Decepcionante Congreso de Laicos (del 14 al 16 de febrero)
por Luis B. de PortoCavallo
Sin pena ni gloria, dominado por los sectores más liberales y progresistas de los entornos de las diócesis, se celedró el pasado fin de semana, el Congreso de Laicos impulsado por la Conferencia Episcopal y que, exceptuando una pequeña reseña en “El Cascabel” (TV13), ni siquiera los propios medios de la Conferencia Episcopal han “aireado”.
Las propuestas recogidas en un infumable documento, descargable, Instrumentum laboris, de 32 págs. (Instrumento de Trabajo para la prepararación del Congreso de Laicos)
[https://www.pueblodediosensalida.com/wp-content/uploads/2019/12/Instrumentum-Laboris_Congreso-de-Laicos.pdf],
está, repleto de ese aburrido y vago lenguaje de vocabulario vacío y sentimentaloide, con cursis “palabros” y confusos conceptos, al que nos tienen ya acostumbrados. Propone el “dialogo” con el mundo, “guiados” por tres supuestos principios: “Sinodalidad” (¡toma ya palabra!) -concepto muy propio de entornos protestantes-; “Corresponsabilidad” y en “Comunión” (“entendiéndola como “riqueza de la diversidadl” -a saber qué quiere decir eso-), llegando a la conclusión de que “Nuestra misión está en las periferias existenciales“; con loguito modernillo incluído y cancioncita, cuyo “fin de fiesta” es … un concierto musical pop:
«Misioneros 6.0»:
«18) Cada día somos más conscientes de estar llamados a ser minorías creativas …» [¿”minorías creativas”? ¿como si fuera un estudio de diseño? ¡Anda ya!]
«19) Hemos aceptado la autonomía de lo temporal y la idea de que la fe se propone» [¿dónde está el mandato apostólico misionero de conversion de las almas?]
«20) En este sentido, los nuevos tiempos traen nuevas preguntas, y somos conscientes que los cambios antropológicos y culturales que estamos viviendo se convierten para nosotros en retos. Por mencionar algunos de los más patentes, reconocer el papel de la mujer en la Iglesia constituye una prioridad. En relación con esta última cuestión, se considera muy positivo el mayor protagonismo que están adquiriendo las mujeres en coherencia con su dignidad de bautizadas, si bien se observa que queda mucho camino por recorrer.
»Somos asimismo conscientes de que hemos de ser capaces de responder como Iglesia, en palabras del Santo Padre, al clamor de los pobres y al clamor de la tierra. Situarnos del lado de quienes sufren, aquellos que están en las periferias existenciales, no es una opción. Tampoco lo es el cuidado de nuestro Planeta como casa común y obra de Dios, que exige de nosotros seguir profundizando en el significado de la creación. No podemos olvidar igualmente la importancia de la cultura digital principalmente, internet y redes sociales–, que vemos como un nuevo reto evangelizador». [Ni siquiera merece comentario]
Se habla del Reino de Dios como una especie de cumplimiento de anhelos personales en hombres y mujeres en una “cultura del encuentro“.
En definitiva más de lo mismo, mucha antropología, sociología, psicología barata, “fe sentimentaloide”, acomodarse al mandato del “mundo moderno”, del que parecen fascinados, queriendo hacer olvidar que no deja de ser enemigo del alma.
De soporte teológico moral, apologética, conquista del mundo por Christo y para Christo … Nada de nada.
“Testimonios” insanos y perniciosos, nada edificantes, de “gentecilla importante” (con “carguillos”), de democratas cristianos, socialistas y abortistas NO ARREPENTIDOS.
¡Y creíamos que la “teología de la liberación” estaba finiquitada! Pues aviso a navegantes …
Pobres gentes de buena fe, fiel al Evangelio de N.S., que asiste incrédula a la celebración de estos engendros.
¡¡¡Que daño hizo (y sigue haciendo) Mariten!!! y quienes le dan pábulo.