Degenerando…
(Por Javier Garisoain) –
Somos un colonia cultural. La industria del cine almodovariano, la de la telebasura, los montajes de ARCO, nuestros representantes en eurovisión o hasta el cartel de la semana santa sevillana… todo esta alentado y financiado por unos poderes que odian todo lo que sea típicamente español, porque saben que típicamente español es lo mismo que decir típicamente cristiano. Odian nuestra vieja Cristiandad, la de la Reconquista peninsular y la constructora de la civilización hispana. Y cuando muestras tu hartazgo o tu disconformidad te tratan de acallar arrojándote los estereotipos franquistas o los casettes del Fary. Como si no hubiera término medio.
Está pasando en todo el mundo, no sólo en España, cierto, pero “corruptio optima, pesima”. La ingente tarea civilizadora, evangelizadora y humanizadora de España no es una más dentro del mosaico planetario cultural. La Hispanidad fue y aún es la prolongación viva de la vieja Cristiandad. Por eso quieren acabar con ella. Sí, hay una lucha internacional contra todas las patrias, contra todos los trozos de la Cristiandad histórica, pero yo me duelo de lo mío, porque es lógicamente lo que más me duele.
Me duele por ejemplo que España no se retirara del paripé de Eurovisión después de aquel hito cultural que fue la actuación del Chiquilicuatre. ¿Qué más se podía decir a partir de aquel esperpéntico corte de mangas a la telebasura? Así es como seguimos degenerando y así es como van tratando de adulterar, a golpe de polémica, una tras otra, todas las manifestaciones del arte y de la cultura, las fiestas populares, los toros, la literatura, el deporte, la música popular, la milicia, el folclore, el carnaval, las cabalgatas de Reyes… y la mismísima Semana Santa. Así es como han llegado a colar en el escaparate sevillano una representación de Jesús que a muchos nos parece abiertamente homosexualista y blasfema. No se trata de tener la mirada limpia o sucia, sino de entender cual es el punto de la batalla en que hoy, en 2024, la ideología elegetebepé está desordenando la afectividad de los cristianos de la misma manera que en otras épocas nos la infectó el machismo pelagiano. Es verdad que incluso el alma más depravada puede crear obras de arte sublimes. Siempre he creido que nuestras obras, como los hijos, son libres y tienen vida propia. Pero en el caso sevillano la obra es mala, porque ha sido creada para desvirtuar una de las manifestaciones estéticas más probadas y consolidadas llevándola al redil de la estética aberrosexualista. Tampoco hay que dar demasiadas vueltas a estos asuntos. Basta con saber en cada caso a quién gusta y a quién disgusta el invento del mes para entender que estamos ante una sucesión orquestada de polémicas artificiales, una serie de golpes bajos que aprovechan siempre la debilidad de la cultura católica y que suponen una constante provocación en toda regla.
Tenemos mucho trabajo por delante. La lucha por nuestra liberación nos enfrenta a enormes poderes económicos e ideológicos. Ellos lo tienen aparentemente todo… menos la Verdad, el Bien y la Belleza que vienen de Dios. Ellos tienen a Satán. Se pueden llevar aún a mucha gente por delante, pero hagan lo que hagan están derrotados. Christus Vincit!