Seguir el blog (Follow.it)Embajada de España en Camerún
Por Miguel Ángel Pavón Biedma
Esto de las Embajadas y Consulados es importante. Es la cara de nuestra España. El feo careto del empleado, pagado con los impuestos de todos, que recibe al ciudadano de turno, con la misma antipatía ante un español, un camerunés o alguien de otra nacionalidad, deja un rastro de generalización. Al final el que allí acude piensa que todos los españoles somos antipáticos y racistas. No le faltará razón si su juicio se basa en lo que se encuentra ante sus ojos.
En mi caso pedí ayuda por una niña española retenida, abusando de su infancia, por un grupo de camerunenses. Una niña que, probablemente, no tiene otro futuro que sufrir abusos sexuales o ser vendida a los doce años. ¿Y eso qué importa a nuestros funcionarios? Lo que sí importa son los salarios que reciben, por supuesto cuantiosos, a fin de mes, las vacaciones con viajes en clase VIP cada dos meses y otros detalles anecdóticos propios de gente desalmada. Me contestan qué qué quieren que hagan. Más bien debieran contestar qué más puedo hacer. En fin, no se puede pedir peras a un olmo y quien no ha adquirido principios morales desde su infancia no los adquirirá nunca. El señor Napoleón, y sus acólitos, puede seguir con sus andanzas. Al final la muerte nos llegará a todos y él tendrá su propio Waterloo y su propio exilio de Santa Elena que suele ser un ataud cerrado herméticamente, supongo que para que la mala sangre y los malos efluvios no se escapen de un espacio tan estrecho. Le preguntaron qué ministerio suprimiría. Dijo que el de Defensa. Yo diría que el de Asuntos Exteriores con todas sus embajadas, consulados y prebendas. En definitiva la justicia de Dios es más temible que la de los hombres y de actitudes inmundas poco se puede esperar o sí se puede esperar: carroña y desperdicio. Que Dios les bendiga con sus sobresueldos y vacaciones autoadjudicadas.