victoria y los llamados “Nuevos Territorios”.
Today Hong Kong people formed a 44 kilometers human chain across the city, and over the Lion Rock Mountain?.
It’s our way to pay tribute to the 30th anniversary of the Baltic Way.
It’s our way to show our determination to fight for democracy.#TheHongKongWay #BalticWay30 pic.twitter.com/eD81dfRN61— Kenji_Endo (@KenjiEndo6) August 23, 2019
Mientras, hubo quienes prefirieron agruparse para llegar hasta uno de los puntos montañosos más importantes de la ciudad en cuestión: la llamada “Roca de León”, utilizando tanto medios de iluminación como teléfonos móviles para asegurar la notoriedad de la gesta reivindicativa (cabe recordar que las manifestaciones tuvieron lugar en horario nocturno).
De acuerdo con Radio Free Europe, la cadena humana en cuestión formó alrededor de cuarenta kilómetros. A su vez, según los organizadores, se buscaba tanto demostrar solidaridad (al conmemorar el acto de valentía de los bálticos en su momento) como exigir respaldo de la comunidad internacional.