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Exclusiva: recomendaciones de un químico sobre la vacuna

(Ahorainformacion.es) –

Hemos conocido la respuesta que un químico sevillano le ha dado a un sacerdote que le trasladaba una serie de dudas con respecto a la campaña de vacunación en marcha y que por su interés, y tras pedir el correspondiente permiso a ambos, les reproducimos a continuación.

La consulta la hace el Pbro. D. Francisco Javier Domínguez Moreno, Párroco de Huévar del Aljarafe (Sevilla) y Capellán del Hospital San Juan de Dios de Bormujos (Sevilla).

El escrito lo remite D. Manuel Jesús Cabello Garrido. Graduado en Química por la Universidad de Sevilla en la Promoción 2012-2016. Máster en Ciencia y Tecnología de Aceites y Bebidas Fermentadas por la Universidad Pablo de Olavide en el año 2016-2017. Becario de investigación en Facultad de Química de la Universidad de Sevilla desde noviembre de 2015 hasta julio de 2016 en el grupo de Investigación “Química de Biomoléculas y Análogos”. Estancia como Tesinando en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el Instituto de la Grasa desde octubre de 2017 hasta julio de 2018 en el grupo de Investigación “Interacciones Bacterias Lácticas-Levaduras en Alimentos”.  Técnico de Laboratorio en Laboratorios Pilas S.L. desde julio de 2016 hasta septiembre del mismo año y Técnico de Laboratorio en Laboratorios Microal S.L. desde septiembre de 2018 hasta marzo de 2019.


En Sevilla, a 2 de enero de 2021.

Querido y estimado Rvdo. D. Francisco Javier Domínguez Moreno:

He leído sus inquietudes y sus dudas sobre las vacunas contra el coronavirus que ya se han empezando a utilizar en Europa de las siguientes compañías: Pfizer y Biontech, Astrazeneca y Oxford y Moderna, y todo a raíz de la citación que usted recibió hace unos días para la recepción de la vacuna de Pfizer en el Hospital San Juan de Dios de Bormujos (Sevilla), donde usted trabaja como Capellán. Le agradezco su interés por este tema y, como químico y científico, voy a tratar de disipar todas sus inquietudes. No le recomiendo que reciba ninguna de estas vacunas y a continuación voy a exponerle varios puntos sobre el por qué de esta recomendación en la presente carta.

En primer, he estado trabajando desarrollando fármacos contra el cáncer, la diabetes y enfermedades como la enfermedad de Gaucher y la enfermedad de Fabry y le comunico que es prácticamente imposible desarrollar una vacuna en unos pocos meses. Generalmente, para el desarrollo de una vacuna o un fármaco altamente eficaz se necesitan varios años, ya que la producción de una vacuna o un fármaco, según mi experiencia en el ámbito de la Química Farmacéutica, necesita primero una etapa de síntesis, purificación y aislamiento de las moléculas. Posteriormente, se necesita llevar a cabo un análisis estructural por distintas técnicas como resonancia magnética nuclear, espectroscopía infrarroja, espectrometría de masas, entre otras, de los fármacos obtenidos para determinar su estructura molecular. Normalmente, según mi experiencia, no se sintetiza un solo fármaco, sino que se sintetizan baterías de distintos fármacos por si algunos no funcionan de manera plenamente correcta.

A continuación, llega quizás la etapa más prolongada que es la realización de los ensayos clínicos. La realización de los ensayos clínicos consta de una fase preclínica y cuatro fases clínicas: la fase preclínica, que es una fase de ensayos in vitro empleando enzimas o líneas celulares y a continuación una fase de ensayos preclínicos en animales, como roedores o primates; la primera fase clínica, una fase de seguridad, que consiste en la realización de ensayos en un número reducido de personas (de veinte a ochenta participantes); la segunda fase o fase de eficacia y seguridad de diferentes dosis, que consiste en la realización de ensayos a un número mayor de participantes (entre cien y trescientos participantes) ; la tercera fase o fase de comparación y eficacia riesgo-beneficio, de mil a tres mil participantes; y la cuarta y última fase, en un gran número de personas. Normalmente, esta etapa suele durar varios años. Así que es muy poco probable que salgan al mercado unas vacunas que se han producido como resultado de pocos meses de investigación.

En segundo lugar, al haber trabajado como investigador estoy inscrito en una plataforma llamada ResearchGate y he estado indagando en revistas científicas de gran reputación como Nature, Science o The Lancet, la revista médica más importante del Reino Unido, además de buscar en diversas páginas en Internet y sólo he podido hallar una monografía sobre resultados preliminares de la vacuna de Pfizer en Canadá. Por tanto, es sorprendente la aprobación por las distintas agencias de medicamentos de unas vacunas sobre las cuáles no existe información científica ampliamente contrastada y revisada disponible para el público y sólo existen unos datos de eficacia proporcionados por parte de las compañías farmacéuticas productoras de estas vacunas.

Por otro lado, dos de estas vacunas, la de Pfizer y la de Moderna, han sido fabricadas con ARNm sintético. El ARNm proviene de la transcripción del ADN, que es el material genético que se encarga de recoger la información genética de nuestras células, esto es, se copia un fragmento de ADN y se fabrica la cadena de ARNm empleando ese ADN molde dentro del núcleo, y luego es conducido al retículo endoplasmático rugoso, fuera del núcleo, que es donde se realiza la traducción, esto es, la síntesis de las proteínas a partir de la información genética del ARNm por los ribosomas. Dependiendo de la secuencia de nucleótidos del ARNm, se sintetizará una proteína u otra. A día de hoy, no se posee información sobre la secuencia de nucleótidos de este ARNm que han empleado para las vacunas, por lo que no sabemos con exactitud qué proteína se sintetizará en nuestras células. Esta desinformación me induce a exhortar y a recomendarle que sea especialmente prudente con la recepción de estas vacunas.

En último lugar, yo como científico católico, y usted como Sacerdote, tenemos que tener en cuenta que el aborto es un crimen abominable y transgrede el quinto Mandamiento de la Ley de Dios “No matarás”. En la vacuna de AstraZeneca y Oxford se han empleado células de fetos abortados tanto en los ensayos in vitro como en la producción de las vacunas. En las vacunas de Pfizer y Moderna se han empleando células de fetos abortados únicamente en los ensayos in vitro. Sea como sea, participar en la vacunación empleando estas sustancias sería en cierto modo colaborar con el aborto. Además, día de hoy, no hay ningún decreto ni ninguna ley en España que obligue o imponga a los ciudadanos la recepción de estas vacunas.

Por tanto, concluyo que no existe ninguna razón para imponer la vacunación sin el consentimiento o rechazo previo del paciente, teniendo en cuenta la gran desinformación desde el punto de vista científico que rodea todo este asunto de las vacunas y las implicaciones morales y éticas que supone la recepción de este tipo de fármacos.

Sin más que añadir, me despido cordialmente y espero haber resuelto sus dudas.

Manuel Jesús Cabello Garrido

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