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Muere Julen Madariaga, uno de los fundadores de ETA, y EH Bildu le despide con elogios

(Ahorainformacion.es) – Julen Madariaga Aguirre, uno de los fundadores de la organización terrorista ETA, ha fallecido en la madrugada de este martes a los 88 años debido al cáncer que venía padeciendo desde hace algunos años, según han informado varios medios regionales del País Vasco. Hacía tiempo que se había apartado de la política diaria y también había dejado de participar de forma activa en casi cualquier tipo de acto público.

Nacido en octubre de 1932, fue uno de los fundadores de EKIN, el grupo político nacido a principios de la década de los cincuenta que, tras una fusión temporal con EGI -las juventudes del PNV-, terminó desembocando en 1959 en ETA. En ese proceso de fundación de la banda terrorista estuvo acompañado por José Luis Álvarez Emparanza Txillardegi, José María Benito del Valle, José Manuel Aguirre, Rafael Albizu, Alfonso Irigoien e Iñaki Larramendi.
Fue uno de los líderes de la banda terrorista, llegando a ser juzgado en rebeldía en los años 70 en el conocido como Proceso de Burgos, en el que el Régimen de Francisco Franco juzgó a más de una veintena de integrantes de ETA. Con la llegada de la democracia, dejó la primera línea de la banda armada para convertirse en uno de los líderes de Herri Batasuna, el brazo político de la organización criminal. Gracias a las leyes de Amnistía aprobadas por los partidos políticos y sancionadas por don Juan Carlos durante muchos años defendió desde esa opción política el uso del terror.
En 1988 fue detenido en la operación Sokoa, la cooperativa que era en ese momento la gran fábrica y depósito principal de las armas de ETA. La policía francesa encontró en el domicilio que tenía en el sur de Francia varias herramientas para armas como bazokas y se le acusó además de ser uno de los intermediarios para que la banda terrorista recibiese imanes de gran potencia que eran utilizados para fijar las bombas-lapa. Cumplió un par de años en prisión y salió de la misma en 1991.

Este es el perfil biográfico que acaba de elogiar públicamente Arnaldo Otegi, cómplice necesario del actual gobierno de Sánchez. 

Julen Madariaga se crió en el seno de una familia de profundas convicciones nacionalistas, su padre fue un destacado miembro del Partido Nacionalista Vasco. Con el comienzo de la Guerra Civil (1936-1939), la familia emigró a Chile, adoptando la nacionalidad de aquel país. En el año 1942 regresó a Bilbao para cursar estudios de bachillerato, tras los cuales se trasladó a Inglaterra, donde estudió Derecho Marítimo en la prestigiosa Universidad de Cambridge. De vuelta a Bilbao, en el año 1952, fue uno de los fundadores de EKIN, organización juvenil escindida de las juventudes del PNV. Fue precisamente en el seno de esta asociación de donde saldría el futuro embrión de ETA.

Desde su regreso del extranjero, la actitud nacionalista de Julen Madariaga fue variando hacia posturas mucho más beligerantes respecto a la postura tradicional del nacionalismo vasco histórico, representado por el PNV. Así pues, a finales del año 1959 fue uno de los fundadores de la organización Euskadi ta Askatasuna, más conocida por las siglas de ETA. En el año 1962, se celebró en la ciudad francesa de Bayona la I Asamblea de ETA, con la destacada participación de Madariaga, junto con otros compañeros, como Benito del Valle, Iñigo Irigaray y Txillardegi. Una de las muchas resoluciones adoptadas por la organización en esta importante asamblea fue la de nombrar a Julen Madariaga miembro del Comité Ejecutivo.

Durante la primera época de la organización no abandonó sus estudios, se doctoró en Derecho por la Universidad de Cambridge, y vivió varios años en Inglaterra. A mediados de la década de los sesenta fue expulsado de Francia a Bélgica por orden de un tribunal de Bayona, acusado de los cargos de robo, posesión ilícita de armas y municiones y por prácticas terroristas. Tras serle negado el permiso de residencia en Bélgica, Julen Madariaga se vio obligado a emigrar a Argelia, convirtiéndose así en el primer etarra que estuvo en dicho país magrebí.

En el año 1969 solicitó, junto con otros compañeros separatistas, la creación de un Frente Nacional para encauzar con más eficacia las reivindicaciones nacionalistas, idea que fue duramente criticada por sus compañeros procesados en el famoso juicio de Burgos, en el que él mismo fue encausado y declarado en rebeldía. A principios del siguiente año, se le permitió el regreso a Francia, pero en el mes de mayo volvió a ser declarado persona non grata en diversos puntos del suroeste francés, para, el 31 de agosto del año 1971, ser expulsado de nuevo del país, por orden del Ministerio del Interior francés, tras lo cual fue conducido a la frontera franco-belga por la propia policía gala.

En el año 1972 regresó otra vez, de manera clandestina, a Francia, donde volvió a ser detenido el 27 de octubre de ese mismo año, en una espectacular operación llevada a cabo en la catedral de Bayona. La policía franca tuvo que emplearse a fondo, usando granadas lacrimógenas en su asalto al templo, en el que Julen Madariaga y Telesforo Monzón se habían hecho fuertes, junto con cuarenta y cinco personas más, que se oponían a su detención, manteniendo una feroz huelga de hambre. Tras cumplir dos meses de prisión, en la localidad de Fresnes, condena impuesta por el Tribunal de Bayona, volvió a ser expulsado de Francia, a finales de diciembre del mismo año.

Exiliado en Chile durante cinco años, en el año 1977 regresó a España con algunos familiares, con motivo de la apertura democrática del país, tras la muerte del dictador Franco, aunque pronto se marchó a Francia, donde realmente tenía fijada su residencia. En la localidad de Biarritz estuvo al frente de la empresa Aturri, dedicada a la fabricación de grifos, compaginando su actividad empresarial con la vocación política. Con su decidido apoyo ayudó a consolidar el partido político abertzale HB (Herri Batasuna), además de sobresalir por su decidida defensa de la llamada “línea dura” de la organización terrorista, y de la alternativa independentista recogida en el documento conocido como KAS. El 12 de marzo del año 1986, Julen Madariaga obtuvo, finalmente, la nacionalidad francesa. Al año siguiente acudió a Barcelona para presentar el libro Artapalo. ETA después de Txomin, acto en el que justificó con firmeza la muerte de la arrepentida de la banda Yoyes, lamentándose de que dicha muerte no se hubiera producido antes.

El 12 de marzo del año 1988, Julen Madariaga fue detenido y posteriormente puesto en libertad, ese mismo día, tras prestar declaración en torno a la investigación que fue abierta tras el hallazgo del zulo en la empresa Sokoa, en la localidad de Hendaya, en diciembre del año 1986. Dos meses más tarde, el 31 de mayo, volvió a ser detenido en Biarritz por la policía gala, por orden del juez Legrand, acusado de fabricar los imanes que ETA utilizaba en la colocación de bombas-lapa en los coches. Dos meses después, la policía efectuó un registro exhaustivo en su domicilio, donde encontró un zulo con varias cajas de herramientas para la fabricación de bazocas. Al año siguiente, el 13 de julio de 1989, fue condenado a cuatro años de prisión y a diez de prohibición para residir en el país vasco-francés. Julen Madariaga recurrió la sentencia, pero sólo pudo lograr la reducción de diez a cinco años de destierro.

En el transcurso de su estancia en prisión envió una carta al presidente de Francia, Mitterrand, quejándose del mal trato recibido, además de hacer un sketch teatral sobre las duras condiciones de vida en el penal y diversas narraciones cortas, así como varios alegatos judiciales de su propio proceso. Después de permanecer tres años en las cárceles de Fresnes y de Bois d`Ary, fue puesto en libertad, el 14 de agosto de 1991, instalándose definitivamente en Bilbao, donde montó un despacho de abogados con su socio Txema Montero. Las autoridades francesas le prohibieron viajar a cualquiera de los diecisiete departamentos fronterizos con España durante un período de cinco años.

En abril de 1992 fue propuesto por las bases de HB para formar parte de la Mesa Nacional, pero su candidatura no consiguió prosperar, pese a contar con el 17 % del total de los votos. Defensor de adoptar posturas dialogantes con el poder estatal, en noviembre de 1993 declaró abiertamente su parecer de que la izquierda abertzale había perdido la guerra por la defensa de la autodeterminación y que prefería defender la soberanía del Pueblo Vasco. También se mostró partidario del abandono total de las armas como estrategia política, para dejar paso a un proceso de negociaciones, siempre dentro del puro ámbito político.

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