(Por Javier Garisoain) –
Así, con el lema de “Regálales el euskera y llegarán muy alto (al cielo)”, están haciendo propaganda de su particular catequesis los creyentes en el poder salvífico del euskera. No me digan que no parece un cartel parroquial. El euskera batua es -para esta secta euskadiana- la nueva divinidad, lo que por lo visto nos salvará de todas las adversidades y entre otras cosas del caos social que se avecina por unas ideologías que destruyen el cerebro y por una política migratoria suicida.
Algo tan loable como pudiera ser preservar la tradición vasca de nuestra tierra, o la defensa de una lengua minoritaria, lo han pervertido hasta convertir el viejo idioma vasco en un nuevo privilegio que te dará más puntos en las oposiciones; en un sello neoidentitario que te separará del resto de hispanos del mundo; en un elemento diferenciador que te hará ciudadano ejemplar de la taifa euskadiana de Bilbao.
Mi esperanza es que estos cartelitos terminarán cuando se acabe la subvención de euskarabidea y todos los demás chiringuitos ideológicos. Y entonces, ya lo verán, los únicos que defenderemos como ahora la libertad y la dignidad de las lenguas maternas, incluida la vasca, seremos nosotros, la gente tradicional.