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Los carlistas en defensa del trabajador autónomo

 

(27/10/24. NOTA DE PRENSA/ CARLISTAS.ES) – El actual sistema económico y político liberal-socialista suele hablar pomposamente de emprendimimiento y se felicita cuando aumenta el número de trabajadores autónomos. Sin embargo, de forma contradictoria, hace todo lo posible por empobrecer y complicar la vida a quienes luchan por sacar adelante su proyecto profesional y vital.

El autónomo del siglo XXI sufre unas trabas burocráticas absurdas y una brutal presión fiscal, en la que tributa a la vez como empresario y como trabajador. La inflación, los costos operativos de todo tipo y el incremento en las cuotas de la seguridad social -cuya consolidación para 2025 acaba de anunciar el Ministerio de José Luis Escrivá- han hecho que su poder adquisitivo haya caído en torno al 25% en los últimos años. Las dificultades creadas por las decisiones políticas se suman a los riesgos propios de quien responde siempre con su patrimonio y se enfrenta al problema de una jubilación incierta. Por eso no es casualidad que la mayoría de los jóvenes españoles, de hecho, aspiren a ser funcionarios de la Administración o empleados de las grandes empresas. La obsesión por la seguridad y la estabilidad se convierte para muchos en un camino a la servidumbre que refuerza las tendencias totalitarias del sistema partitocrático.

Los autónomos suponen actualmente el 16% del total de trabajadores pero su aportación real, y la de sus familias y empleados, al conjunto de la sociedad, a la economía nacional y a la prosperidad común es incalculable. Es intolerable que siendo la base del tejido socioeconómico de España reciban un maltrato generalizado por parte de los gobiernos.

Los carlistas, que siempre hemos defendido la pequeña propiedad privada y las libertades en contra de las oligarquías y los partidos, no podemos dejar de denunciar dicho maltrato a los autónomos. Por ello:

1. Exigimos a los gobernantes que escuchen el clamor de los tres millones de trabajadores autónomos que a menudo lo único que piden es que les dejen trabajar en paz, sin imposiciones abusivas ni controles asfixiantes. Los gobiernos están para supervisar, perseguir abusos y para ayudar a los más débiles, no para crear problemas inexistentes o para controlarlo todo.

2. Animamos a los trabajadores autónomos a asociarse, recuperando el espíritu de los antiguos gremios, pues esa será la única manera de lograr una defensa eficaz de sus intereses.

3. Por último, invitamos a los educadores a que fomenten en los jóvenes un sano espíritu emprendedor, motor de la prosperidad de los pueblos, y a los mismos jóvenes a que se preparen para seguir con libertad y valentía su vocación profesional y familiar independientemente de las adversidades causadas por los malos gobiernos.

Comisión Permanente de la Junta de Gobierno de la
Comunión Tradicionalista Carlista

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