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5 de septiembre de 2023 0 / / / / / / / / / / / / / / /

¿Cuál es la única garantía de la unidad de España? (En un largo proceso que llega a su fin)

(Por José Fermín Garralda)-

Ofrecemos seis enunciados, con su pequeño desarrollo, que configuran el actual callejón sin salida de España y los españoles. Pero también y sobre todo ofrecemos la salida del atolladero disgregador y guerracivilista en el que nos han metido.

¿Quiénes nos han ido metiendo en tal atolladero? ¿Qué liberales utilizaron a los generales antes de 1876, fueron centralistas después, y tras 1978 engañaron a los españoles con las “autonomías”?

En realidad, el enemigo parece fuerte pero es débil, porque aún seguimos en pie. Sumemos todas las ideologías que ignoran qué es España. Primero, el Liberalismo nivelador y estatista, rupturista con la historia de España, centralista de un Estado unitario y finalmente de 17 autonomías. Más, la masonería que quiere una España permeable y segura en sus manos porque dividida. Más, los nacionalismos periféricos (disgregadores). Más,  el socialismo federalista, y el comunismo de la Unión de Repúblicas Soviéticas Ibéricas. Finalmente y más, el juego  tonto, engañoso y mentirosillo, del “café autonómico para todos” del sr. Suárez, de una Constitución pergeñada fuera de España, hasta hoy.

Y nos creímos que éste era el camino de la paz (aunque nadie estaba en guerra salvo ETA y los separatistas eran cinco). Pues bien, hoy este juego se ha transformado en la amenaza contra la unidad de España. Nunca hemos estado más cerca de la pérdida de la unidad. ¿Lo conseguirán? No lo sé, aunque los españoles son “algo” muy diferente a la partitocracia que votan: lo serán, sí, pero les votan. Luego son responsables. Pero, ojito ojo, en pensar en un nuevo centralismo, aunque sea moderado, pues sería reiniciar, tras un gran sufrimiento ,el camino del error. Lo que tenemos que hacer es tener la lección bien aprendida.

Los seis enunciados.

A Narváez, O’Donnell, Espartero y Prim, se le suman Martínez Campos en 1874, Primo de Rivera en 1923…

Primero. El centralismo territorial del Liberalismo, que quiso vencer a la España de siempre  -la sustentante, que no hay otra- representada por el Carlismo o tradicionalismo, genera separatismo espiritual y luego territorial. El centralismo liberal  hizo que  la soberanía abstracta de las Constituciones liberales se separase -ella y no al revés- de los lugares concretos por ser históricos, como por ejemplo el Señorío de Vizcaya.  Diga Vd. a un español que políticamente es un ente, o un voto… y le llamará filisteo o peor. Y con mucha razón.

Pues bien, dicho centralismo generó un separatismo de minorías (v. gr. los dislates radicales de Sabino Arana, y los que empezaron a rondar por Cataluña), utilizando para ello las exageraciones sobre lo propio, el cabreo contra el otro, impulsadas por el romanticismo y la ideología de un nacionalismo liberal venido de Centroeuropa, adoptado por dichas minorías (Engracio de Aranzadi, Prat de la Riba, Esterlich…). El centralismo liberal hizo mal, pero realmente el nacionalismo secesionista no tenía razón.

En España, cuando queremos hacer algo que no es lo nuestro -lo original español que es grandioso, irrepetible y novedoso ante los demás países-, miramos como críos inmaduros al extranjero. Y eso lo hacemos muy requetemal.

Segundo. Proceder de la total división a la federación formal… es camino de unión. Es el caso, por ejemplo, de las 13 colonias americanas que formaron USA tras la guerra contra la Corona inglesa. O los cantones suizos. Pero éste no es el caso de España, porque la vinculación histórica de los Reinos nada tiene que ver con la federación racionalista liberal, sino con los Reyes Católicos. Demostrar esto es otro trabajo.

Tercero. Las autonomías en la España de 1978 son federaciones encubiertas, a modo de pequeños Estados pero sin la palabra “Estado”, vinculados ente sí por ser delegación del Estado central -global- y también porque dicho Estado central conserva atribuciones en cada una de las autonomías.

¿Cuántas atribuciones?: las que por negociación política -ojo con esto, fruto de presiones de todo tipo- el Estado ha ido cediendo o delegando cada vez más… a algunos. En algunos lugares de España, los nacionalismos disgregadores que ocupan los gobiernos autonómicos, viven las autonomías como un separatismo espiritual y la tendencia que diremos a continuación.

Cuarto. Ahora bien, hay Regiones no nacionalistas que se van haciendo nacionalistas y avanzan en la disgregación con engaño y tiempo, dinero y presiones, y sobre todo con dejación del liberalismo, la manipulación de la lengua e historia por el poder político, y repartos del poder para llegar a él.

El nacionalismo se va confundiendo con la asunción de todo el poder político, todo se está reduciendo a poder materialista, y nadie que fuese “algo” en la historia va a querer quedarse atrás: Baleares, Valencia, Navarra. Luego vendrán otros. Pues sí, todo esto es de chiflados.

Aquí lo único que se quiere es tener PODER, cuánto más mejor. Nuestro gran mal es la ambición, fruto del pecado original, más el individualismo hispano y la soberbia el nacionalismo. La ambición por el poder y un ambición chulesca contra el otro, como críos de pelea de barrio.

Quinto. Proceder de las 17 autonomías a la federación formal (ni siquiera Nación de Naciones sino sobre todo Estado de Estados)... que es lo que quiere el PSOE, cae rotundamente en reconocer la separación espiritual (17 naciones), y pasa a un aumento sin igual del poder ayer autonómico y hoy finalmente federal.

¿Por qué? Porque la federación formal de pequeños Estados está en España (no en USA) en dirección a la tendencia disgregadora, es decir, la confederación y/o separación total. Y además los españoles somos lógicos, qué caramba.

Sexto. Los separatistas son más centralistas y jacobinos en sus tierras, que Madrid respecto al resto de una España centralizada. Es cuando las “ideas” colectivas se vuelven locas porque simplemente son pasiones desatadas.

En España, el ciudadano quiere que el poder que le controla esté bien lejos, para trampearlo. Pero ahora se ha colado en sus apreciaciones, no va a poder ser, ya por tenerlo muy cerca ya porque eso le viene bien al Gobierno mundialista.

De ahí que las ambiciones del nacionalismo separatista y disgregador en Euskadi y Cataluña, crecidas por la triste historia reciente, vayan a ser voraces, imperialistas, respecto a los territorios que les rodean. Esta ambición se suma al triste “prestigio” del miedo por el terrorismo etarra -la máxima indignidad-, y a la depresión colectiva por el golpe de Estado televisivo de Puigdemont -hoy fugado y necesario para el Gobierno del desleal Sánchez-, y de sus colegas, y la posterior traición frontal del PSOE en contra del Derecho y de España.

Los navarros, baleáricos, valencianos y aragoneses (Zaragoza), unos reinos milenarios que no van a renunciar a tener algo de “peso”, van a sentirse TENTADOS a sumarse a los grandes núcleos de poder. ¿Cuáles? Euskadi y Cataluña. Lo van a hacer cómoda o bobaliconamente si se dejan arrastrar por sus élites, si es que éstas se venden a sus vecinos imperialistas. Nos tememos que el PSOE/PSN de Navarra ya esté medio vendido.  Tribus, taifas, cantones, que no Señoríos, principados, reinos y coronas en la única Corona de España. ¿Reproduciremos de la “cuestión de los Balcanes”, las guerras balcánicas de 19012-1913 y de 1991-2001?

SOLUCIÓN. Ante esta disgregación y posible guerra civil -guerra feudal por partitocrática-, sólo el Fuero de raíz histórica y actualizado… es la única garantía de España y de su grandeza.

El Fuero -gobierne Vd. su propia casa como rey en ella- es garantía de unión institucional.

El Fuero es garantía de la unidad de la Nación española. De una Nación de procedencia y, además, vertebrada en la fe católica -no tenemos otra unión sustentante-, y en que cada persona sabe bien de dónde es y cuál es su vía de conexión con la familia real.  El bien espiritual -tan ansiado hoy incluso por los nacionalistas- nos configura, distingue, eleva y nos envía a América y a hacer grandes cosas en el mundo. Elija Vd. entre el aldeanismo separatistas o el universalismo americano y de más allá.

El Fuero es garantía de la subsistencia/permanencia social, y de la continuidad y progreso de España.

El Fuero es expresión y garantía del más sociedad y menos Estado, del principio de subsidiariedad, de las costumbres hechas ley de cada situación, y de la sustitución del Estado moderno por la suprema potestas.

¿Fueros?: sí porque son más Derecho (derechos propios y anteriores al Estado) y menos poder, son de siempre y no ocasionales, son de un mundo parcialmente ido -con elementos de derecho natural- pero subsistente -por tales elementos y por ser raíz Patria-,con el orgullo y nobleza de origen, que no un masa al servicio de sátrapas, muchos de ellos ignorantes y balbucientes.

 

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