¿Qué pasa con la cartilla COVID?
(Ahorainformacion.es) – Teniendo en cuenta los pésimos datos económicos del momento y la amenaza inminente de un paro insostenible parecía que la próxima cartilla en España iba a ser la de racionamiento. Sin embargo, en lo que están pensando algunos políticos, deseosos de prolongar su experimento social es en la “cartilla COVID”.
De momento la idea sigue en forma de un globo sonda, de propuesta, que así es como funciona el sistema de prueba-error de unos políticos que solamente temen a las encuestas. En realidad la existencia de un documento en el que se indique si se ha pasado la enfermedad o si la prueba “PCR” del virus ha dado negativo no sería tan grave, de hecho ya tenemos actualmente una tarjeta sanitaria, un historial médico y una cartilla de vacunaciones. Sin embargo el hecho de instaurar una “cartilla” específica para el virus sería otra vuelta de tuerca, un peldaño más en la serie de peldaños que nos llevan al sistema totalitario que profetizaron Orwell o Huxley.
En el gobierno regional de Madrid, que es dónde hace una semana se anunció a bombo y platillo como experimento piloto ya han empezado a rebajar las expectativas. Isabel Díaz Ayuso llegó a equiparar la dichosa cartilla con un “pasaporte” que podría afectar incluso en la búsqueda de empleo, al ocio, al estudio… Ahora ya dicen que más que una cartilla personal será un simple registro. Finalmente parece que la medida no va a tener efecto debido a las severas críticas que han llovido tanto de expertos sanitarios como jurídicos.La OMS rechazó la idea porque no hay certeza de inmunidad aunque se haya pasado el virus o se de negativo en una prueba PCR.
Lo que queda para la hemeroteca y para la reflexión es, como decíamos al principio, el globo-sonda, una ocurrencia que curiosamente no ha venido de Podemos ni del Partido Comunista, sino del Partido Popular. No olvidemos que ha sido también el mismo Partido Popular, -sí, el “regenerado” PP de Pablo Casado, no el de Soraya Sáenz de Santamaría- quien ha pedido que los gobiernos autonómicos tengan poder para confinar a su población sin necesidad de recurrir a un estado de alarma nacional. Una prueba más de que la mentalidad socialista y totalitaria no es exclusiva de los radicales de izquierda sino que a veces, sobretodo cuando se mezcla con el miedo y la incertidumbre, es también típica de los partidos conservadores y liberales.