Linchamiento del Arzobispo de Granada y canonización progre de Lucía Caram a cuenta de la ideología de género
El arzobispo de Granada, don Javier Martínez, es la última víctima del sistema de represión mediático que ataca a los detractores de la ideología de género.
El pasado domingo, 12 de febrero, pronunció una homilía en la que denunciaba: “Yo pienso ahora mismo en todas las implicaciones de la ideología de género, que, además, trata de imponerse como ley en la educación de los niños. Hay una patología detrás de eso. Hay una cortedad y una torpeza de la inteligencia”.
Tras publicar en su web la homilía, los principales medios digitales se han hecho eco de sus palabras manipulando su significado. Uno de los casos más dañinos ha sido protagonizado por El Periódico de Catalunya. Ese diario ha acusado al obispo de estar en contra de las políticas de igualdad entre hombre y mujer. En realidad, el arzobispo se limitó a explicar cómo en la vida normal respetamos las leyes naturales que descubrimos por la ciencia y el sentido común. “Somos iguales en dignidad ¿cómo no lo vamos a ser? (…) no reaccionamos igual, no pensamos de la misma manera. Pero hasta eso, perdemos el contacto con lo natural y una ideología puede enseñarnos las cosas más inverosímiles“.
El arzobispo de Granada ha acusado a la ideología de género de sembrar cizaña en medio del “amor entre el hombre y la mujer”. Y añade que el amor entre hombres y mujeres puede concebirse más allá de “luchas de poder, o de usar al otro para satisfacer necesidades mías afectivas, sexuales, del tipo que sean, sino deseando que el otro, que es diferente, que la otra, que es diferente, pueda cumplir su vocación”.
Sor Lucía Caram es alabada por el mundo LGTBI
En contraposición a la fidelidad a la doctrina de la Iglesia manifestada por don Javier están las contínuas salidas de tono de sor Lucía Caram, monja dominica. Recientemente ha compartido plató de televisión con Ignacio Vidal. Este actor especializado en pornografía declaró que no cree en la Iglesia porque según él “las cosas que hace no me cuadran con lo que creo que tendría que hacer”. A su vez, confesó que tenía una hija transexual… “Para mí que la iglesia entienda y respete eso es muy importante”, ha dicho. En respuesta a eso, la Caram dice que “durante mucho tiempo la Iglesia se ha dedicado a apedrear a aquellos que no vivían de acuerdo con las normas” y reivindica que ha habido “suficiente religión para odiarnos, para crear normas y estructuras, pero no para amarnos”.