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Crónica del Acto carlista en el Cerro de los Ángeles, 2017

Carlistas llegados de diversas partes de España se han reunido para celebrar la festividad de Cristo Rey en el Cerro de los Ángeles (Getafe) el 25 de noviembre de 2017. Su presencia y empuje como sociedad es para exclamar: “¡Aurrerá!”.

Todos ellos han superado la tentación de darse a la fuga el  fin de semana, de pretender ante todo salir de la gran ciudad y romper la monotonía cotidiana… y de vivir una religiosidad hecha a conveniencia. Y la han superado por no confundir el saludable descanso familiar con el aislamiento y el  individualismo, por no olvidar la dimensión comunitaria de las fiestas religiosas, ni secularizar la fiesta de Cristo Rey, y por no olvidar la necesaria eficiencia tan ajena a lo que no es estéril. Cuando la familia es muy extensa debe abrirse a las demás para no perder a la larga mediante jirones.

En los ámbitos social y político, la secularización, el laicismo y las tentaciones señaladas pasan una tremenda factura, y han conducido a los católicos y españoles al mundo gris del desánimo y la paralización.

A cambio, estos carlistas, que representan a otros  que aún queriendo no han podido asistir y a la misma sociedad tradicional -de origen familiar-, han profundizado en la realidad que viven y se han propuesto prepararse para un mejor servicio. Esta preparación sólo puede hacerse conviviendo con los demás, dando y también recibiendo.

Las familias, delegaciones y Juntas de la Comunión no pueden aislarse. Este 25 de noviembre se han reunido de nuevo donde se unen cielo y tierra, y donde se goza el corazón de las Españas. Los asistentes han representado a todas las Regiones históricas de España (como antiguos Reinos para recobrar sus Fueros), desde el golfo de Cádiz al de Vizcaya, desde el Guadalquivir al Ebro, desde Ntra Sra. de los Desamparados hasta Santiago de Compostela, desde el monasterio de Yuste hasta Ntra. Sra. de Montserrat. Ahí estaba Ángel Armentia del Círculo San Prudencio de Álava, ahí José Miguel Orts de Valencia, ahí el Círculo San Miguel de Liria, el San Fernando de Sevilla y otros.

Con el empuje propio de quienes tienen respuestas, han celebrado la gran fiesta religiosa de Cristo Rey. Eso ha sido lo principal y más importante. También han hecho Comunión frente al individualismo perecedero, egoistón y estéril. La convivencia con muchos amigos y gente nueva nos ha aireado en un día precioso, soleado y gozando de una estupenda temperatura, pasándolo todos juntos como mejor. Para repetir.

Agradecidos a su vida y ejemplo, se ha recordado a don Vicente Febrer (Gandía), tan asiduo a nuestros actos, y a otras personas muy queridas y fallecidas recientemente.

La festividad de Cristo Rey había que celebrarla por todo lo alto, con un significado familiar, eclesial, y social… pero también marcadamente político dentro de una política tradicional y no liberal y partitocrática.

Esta celebración, colofón del calendario litúrgico, no enfeuda la religión en cuestiones políticas pero partidistas, sino que se recuerda que la sociedad y las instituciones políticas deben ser cristianas de verdad, sin ocultamientos ni cálculos que intentan levantar una casa sin cimientos. Quien ha enfeudado a la Iglesia católica en Italia, España etc. es la llamada Democracia cristiana que por ser liberal ha desembocado en anticristiana y corruptora.

Cristo es Rey de los pueblos, las sociedades y los poderes políticos: relean la encíclica “Quas Primas” de S.S. Pío XI. Ayer la festividad de Cristo Rey fue la respuesta a la secularización (liberal) y el  laicismo, al socialismo nazi (raza), fascista (cultura) y comunista (clase), al capitalismo salvaje, a la rebeldía estéril del anarquista. Y hoy como ayer, sin N.S. Jesucristo la sociedad se desmorona. ¿Es que no lo vemos delante de nuestros ojos? Por eso,  añadiendo la peculiaridad del caso español como pueblo y suprema potestas, España será cristiana o no será, como lo recordó Menéndez Pelayo, y, como Torras y Bages dijo para Cataluña: Cataluña será cristiana o no será. Es duro que los hechos nos den continuamente la razón, ante una sociedad convertida en periferia de sí misma, pero así están las cosas.

Corrupción, descreimiento, inmoralidad, separatismo…todo lo malo llega sin el Reinado social de Jesucristo. Los amigos de Somatemps saben mucho de esto, al promover la Catalanidad, Cristiandad e Hispanidad.

Los asistentes se han reunido con gozo en la Santa Misa celebrada en la ermita de Ntra. Sra. de los Ángeles, por cuya puerta grande han entrado las dos banderas de España y la españolísima de Cruz de Borgoña.

A la salida de la celebración religiosa de nuevo se prodigaron los saludos y las fotografías acostumbradas, prolongándose este gozoso ambiente en la comida celebrada en el bello salón del restaurante de Los Olivos (Getafe), donde se saboreó un variado menú.

El Bazar carlista ha estado en acción como siempre pero con nuevos  diseños. Otros han ofrecido sus loterías, revistas y folletos. El material gráfico es importante. Y que caiga la lotería, también.

Junto a la reunión de familias y el buen humor, los discursos de orientación política, de una política tradicional y no partitocrática o liberal. De una política carlista. Los mensajes que se han ofrecido no dan pie para el cálculo o la medida milimétrica del interés personal, sino para el entusiasmo y marcar el Norte.

Don Javier Garisoain Otero, secretario General, insistió en identificar todo lo bueno y español allá donde se encuentre, pueda expresarse, y surja en unos y otros rincones y plazas de nuestros pueblos y ciudades. Identificado y protegido todo ello de intromisiones desde la partitocracia, habría que aunar fuerzas para la acción. Y hacerlo sin muchas etiquetas, pues ya se sabrá quién sirve o quién se sirve de los demás. Por eso, en la mayor crisis de la historia de España como la que sufrimos hoy, es fácil empastar el desordenado  resurgir del alma española, como prueba lo que está ocurriendo en Cataluña, donde muchos están diciendo claramente, en voz alta y sin complejos, lo que son: muy catalanes porque españoles. Garisoain recordó la importancia de fortalecer las Juntas, la existencia de  delegados, y de preparar el próximo Congreso de la CTC a finales del año 2018. Para que tenga los mejores frutos hay que ponerse a trabajar en ello.

Por su parte, el abogado don Javier Pérez Roldán, impulsor de  numerosas  plataformas de acción social y jurídica, nos animó a fortalecer la sociedad, e indujo a todos a aportar sus saberes profesionales, a crear grupos y luego instituciones que protejan la sociedad de las intromisiones tiránicas del Estado. Con su buen hablar, sentido común y experiencia en este ámbito, captó enseguida la atención del público

Don Javier Zazu Lafuente, Secretario de acción electoral de la CTC, aportó su perspectiva en nuestros muy especiales días. Sus oportunísimas palabras, dichas con convicción y como saboreándolas a modo de grandes conclusiones políticas sobre la acción carlista, precisamente en un momento en el que la Revolución quiere a los carlistas divididos como siempre hizo cuando la tradición española puede resurgir con fuerza, fueron las siguientes:

Hay que volver al espíritu del 86 (1)

“Para ir seguros hacia adelante hay que volver la mirada atrás, y así, con la lección aprendida, caminaremos seguros adelante. Por eso, hay que volver al espíritu del 86, o al del 31.

Un amigo de Pamplona me decía ayer que, antes, las diferencias eran colectivas y que ahora son mucho más individualizadas.

Lógico, nosotros no dejamos de estar, aunque sea mínimamente, infectados del relativismo. Seríamos ángeles si no fuera así.

Cada vez vivimos más aislados, y nos marca la experiencia personal. Por eso yo cuento mis experiencias, mis vivencias, aunque intento centrarme en ver las cosas como son. Porque las cosas son como son.

* * *

Miro los modelos que algunos carlistas nos dejaron, que me dejaron, y os cuento.

Primero: Juan Padura.

Testamento político de Juan Padura. En su lecho de muerte, nos hizo pasar a Pepe Arturo Márquez de Prado y a mi a su habitación en el hospital, para decirnos: “En el Carlismo, hay que perdonarse. Después mirar hacia adelante, construir, colaborar, etc.” Primero perdonarse. Juan Padura.

Segundo: mi suegra Josefina Agurruza de Vives y mi admirado Vicente Febrer Forest.

Ambos hicieron vida en el “…y en todo caridad”.

Perdonarse y en todo caridad. Cada uno en su ámbito. También en política.

* * *

Hay que construir más sociedad y menos Estado desde el Nada sin Dios. Ese Dios que deja a los 99 y va a buscar a 1. Deberíamos hacer nuestro: No criticar. No quejarse. No defenderse

* * *

Hay que cargarse este sistema político: la democracia absoluta, y hay mucho trabajo por delante.

Por eso y con los modelos que he citado, vuelvo a decir: hay que volver al espíritu del 86 sabiendo que, como rezó Zacarías: Por la entrañable misericordia de nuestro Dios/ Nos visitará el sol que nace de lo alto/ Para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte./ Para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

Tenemos asegurada la victoria, pongámonos a ella.

Viva Cristo Rey. Viva España”

Conocí a don José María Pérez Beltrán, un caballero español de Cádiz (San Fernando), orgullosísimo como buen español de su familia y de su pueblo. Destinadas a ser emblema para el alma, sus palabras nos hicieron vibrar: muchas gracias don José María.

Está muy bien recordar que los carlistas son españoles por antonomasia, que existen muchos carlistas ocultos sin saberlo, que el Carlismo es la tradición española y que lo que no sea bueno no es tradición, como hizo Javier Garisoain. Está muy bien recordar la necesidad de rehacer la sociedad y de trabajar creando instituciones como hizo Pérez-Roldán. Es muy bueno decir que volvamos al espíritu de unión de todos los carlistas en 1931 y luego 1986. La vida es larga y el trabajo desinteresado a veces provoca roces tontos que no deben separar a los hermanos sino unirlos todavía más, como nos  recordó Javier Zazu. Bien está todo eso: es necesario. Pero palpar el alma es otra dimensión. ¡Qué bien lo hizo el caballero Pérez Beltrán! Sus palabras, menos políticas y medidas que las anteriores, con el halo de Valle Inclán y el ardor del sentimiento -los ilustrados liberales de la envidia y del desdén las llamarán palabras románticas-, palabras más rotundas que las anteriores expresando la fuerza del alma una vez configurada en la fé, la razón y las buenas costumbres…, palabras eficaces y con un mayor recorrido por sumarse el empuje plástico, fueron las siguientes:

 

En 2017 los carlistas siguen adelante con esperanza, y ante las dramáticas circunstancias actuales de España buscan la total unidad de aquellos que han sufrido algún desconcierto y hasta los efectos del cansancio, y la unidad de todos los españoles de bien hartos de manipulaciones, de secularización y de separatismos terroristas y golpistas, que todo y más es corrupción. Y ante la corrupción sólo queda el reinado social de N. S. Jesucristo tan del disgusto de los liberales resabiados y tan grato a los católicos españoles de siempre.

La presidente de la CTC Excma. Doña María Cuervo-Arango cerró el acto político. Sin duda doña María es el ángel visible de los carlistas, tal como la presentó José María Pérez Beltrán. Para ello, agradeció  a los participantes su presencia, animó al trabajo continuo, aplaudió el buen hacer de los correligionarios que trabajan en el españolísimo Principado de Cataluña, en los campamentos “Cruz de Borgoña”, en el “Foro Alfonso Carlos I” y allá donde se pueda echar una mano y mucho entusiasmo. La situación es de lo más dramática, pero los carlistas no debemos asustarnos, como no lo hicieron nuestros mayores. Encareció la virtud de la santa pureza a los jóvenes -que están más expuestos-, la fidelidad a la Iglesia y luchar “Por una España unida, una España foral”.

José Fermín Garralda. Pamplona, 29-XI-2017. Fotos: JFG

 

(1)  En el Congreso de la unidad celebrado en El Escorial en 1986 se unieron los tres sectores carlistas Comunión Tradicionalista, Unión Carlista y Comunión Católico Monárquica, que se habían mantenido y conformado paulatinamente después del Decreto de Unificación dictado por Franco en 1937, que rechazaron porque hacía desaparecer el Carlismo como realidad política, su organización y representación, incautando sus círculos sociales y culturales, sus más de sesenta periódicos y revistas etc. Los carlistas tendrían mucha más libertad en el IIª República que después de 1937. Sólo quedó en pie “El Pensamiento Navarro” por configurarse como una sociedad mercantil. Así, los carlistas ganaron la guerra pero perdieron en la paz. Sin embargo, luego vino el auge del Carlismo expresado en las romerías de Montejurra. Este resurgir fue tronchado de golpe con los inconfesables hechos ocurridos en Montejurra de 1976, como trampa mortal provocada desde altas  instituciones políticas para hundir el Carlismo, que era la única opción de la España tradicional de cara a la transición-ruptura política que se avecinaba una vez fallecido Franco en 1975. A ello se sumaba la filtración del Carlismo desde el marxismo soviético. Sabemos que las tres organizaciones citadas se opusieron a acudir a la montaña sagrada previendo los trágicos hechos que luego iban a ocurrir en mayo de 1976. Los carlistas fueron apuñalados por la espalda, pero no muertos. Un ministro dijo despectivamente por TV que el “Carlismo huele a sangre y telarañas”. Con estas puñaladas traperas del nuevo modo de hacer política, ¿todo se acabó? A Dios gracias, en 1986 los carlistas superaron sus divisiones, división que la Revolución ha buscado siempre. Pues bien, en 2017 los carlistas siguen adelante con esperanza y llaman a los propios y a los españoles de pro.

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