Las eléctricas y el Gobierno no aprueban el autoconsumo y el ahorro de las familias
El impuesto al sol es una de las grandes estafas que el Gobierno de Mariano Rajoy ha potenciado para defender a las eléctricas. Consiste en gravar la producción de energía solar de los particulares que es destinada al autoconsumo y al ahorro. Actualmente nos encontramos en un modelo energético en el que los particulares tienen que pagar proporcionalmente por sus placas solares más que las eléctricas por producir energía limpia. Todo para proteger a las grandes empresas. A esto podemos sumarle que la mayoría de la energía solar de particulares se vierte a la red eléctrica ya que el al menos el 60% de la energía sobra en el momento producido y no es almacenable. Después no se devuelve todo el importe del regalo que las instalaciones particulares hacen a la red eléctrica. Sin embargo, gracias a empresas como Tesla, la ventaja de las eléctricas en el mercado será agua pasada por el desarrollo de baterías domésticas donde almacenar la energía.
Uno de los grandes retos para rebajar el impacto del crecimiento exponencial de la factura de la luz en España en los últimos 8 años debería ser la instalación de pequeñas estaciones de autoabastecimiento energético en hogares y comunidades de vecinos. Sin embargo, la regulación aprobada por el gobierno de Mariano Rajoy ha creado la burocracia disuasoria más potente de Europa para impedirlo: para instalarse un panel que apenas produce la energía consumida por el frigorífico hay que presentar memoria técnica de diseño, solicitud de permiso de conexión a la eléctrica, pago del estudio de conexión, línea y automático específicos, contador adicional para la eléctrica, boletín del instalador, pago de derechos de acometida, solicitud de conexión, pago de derechos de enganche, solicitud de inscripción en el registro de autoconsumidores… La multa por saltarte un paso puede llegar a los 60 millones de euros.
El Gobierno no debería frenar el futuro y el ahorro de las maltrechas familias. De todas maneras cada vez son más los que se apuntan al autoconsumo, y es que este modo de explotación compensa pese a la burocracia inventada por la partitocracia. 5 placas solares podrían suponernos un ahorro de 200 euros anuales. ¡200 euros anuales que se podrían invertir en la educación de los hijos! Pero no nos olvidemos del canon gubernamental que ascendería a 65 euros en este ejemplo. El Estado siempre pasa por la cuenta corriente.
Lo paradójico es que comprando un aparato de aire acondicionado con 5 veces más potencia que una placa solar, no tengo que realizar los trámites. ¡Y el impacto en la red es mayor! Solo decir que el conjunto de peajes y cargos que se imponen al consumidor por la energía que produce en su casa y que va directa a sus electrodomésticos sin pasar por la red, no se justifican, como defiende el Gobierno, por una pretendida solidaridad con el resto de consumidores sino, en todo caso, con la cuenta de resultados de las eléctricas. Si mi ahorro en la factura de la luz supone un incremento de la del resto de consumidores es, o porque está mal diseñada, o porque se parte del principio de que los ingresos de las eléctricas no dependen de la electricidad que consumimos. No podemos enriquecer a toda costa a empresas que solo miran su propio ombligo.