Ante un PSOE/PSN federalista, Navarra no se reparte, ni se cancela.
(Por José Fermín Garralda)-
Navarra no debe ser repartida entre la partitocracia ambiciosa: si parece que los navarros se están dejando… es porque les hacen trampas. Ni debe ser dividida en dos, Montaña separatista y Ribera socialista, pues está todo muy mezclado y, sobre todo, ningún separatista es tan malísimo que quiera esa división del Reino milenario. Ni los partidos debieran disponer de Navarra, aunque en esto quien tiene el poder hace lo que quiere: dí lo que quieras que mando yo.
Pensamos que la Naturaleza social e histórica es más fuerte que el voluntarismo. ¿Pero es más fuerte que las trampas? En esto soy un poco pesimista, porque las guerras vienen por esto precisamente: otro día lo mostraremos.
- El problema no es nuevo, y por eso no podemos poner tronos a las premisas y cadalsos a las consecuencias.
1.1. El problema viene de atrás, pues el socialismo español siempre hizo alarde de federalista. Durante décadas ha ocultado su naturaleza, que ahora sale a la luz, sobre todo aprovechando los apoyos necesarios para tener el poder.
El PSOE fue federalista porque había que ser “progre” y por su naturaleza apátrida e internacionalista. Tenía que ser federalista para dividir, creando y aprovechando los conflictos. Hoy quiere serlo para estar “en medio”, entre España y los separatismos… para así ocupar el poder.
El PSOE es federalista y sólo sigue ese camino si mira a los separatistas: todo por el ocupar poder.
1.2. El problema viene de atrás, porque la partitocracia de los s. XIX y XX es perversa, y engaña a la sociedad con una falsa representación política; así arrebata a la sociedad lo que ésta debiera de ejercer por derecho propio. Esto lo decimos desde que el Estado liberal comenzó su implantación en España. Malo fue eso bajo el sufragio censitario, y malo -aún peor por ser más engañoso- bajo el sufragio universal.
El problema viene de atrás, pues el sistema liberal es erróneo y engañamás donde los hubiere. Además, los separatismos se han ido inflando desde los Gobiernos, para tener su apoyo (recordemos las cesiones de Aznar al tal Pujol). Luego, el Gobierno socialista -federalista- se ha colocado en el “centro” como árbitro. ¿Qué ofrecerá el PSOE?: pues lo que haya entre las autonomías y la secesión total y declarada. Aunque ésta venga finalmente.
1.3. El problema viene de atrás, con el sistema liberal, donde un excesivo poder político identifica Navarra con su Gobierno, el Gobierno con su programa, y, repartir el programa -y el poder-, es una manera de repartirse el Gobierno, el poder y Navarra misma.
- El problema que sí es nuevo es lo ocurrido por segunda vez en Navarra (PSOE/PSN más separatistas…) y lo que ocurrirá por segunda vez en España (PSOE más separatistas…).
Ya saben nuestros lectores que, el partido socialista PSOE/PSN, se ha quedado en segundo lugar en las votaciones, y se ha vuelto a repartir el poder político de Navarra con otros perdedores (Geroa Bai -sucursal del PNV en Navarra- y Contigo Zurekin) para otros 4 años. Lo justifica con eufemismos. Aunque la Sra. Chivite tiene razón cuando dice que “el entendimiento trasciende ideologías cuando detrás hay un interés superior que es que a Navarra le vaya bien”, mucho nos tememos que no se aplique aquí, porque ella quiere el poder del PSOE/PSN.
Más horrorosa es la decisión del PSOE/PSN de acceder a la presidencia gracias a la abstención de EH Bildu, que no condena el terrorismo, homenajea a los terroristas etc. etc.. Esta degradación ha provocado estupor en Navarra. La actual metástasis política desvela la falta de principios, incluidos los democráticos, que también afectaron a cómo los grandes partidos nacionales legalizaron EH Bildu. Ahora, el estupor hunde y paraliza la sociedad, la colapsa, e impide una sana reacción.
3. “Aquí mando yo, porque nos repartimos la tortilla”. El PSN quiere mandar, a dejar gobernar al partido más votado (UPN) con diferencia. Para ello utiliza todas las armas posibles, cosa que la “derechona” (hasta el ser “derecha” le quitan) no haría. Si el PSN pensase en el interés general se aliaría sólo con UPN… aunque perdiese la presidencia. Mucho tiene que reflexionar UPN por quedarle esta última alternativa. Sea lo que fuere, de mal en peor. Es UPN el que debe sacarse las castañas del fuego; de nosotros sólo queda la crítica. Nosotros sí que estamos en la oposición.
No olvide la Sra. Chivite que Geroa Bai es tan de derechas como UPN… pero, claro, para el PSN tiene la ventaja de ser nacionalista/separatista y ansiar, como ella, el poder. Ojo, que el PSOE es federalista y ese camino sólo lo sigue si mira a los separatistas.
Así, siendo el PSN el segundo partido más votado –una parte de la Navarra no nacionalista-, se reparte el poder con partidos extraños como los separatistas. No engañe diciendo que eso es cogobernanza, porque faltan otros navarros. Ha preferido el poder, como beneficio del reparto entre algunos perdedores, al “merecimiento“.
Esto es como si tras unas elecciones, los partidos hacen otras entre ellos. Con esto el reparto está asegurado. Lo importante para la partitocracia es el poder, y, ante las dificultades de las mayorías absolutas hoy, un reparto del PSN con los separatistas impedirá siempre el paso a los regionalistas. En el PSOE predomina el “anti-IPN” y la ambición del poder. En echar a los regionalistas -en estos también distingo a los votantes de sus jefes-, todos por perdedores “anti” están felices. Y si encima hay pastel, pues maravilloso. Pues hay tajada para tiempo, porque, comenzando, aquí se reparte todo hasta que no quede nada por repartir.
Éste modo de acceder al poder, egoísta y tramposillo, el PSN lo esconde tras palabras como emergencia, eficacia, pluralidad y Navarra, donde se aplica el dime de qué presumes y te diré qué careces. No se lo creen ni ellos, pero al menos hay que parecerlo.
Este reparto tiene el agravante de ser esperpéntico con Navarra, porque los separatistas respecto a España no son simplemente “una opción más”. Todos se visten con piel de oveja para engañar a propios y ajenos y, así, esperar el resultado de sus designios en un plazo medio o largo. Y si encima sumamos a Bildu… el esperpento avanza porque ahora el radicalismo va pasito a paso, cuanto más largo el camino, más seguro… lo que nos indica hasta dónde se llegará.
Este reparto es posible sumando dos utopías en estado puro. El progresismo socialista para acaparar todo poder y generar nuevos “derechos sociales”, y su radicalización en Contigo Zurekin por un lado, y el nacionalismo disgregador por otro. Ambas utopías, como la liberal que trae las anteriores, van contra Navarra. En ambas utopías, la Navarra de siempre se convierte en algo circunstancial, y sus valores tradicionales, mantenidos durante siglos, en algo a erradicar.
En Navarra hay un profundo descontento y nadie está satisfecho, salvo quienes ansíen nuestra incapacidad y desilusión y piensen que a río revuelto, ganancia de pescadores, o a ver quién nos abre la puerta. No puede estar contenta la abstención porque “esto siempre va a peor”, o “lo que unos hacen otros lo desharán”. No puede estar contento el partido más votado por buen margen y a pesar de ello impedido para el poder. No pueden estar contentos quienes dan un codazo al anterior, y llegan al Gobierno como y con quien lo han hecho. Salvo que sean unos sinvergüenzas, como al parecer lo son. No pueden quienes, sabiéndose perdedores, reciben algo con mala conciencia. Salvo que no tengan conciencia, como parece que así ocurre. No pueden los muchos no representados por motivos diversos, pues no pocos quieren a los navarros unidos aunque sean diversos, y no partidos, encontrados y bloqueados en partidos estanco, cuando tenemos muchas cosas en común y pensamos igual en muchos temas del día a día.
Descontento que paraliza porque la verdadera política está en resolver los problemas reales. No pocas veces las desavenencias se deben a posturas nacidas de forma artificial, que pretenden ahondar las diferencias. Desde luego, la realidad no lo está en utopías ni ensueños que utilizan la cultura ideológicamente en clave separatista, sean sucursales de otras autonomías o de Madrid, y menos si se aprovecha un miedo latente de los “años de plomo”.
Descontento que paraliza porque la subordinación de la sociedad al poder deja los derechos y libertades, y la propia vida o principios innegociables, a merced de las gateras partitocráticas de los perdedores en las elecciones.
Descontento que paraliza porque aquí se reparte hasta que no quede nada por repartir. También la Sra. Chivite juega con lo vasco, juego que molesta profundamente a los que lo son de cuna y por ello con obligaciones. Y bajaremos los escalones del progreso con la sonrisita en la boca.
- “Aquí mando yo, aunque enconemos la Navarra dividida” A los separatistas vascos/malos vascos, ¿qué les importa enconar? En principio, la raíz y cimientos de Navarra es más fuerte que el reparto actual del poder entre un grupo de partidos tan diversos y aparentemente opuestos. Salvo que haya un engaño morrocotudo, al que nos están acostumbrando. Y aquí están de nuevo mis temores.
Ojalá, en un acto de honradez, los nacionalistas-separatistas que sean más navarros que nacionalistas, miren en adelante sobre todo a Navarra, que como la “serpiente de bronce” bíblica a todos aglutina y sana “desde arriba” y por elevación, sin predominio de unos sobre otros. En este sentido me dirijo también a los votantes socialistas, pues veo que sus jefes son imposibles.
A todos los navarros, con independencia de partidos, les une su amor a Navarra. Su original variedad en la unidad. Navarra como síntesis donde los montañeses, medios y riberos sienten al otro como el complemento que les falta para una vida común más plena, conservando cada cual sus peculiaridades, ofrecidas y vinculadas al otro, por lo mismo que es mucho más lo que une que aquello que les separa. Cincelados en el vaivén del hoy y el ayer, en el orgullo del solar, en la comunidad del hogar milenario, y el vive, deja vivir y ayudar a vivir a todos en los detalles de cada día. El desarrollo de la cultura navarra, sus clases populares tan unidas a su antigua nobleza, sus signos de identidad… es labor de los propios navarros, no de los Gobiernos, y menos cuando se reinventa la historia.