El último intento de golpe de estado contra Donald Trump ha fracasado
Hasta el día de ayer (19 de diciembre) no fue oficial que Donald Trump fuera el Presidente Electo de los Estados Unidos de América. El resultado de las elecciones en el país norteamericano no se determina directamente sino que los ciudadanos eligen a un Colegio Electoral que debe elegir a su mandatario. Y así ha sido a pesar de que los opositores de Donald Trump intentaron persuadir a los electores republicanos para que no votaran a su favor. De esta manera, formalmente, Hillary Clinton u otra persona podría haber sido elegido Presidente de los Estados Unidos. Los paralelismos con un intento de golpe de estado mediático son bastante evidentes.
La resistencia más significativa se produjo a través de algunas de las caras más reconocibles de Hollywood. Algunos consideran que fue una estrategia del ‘establishment’, el “poder en la sombra”, que intentaba por todos los medios que Donald Trump no llegara a la Casa Blanca.
Más de 200 manifestantes hicieron frente al frío en el Capitolio de Pennsylvania. Las proclamas fueron “¡No a Trump, no al KKK, no a unos Estados Unidos fascista!”, y “¡No a la traición, no a Trump!”. En Wisconsin algunos manifestantes gritaron, lloraron y cantaron “Noche de Paz”. En Augusta, Maine, los manifestantes golpearon tambores y portaron carteles que decían: “No permitan que Putin elija a nuestro presidente”. Hubo bastantes manifestantes pero pocos electores que secundaran la intentona del partido demócrata. Donald Trump solo perdió los dos votos electorales de Texas, pero Hillary Clinton también perdió dos, que fueron a parar a otros candidatos demócratas. El núcleo de la polémica está en el hecho de que Donald Trump ha ganado en votos del Colegio Electoral pero no en voto popular. Sin embargo, defensores del sistema estadounidense han recordado que EE.UU. es un estado federal que integra diferentes realidades sociales que tienen que ser respetadas.
En realidad hubieran hecho falta 37 electores que traicionaran la voluntad de sus votantes para que Donald Trump no llegara a ser Presidente de los Estados Unidos.
¿Qué es el Colegio Electoral?
El Colegio Electoral es el cuerpo de compromisarios electos encargado de elegir al presidente y al vicepresidente de los Estados Unidos. En lugar de votar en las elecciones directamente al presidente y al vicepresidente, los ciudadanos de los Estados Unidos votan a aquellos que elegirán al Presidente. Según la ley son libres de votar a favor de cualquier persona elegible para ser presidente, pero normalmente se comprometen a votar por candidatos específicos. Está compuesto por 538 representantes, que son quienes realmente eligen al presidente. Ese número corresponde a los 100 escaños del Senado y los 435 de la Cámara de Representantes de EE.UU, más los tres votos electorales asignados a Washington. El número de los votos necesarios para lograr la presidencia es 270.
Su función es evitar que una persona no capaz pueda tomar el cargo de Presidente
Los llamados padres fundadores de la democracia estadounidense se decantaron por un modelo indirecto que permitiera eliminar la voluntad popular en caso de que alguien fuera votado y no fuera “capaz de desempeñar el cargo con las responsabilidades que eso requiere”.
¿Se puede ganar las elecciones en EEUU sin la mayoría de los votos?
Sí, porque los sufragios se otorgan según los resultados en cada estado. En realidad las presidenciales no son unas elecciones nacionales sino 50 elecciones estatales que sirven para elegir al grupo que a su vez elegirá al Presidente.
2 comentarios en “El último intento de golpe de estado contra Donald Trump ha fracasado”
Gonzalo García Yangüela
Es flipante lo de los demócratas. Apelando a la democracia y al pueblo para que se hiciera lo contrario de lo que 60 millones de gringos les han encargado…
Miguel Angel Belmonte
Buenas. Querría añadir algunos matices. La votación del colegio electoral del pasado lunes resultó una de las más dotadas de contenido político-simbólico del último siglo. De hecho, se alcanzó la marca “record” de 7 compromisarios “descomprometidos”, por llamarlos de alguna manera (“faithless” los llaman allí). En Washington (el estado, no la ciudad, en la costa oeste), 4 de sus 12 electores “traicionaron” a Clinton. Tres votaron a Colin Powell (antiguo responsable de defensa durante el mandato de Bush II). Uno votó a Faith Spotteed Eagle (Fe Águila-Moteada), una activista sioux. En Hawai, un elector votó a Sanders en lugar de Clinton. Por último, en Texas dos electores “traicionaron” a Trump. Uno votó al gobernador republicano de Ohio, Kasich, uno de los hombres fuertes de tal patido. Otro votó a Ron Paul, antiguo republicano texano que ahora hace campaña en favor de una lectura libertaria de la constitución. Este tipo de votos “descomprometidos” no han tenido nunca influencia real en la designación del presidente-electo. En el caso de los electores demócratas que votaron a Powell lo hicieron enmarcados en una campaña dirigida a conseguir que ni Trump ni Clinton obtuvieran la mayoría absoluta requerida en el Colegio Electoral. La ley dice que en tal caso los miembros de la Casa de Representantes han de elegir a uno de los tres que más votos electorales hayan recibido, En caso de que hubiera habido suficientes “descomprometidos” con Trump, los miembros de la Casa (con mayoría republicana) hubieran podido elegir a Powell (que viene a ser un republicano “blandito”, para entendernos), Otra cosa es si hubieran querido, claro.