El atropello de Benny Hill
Recuerdo que Fraga Iribarne, presidente de la Xunta, iniciaba la presentación de resultados electorales con los obtenidos en su Villalba natal. Los contados votos de sus paisanos lucenses eran los primeros que mostraba, no porque le hubieran convenido – que también – sino para empezar con unas risas. Así es la noche electoral y otras muchas que se suceden. Sólo hay que ver el protagonismo de un señor con barba a lo Valle-Inclán en los reportes de los gacetilleros mientras sus señorías se ciscaban en la unidad española y sus leyes. El señor éste se refirió a la “sacra urna del señor Echenique” – qué de terribles majaderías juntas – y provocó el alborozo en los medios. Qué risas.
Y es que esto de las elecciones tiene un lado anecdótico y simpático. Viene a ser como si te atropellara Benny Hill. Vale, duele. Pero una vez que el daño está hecho ¿y las risas?
Cuando he podido, he consultado aquellos datos que más me afectan, como todos creo. El primero ha sido el resultado de las municipales en Callosa del Segura. Esa villa donde su señor corregidor tiene tirria a la cruz – a todas – y a sus vecinos que viven a la luz de la cruz. Creo que el coche de Benny Hill le ha pasado esta vez a él por encima. Ya no he visto más. Qué risa.