Seguir el blog (Follow.it)Sobre la progresiva invasión mahometana de Ceuta y Melilla
Les escribo sobre la eliminación de las fiestas cristianas en el calendario laboral de Ceuta y Melilla y sus sustitución por festividades mahometanas.
En primer lugar, el actual Gobierno de España es un Gobierno usurpador. Es decir, tiene poderes y facultades que no le corresponden. Éstos poderes han sido usurpados en 1833, dando el poder a un grupo de liberales que desde entonces han conducido el país a la ruina.
Éste grupo de liberales ha ido desmontando paulatinamente la estructura del edificio que es España, comenzando por la expulsión de la dinastía legítima del trono, sustituyéndola por una rama de la misma familia favorable a sus ideas siguiendo por la destrucción de la unidad católica y siguiendo por el ahogamiento de la vitalidad de las instituciones forales y cuerpos sociales autónomos dentro de España.
Ésta usurpación pone en el poder a una élite que sigue intereses extranjeros y no los de España.
De éstos pilares, el más importante es la unidad católica de España. La unidad católica de España se fundamenta en la prohibición de la prédica del error religioso dentro de sus fronteras. El error religioso es la enseñanza de ideas contrarias a la doctrina y magisterio de la única Iglesia verdadera, la Iglesia católica.
España, fue grande cuando fue fiel a su fe católica y cuando fue capaz de poner sus recursos humanos y materiales al servicio de una empresa mayor de defensa política de la christianitas europea. Allá donde empezaron a gobernar protestantes o relativistas, fue destruida la unidad católica en el país. La sangre y esfuerzo españoles fueron sacrificados con el fin de que el error religioso no triunfara en Europa y la unidad católica pudiera ser preservada. Perdida esta batalla en el congreso de Westfallia, España fue uno de los reductos católicos donde la herejía, el cisma y la apostasía no tenían cabida.
En términos simples. Por ejemplo, para que haya conceptos simples como las matemáticas, hace falta que haya una serie de axiomas aceptados por la mayoría de la gente que son verdaderos y base para hacer cosas más complicadas. No podríamos calcular si hubiera gente que creyera que 1+1 son 11, o 110 o 0. Sería imposible hallar nada en común para llevar a cabo operaciones más grandes. Si se quiere calcular, se tiene que desacreditar abiertamente a los que afirman que 1+1 puede que no sea 2, o que haya otra opciones. Lo mismo ocurre hoy en día, perdida la unidad católica se meten todo tipo de desviaciones religiosas.
Los mahometanos, de por sí incapaces de cosas de gran relevancia, han sido capaces de entrar en España y de sojuzgar partes de su territorio debido a la completa inexistencia de una fuerza que les haga frente. Hay un vacío religioso en el corazón del pueblo español que ha sido sustituido por otras creencias como el relativismo, la ideología del progreso desarrollista, la búsqueda del placer o cualquier paganismo. La secta mahometana es vista erróneamente por algunas personas como un baluarte contra la modernidad ideológica, es, sin embargo su apuntalamiento. El Dios de los islamistas es un demonio.
En segundo lugar, antes de que se manifestara completamente la crisis política, la crisis religiosa estalló a mitades del anterior siglo. La Iglesia, en la época del concilio vaticano II, relajó su supervisión pastoral de los pueblos que le fueron encomendados y dio por buena la prédica de otros cultos (dignitatis humanae). Éste hecho rompió la unidad católica en los últimos países donde ésta se mantenía firme frente al asalto del liberalismo (España, cantones suizos y otros pequeños países). Una quintacolumna liberal fue capaz de atacar a la cabeza de la sociedad cristiana, la Iglesia.
Éste ataque contra la Iglesia fue capaz de consolidar un proceso comenzado con la revolución protestante y exacerbado por la revolución liberal de eliminación de todo rastro de influencia de la Iglesia católica, única arca de salvación, de la política, cultura y sociedades del mundo.
Hoy en día, vemos los resultados de éste proceso destructor que está avanzado. Nadie podría imaginar a mitades de hace un siglo que la Iglesia no reaccionaría ante los que la quieren destruir y toleraría el error religioso y la difusión de las falsas religiones. Ante esta deserción de los guardianes de la fe, el enemigo laicista avanza imparable.
Finalmente, la sociedad española y el tradicionalismo, por ende, se ven paralizados ante el avance destructor del laicismo militante. La causa es la permisividad de las jerarquías con el error, poniéndolo al mismo nivel que la verdad. Si de verdad queremos una solución a éstos problemas. No podemos abundar en las causas de los mismos. Debemos rechazar el relativismo religioso y refugiarnos en la fe de nuestros mayores. Solo así tendremos un baluarte desde el que podamos rechazar y expulsar de nuestra patria al enemigo sarraceno y recuperar la unidad católica.
