Destinatario: Ramón Hernández, Delegado de Memoria Democrática en Córdoba.

El odio contra nuestra fe les llevó a asesinar sin piedad a estos sacerdotes. Ahora, su objetivo es eliminar de nuestros espacios todo aquello que ensalce su figura y recuerde la causa de su muerte. Buscan borrar nuestra historia, y lo hacen en nombre de la democracia.  ¡No podemos permitir que condenen al olvido a quienes perdieron la vida siendo fieles a la Verdad!