De chica “guay” a blasfemia pública por un plato de lentejas
(Por José Fermín Garralda)-
También hay Via Crucis en Navidad. Triste camino de unos y nula comprensión de otros.
Asistimos al acto vandálico contra el Belén de San Lorenzo de El Escorial, cuyas figuras han aparecido decapitadas y cuyo decorado ha sufrido daños. Nos sobran las condolencias y queremos hechos que en adelante lo impidan. Estamos objetivamente hartos de tanta agresión antirreligiosa, ya casi sistemática.
Más doloroso sin cabe es la burla blasfema realizada en la TV1, en momentos de máxima audiencia como las doce campanadas de Nochevieja que traen el Año Nuevo. Responsables de ello, y que deben ser denunciados por los obispos los católicos, son la dirección de la Televisión Pública española, más la tal Lalachus y David Broncano que le acompañaba en escena. La mofa fue contra el Sagrado Corazón de Jesús, al que presentaron como la vaca que simboliza el programa Grand Prix de TVE.
En otro orden de cosas, nos enteramos que mons. Argüello escribe:
“Me entristece que con la coartada de la libertad de expresión y los excesos de las fiestas, TVE haga burla del símbolo del Corazón tan querido por todos los católicos. Lo más triste es que los responsables no son conscientes de lo que hacen. Una vez más la banalidad nos rodea”.
Querido monseñor, sí saben qué hacen: provocar y volver a provocar a los católicos. Sobre el grado de maldad teológica que tengan, no entramos, pues está en el juicio de Dios. Este dato teológico no permite suavizar el daño y la injusticia ocasionada, primero contra Dios y luego contra los católicos y la sociedad de bien. Abandonada la Unidad Católica, perdida la confesión católica de las instituciones políticas, en España ¿sólo nos queda aguantar lo inaguantable, la persecución religiosa que está minando directamente nuestra vida de fe? Pero tampoco es sólo banalidad, sino buscar la ofensa a los católicos para volver a ofender.
Todo ello es un suma y sigue a la permanente persecución de todo lo cristiano y católico en España. Recordemos que la mismísima secta está muy infiltrada en el PSOE.
Añadamos dos cosas.
Por la primera, se están reproduciendo todos los acontecimientos de la IIª República. Dios no quiera que se reproduzca la persecución sangrienta de 1934 y tras 1936. ¿Es que la alternativa del cristiano deben ser las catacumbas? ¿Es que un padre de familia puede aguantar la corrupción de sus hijos en la escuela, el extravío del ambiente, la sujeción de las leyes corrompidas y corruptoras… y no poder hacer nada para evitarlo?
Por la segunda, si no es banalidad -pues saben muy bien qué y por qué lo hacen- todo está, querido monseñor, muy medido. Dirán que los belenes provocan -al menos subjetivamente-, para que el ministro Bolaños diga después que por eso mismo todo aquello se debe regular. Dirán que las devociones públicas también son provocativas, pues hace pocos años se consagró a los españoles al corazón de Jesús. ¿Nos acordamos? Sí, la conocida secta tiene mucha memoria.
Traemos todo esto a colación, porque nos permite entender -al menos un poco- por qué el monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada es un signo y símbolo de:
* la resistencia de casi toda la sociedad a la persecución religiosa de la gran mayoría de la población,
* la resistencia a que las instituciones públicas arremetan contra la Fe católica y lo que ésta significa en todos los tramos de edad de la población, infantil, adolescente, joven, madura y los mismos mayores en su residencia de ancianos,
* la resistencia a que se lave el cerebro a los niños y jóvenes en la escuela y universidad,
* la resistencia a que se prohíban símbolos y expresiones religiosas más allá de la intimidad de la vida privada, y
* la resistencia también a la destrucción de los principios humanos más fundamentales, efectuada desde el poder y la misma ley. Ésta última ocurre en aquellos casos en los que, si por algún motivo muy grave la ley omite su dimensión punitiva, también omite el orientar ejemplarmente hacia el bien.
Si hoy ocurre esto, ¿qué no podemos entender de lo que ocurrió ayer? El error en la IIª República fue la violencia con la que realizaron la persecución, lo que hoy es mucho más sutil pero mucho más engañoso y peligroso. ¿No indica nada la caída de la vida religiosa entre los españoles en tan poco tiempo? Las expresiones de mons. Argüello de suavizar el marco de un gravísimo mal -los “pobres” son los ofensores, no los ofendidos-, como es la blasfemia pública y la ofensa directa a los católicos, despreciados social y públicamente, algo indican.
2 comentarios en “De chica “guay” a blasfemia pública por un plato de lentejas”
María
Parece que la alternativa, sí es las catacumbas. No hay más que mirar el santoral de cada día. Mártires reconocidos de todas para todas y épocas y el siglo pasado no fue escaso.
José Fermin
Hola, estimada María. A las catacumbas nos llevarán -si es que vamos- a la fuerza, pero no vamos creando nosotros voluntariamente el camino. Más bien diré que no hay líderes católicos, que pocos obispos son líderes, y que sus compañeros de la conferencia episcopal no les dejan ejercer. No me refiero a un liderazgo mundano, que es a lo que algunos quisieran convertir la Iglesia. Se ha impuesto el qué dirán y la falta una teología del católico resistente, e incluso de una teología del martirio. Lejos queda el himno de la Acción Católica, y de las juventudes católicas de España: “…ser apóstol o mártir acaso con el alma anhelante juré. Tenemos por símbolo la cruz redentora que es para las almas fuerza protectora….”. Así hemos llegado a donde estamos. No espero ayuda de hombres en la Iglesia, pero si en sectores de católicos comprometidos, cuya decisión es estrictamente personal e inspirada en los ejemplos “de antes”, esto es, “de tiempos mejores”. A ellos debiéramos de mirar. Eso creo. Y perdón por lo largo.