Crónica de la llegada de un camión con enseres a Valencia, desde Aragón.
Los carlistas de Aragón nos hemos juntado ante el llamamiento de ayuda expresado por nuestros compatriotas valencianos después de la gran desgracia acontecida por las lluvias y riadas. Tomando iniciativa propia, sabiendo de la marcha desde Zaragoza hacia Valencia de una furgoneta que necesitaba ser llenada de forma urgente, hemos reaccionado de forma rápida y hemos organizado una recogida de alimentos y de otros enseres con el propósito de llenar una furgoneta con destino Catarroja. provincia de Valencia. Para ser más exactos hemos llevado una simple mesa vieja de cocina, uno rotuladores, unas cartulinas, unas boinas rojas, un crucifijo y una figura de la Virgen del Pilar. Lo demás fue ya la acción del pueblo llano, de los simples españoles que acudían al supermercado en donde establecimos nuestro pobre campamento, La tarde comenzó floja, un trasiego de coches muy pequeño y miradas escépticas. Conforme fueron pasando los minutos el mismo pueblo español que realizaba sus simples compras cotidianas fue respondiendo siendo personas de estética humilde las que iban demostrando su solidaridad comenzad comenzaron a ir llenándose las cajas y nuestro trabajo se fue convirtiendo en un singular. Nos preguntaban que necesitábamos y no dudaban en darnos productos de todo tipo, especialmente productos de limpieza, de bebés y agua. Llegó la solidaridad a un punto que temimos que tantos víveres no cupiesen en la furgoneta, así que llamamos sobre las 7:30 de la tarde al chófer de la furgoneta para que viniese a recoger todo.
La anécdota más desagradable fue que la dirección del supermercado en el que estábamos establecidos salió a intentar ponernos limitaciones, informarnos de que se había llamado para que acudiesen al servicio externo de la empresa del supermercado y por supuesto a la policía local, pero nadie apareció. Una vez más se demostró que Dios hace grandes obras y que sabe guiar al pueblo en las buenas obras y así fueron los sencillos trabajadores los que acudían a comprar, los grandes copartícipes de este gran día. Para finalizar la jornada el chófer llegó a la hora establecida con su furgoneta, la cargamos hasta arriba y marchó esa misma noche hacia Valencia.
Correligionario aragonés.