(Ahorainformacion.es / Porfirio Gorriti) – El gobierno de la Comunidad de Madrid, impelido por la evolución de la pandemia, implementó desde el pasado 21 de septiembre medidas restrictivas sobre la movilidad de la población, si bien en nada comparable al confinamiento padecido en primavera. La característica más sobresaliente la conforma la parcialidad de los controles, los cuales se aplican solo en algunas áreas. Ninguna zona afectada pertenece a la clase alta económica de la capital. La irrupción del poder central, en una operación política de libro populista, provocó el choque de trenes y el pez gordo se comió al chico. El PSOE muerde nuevamente la imagen de «igualdad de la ciudadanía» contra «la derecha» y defiende que todo Madrid debe quedar afectado por las medidas. El gobierno de Madrid cede bajo unos criterios numéricos con teórico efecto dominó sobre el confinamiento de otros territorios. Hasta aquí, todo parece patéticamente habitual; en fin de cuentas, es ya la norma que son los políticos los que toman las decisiones sanitarias contra la pandemia.
Sin embargo, se está dibujando un posible nuevo escenario en el que la interpretación de las cifras oficiales sanitarias puede estar sujeta a intereses contrapuestos entre diferentes poderes ejecutivos. De hecho, sería deseable que se produjese esta circunstancia pues una guerra de cifras puede traer como consecuencia lo más temido por la partitocracia: la verdad.
Detente, virus. Sagrado Corazón de Jesús: en Ti confiamos.