Las malas noticias del día
Malas noticias
La pandemia se acelera en todo el mundo pero con una incidencia aparentemente distinta según cada país. Los efectos del COVID-19 varían ampliamente según sean la realidad demográfica, las formas de contabilizar los enfermos y fallecidos y la eficacia de las medidas tomadas. En España ha bajado en los últimos días el ritmo de ingresos en la UCI.
Test masivos y aislar a asintomáticos. Una vez alcanzado el famoso pico de la epidemia –suponiendo que hayamos llegado en España a eso– se prevé una larga fase “de transición” para la que se están sopesando nuevas medidas que pasarían por la realización de pruebas a grupos amplios de población, la extensión del uso de mascarillas o el aislamiento –voluntario, ha aclarado el ministro Illa- de los contagiados sin síntomas.
¿Nuevos pactos de la moncloa? Estamos muy atentos al movimiento estratégico de los partidos mediante el cual el sistema partitocrático pretendería aprovechar la presente crisis y los próximos problemas económicos y sociales para reforzar sus posiciones. Posiciones que son cada vez más abiertamente totalitarias en la imposición del pensamiento único y lo políticamente correcto. Todo aquello que la emergencia sanitaria ha dejado en un segundo plano como la ideología de género, la memoria histórica, el laicismo, los ataques a la familia, etc. podría volver con mayor virulencia si la salida de la crisis debilita a la sociedad y fortalece a un estado en manos de políticos sin escrúpulos.
Las noticias falsas, la excusa perfecta para censurar internet. En este momento internet y las redes sociales electrónicas se han convertido en el único ámbito de libertad pública e informativa. Es cierto que mezcladas con todo tipo de noticias y opiniones circulan falsedades y bulos. Pero la actitud de algunos políticos resulta poco tranquilizadora pues su obsesión por los bulos parece esconder un deseo de acallar cualquier voz disidente. Como en la China del Partido Comunista. Ojo.