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Sólo habrá paz en Oriente si el número de cristianos crece.

El arzobispo caldeo Antoine Audo ha reclamado la paz en Siria y ha sido embajador de los cristianos en todo el mundo

(Jaume Vives) –

Nos han vendido un relato falso sobre Siria para justificar el derrocamiento de Al-Assad. La mayoría de modernitos occidentales se lo han creído y ahora comienza una época siniestra donde se recrudecerá la persecución a cristianos y la población vivirá aterrorizada.

Mientras los tontos aplauden Siria ha comenzado ya a transitar hacia un baño de sangre que luego lamentarán y, sorprendidos, se preguntarán cómo ha podido ocurrir.

Los poderes putrefactos de Occidente parecen tener fijación en acabar con los países en los que se respeta a cristianos, mujeres y minorías.

Y mientras, esos mismos poderes se sientan a fumar, a beber y coquetean con los bárbaros que en sus países no respetan ni a cristianos, ni a mujeres ni a ninguna minoría. Con esos no tienen ningún problema.

En 2011, cuando la propaganda alababa a los rebeldes moderados, esos mismos rebeldes se dedicaban a matar a cristianos, meterlos en bolsas de basura y dejarlos en las calles para que se pudrieran con carteles que ponían “Cristiano, no tocar”.

En 2011, cuando la gente salía a la calle en Aleppo para apoyar a Al-Assad, los medios titulaban “miles de sirios salen a las calles para pedir el fin del régimen de Al-Assad”.

El timo es gigante. Y pesará sobre las conciencias de todos los cómplices, porque las consecuencias del derrocamiento de Al-Assad serán desastrosas.

Lo que ha pasado en Siria ha sido una operación extranjera para derrocar y desestabilizar a un gobierno que no interesaba. No ha nacido del pueblo. No es fruto de un deseo de conseguir una democracia. Todo eso son chorradas para convencer a la masa aborregada.

Igual que en Irak en 2014 menos de 500 barbudos tomaron la ciudad de Mosul (2 millones habitantes) en unas pocas horas, ahora en Siria unos pocos bárbaros barbudos han tomado el control. Gracias a la complicidad de algunos vecinos y al apoyo/inacción de mucho poderes cómplices.

Pero como pasó en Irak, esos vecinos también acabarán arrepintiéndose. Y al final correrán a pedir auxilio a los cristianos que desde hoy empezarán a huir. Y como sucedió en Irak, y aunque les costó y al principio no quisieron, esos cristianos acogerán a sus antiguos vecinos.

Vecinos que les traicionaron, saquearon sus casas e incluso apretaron el gatillo. Pero como me decía un sacerdote iraquí de Bartella, “las palabras de Jesús a veces son amargas de seguir, y si queríamos seguir siendo cristianos, teníamos que acoger a esos musulmanes”.

Solo habrá paz en Oriente si el número de cristianos crece. Son los únicos que predican con la palabra y el ejemplo el perdón. Y claro que les cuesta, como a todos, pero lo viven. Los otros son más de quedarse ciegos y desdentados. Para los otros es que incluso el perdón está mal.

Que Dios cuide del pueblo sirio porque vuelven tiempos oscuros. Que sostenga su fe. Y que la sangre de mártires pasados y de los que vendrán sea, como decía Tertuliano, semilla de nuevos cristianos. Si desde Occidente miramos a Oriente aprenderemos cómo tenemos que vivir la fe.

 

*Artículo publicado originalmente en el canal de Telegram de Jaume Vives: https://t.me/jaumevivesvives

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