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Entrevista al matrimonio Sellas-Vila. Antonio Sellas: “la historia de cada persona se divide en antes y después de casarse”

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Hoy entrevistamos a los Sellas-Vila, una familia católica que destaca por su ejemplaridad. Antonio Sellas y Mª Lourdes Vila son de origen catalán, nacidos en la provincia de Gerona y actualmente viven en Sentmenat (Barcelona) donde llevan casados 28 años recibiendo la gracia de tener nada más ni nada menos que 12 hijos. Antonio es profesor de biología y química en el Colegio Corazón Inmaculado de María y entre sus familiares encontramos a varios antecedentes carlistas, como su abuelo, Manuel Sellas Cardelús (QEPD). Maria Lourdes es ama de casa, madre, administradora y el sin fin de diplomaturas necesarias para llevar adelante una santa familia católica como la suya.

Antonio, MªLourdes, ¿Cómo os conocisteis? ¿Cómo fue vuestro noviazgo?

Antonio: Nuestras familias se conocieron en plena transición y, viendo cómo los ideales de amor a Dios y a España en los que habían vivido desaparecían de la sociedad, buscaron un movimiento que los defendiera. Fue así como se afiliaron a Fuerza Nueva de Gerona y es dónde nosotros nos conocimos.

Nuestro noviazgo duró unos larguísimos cuatro años (que se nos hicieron eternos) y además vividos en la separación y lejanía por estar yo terminando mis estudios en Pamplona. Luego encontré trabajo en el colegio que el padre Alba había fundado en Sentmenat (y ya llevo 30 años en este puesto). Así, estando uno lejos del otro, nuestro amor se fortaleció, se fundamentó en nuestra fe, nuestro cariño y nuestro respeto mutuo. Esto era fruto de la fe que habíamos vivido en nuestros hogares.

Y por fin el matrimonio… y con él los niños. ¿A qué edad tuvisteis vuestro primer hijo?

Mª Lourdes: Así es. Nuestra mayor ilusión era que llegara ese día. Antonio me lo pidió al día siguiente de declararse y siempre tuvimos muy claro que ese era el fin de nuestro noviazgo. Cuando nos casamos, yo tenía 23 años y Antonio 27. Gabriel nació al año de casarnos.

Y luego vino el segundo, el tercero, el cuarto… ¿Siempre tuvisteis claro que seríais una familia numerosa?

Antonio: Como tú dices luego vinieron Jesús, Maria, Joaquim, Anna, Josep, Elisabet, Antonio, Santiago, Mª Lourdes, Núria y el pequeño, Rafael Maria , ¡el más travieso! Mucha gente nos pregunta por qué tantos hijos; si no es una irresponsabilidad. Nosotros les decimos que no medimos nuestro sentido de responsabilidad por el número de hijos que tenemos, sino por el amor que damos a cada uno de ellos.

Mª Lourdes: Cuando me casé pensaba que tendría los hijos que Dios me enviara, pero creo que nunca pensé que me enviaría tantos. Cuando nació nuestra hija Mª Lourdes mi madre me dijo “¡No serás capaz de pasar a tu madre!”, pues yo soy la quinta de diez hermanos. Pues sí, Dios lo ha querido dándome mis doce hijos, lo que me hace inmensamente feliz.

La llamada al cielo de vuestra hija Maria Lourdes tuvo que ser un golpe muy duro…

Lourdes: A veces me he preguntado por qué Dios nos envió a María Lourdes, con síndrome de Down. Nació con el corazón muy mal y después de operada, a sus ocho meses, Dios se la llevó al Cielo. Tenía una misión que sólo podía realizar siendo tal como era. Jamás pensé que pudiera tener una hija así, pero esos niños son un regalo del Cielo y me doy cuenta de que también en el sufrimiento uno puede ser realmente feliz, pues ella vino a probar nuestra capacidad de amar, vino a enseñarnos a valorar la sonrisa del que no puede valerse por sí mismo y nos retó a vivir de cara a lo que realmente vale la pena, y no de cara a las cosas materiales que se acaban. Aprendí a mirar con los ojos del alma y abandonarme a las manos amorosas de Dios.

Antonio: El vacío que dejó la muerte de nuestra pequeña María Lourdes es muy grande y nada podrá llenarlo nunca. Su recuerdo estará siempre con nosotros. La reacción que tuvimos, Maria Lourdes y yo, sólo se explica desde la Fe. Del dolor desgarrador pasamos a la aceptación gracias a las oraciones de tantos hermanos que nos acompañaron en ese duro trance. Y la paz vino lenta y suavemente a nuestras almas por la intercesión de nuestra pequeña. Yo creo que las familias que hemos tenido niños especiales, somos familias elegidas para ver el mundo de diferente manera, de ver el mundo a través de ellos, y darnos cuentade que la vida es un milagro que debemos agradecer a Dios constantemente. La llegada de Núria y Rafael Maria fue un consuelo para nosotros.

¿Cómo es vuestro día a día?

Antonio: Supongo que como el de cualquier otra familia cristiana, pero multiplicado (riendo). La mesa es “king size”, más platos, vasos, ropa de varias tallas, edades, sexos, temporadas,… peleas a la hora de la ducha, pero mucha alegría y nada de aburrimiento. Cada hijo que nos ha nacido nos muestra que Dios confía en nosotros y si, como dice san Bernardo, cada hijo es un peldaño para que los padres suban al Cielo, creo que tenemos una muy buena escalera.

Mª Lourdes: Ser madre te cambia la vida. A mí me la ha cambiado, y he salido ganando con el cambio, porque aunque mi día a día sea poner lavadoras (muchas), planchar, cocinar para 13, llevar a los niños al colegio en nuestro minibús de 15 plazas… por el sólo hecho de pensar en mis hijos, hablar con ellos, escuchar sus problemas, jugar y reír con ellos, puedo afirmar que me siento muy afortunada, puesto que, aunque la vida no haya sido un camino de rosas, cada hijo que Dios me ha enviado me ha hecho mejor persona.

Familia y trabajo ¿Son compatibles o habéis tenido que renunciar en algún aspecto profesional?

Antonio: Al ser profesor en el colegio Corazón Inmaculado de María que, como ya he dicho, fundó nuestro querido padre Alba, mis horaios y mis vacaciones coinciden con las de mis hijos, y esto facilita conciliar la vida familiar y el trabajo. Considero que ser padre de una familia tan numerosa no ha sido ningún obstáculo para mi desarrollo profesional. Incluso he tenido tiempo para dedicarme a otras cosas (charlas, trabajos, estudios, reuniones). Sólo hace falta un poco de organización y querer hacerlo. Los hijos no han sido un estorbo, más bien un estímulo.

Mª Lourdes: Mi profesión es ser ama de casa, lo que conlleva ser administradora, consejera, educadora, enfermera, psicóloga,…y como me gusta escribir, todavía tengo tiempo de escribir artículos para algunas publicaciones católicas (Ave María, Meridiano Católico, Blog Contracorriente). Y todo esto lo he elegido libremente, cosa que me ha llevado a “realizarme” como mujer. Me siento feliz de ser madre.

Alimentar a tantas bocas y llegar a final de mes parece imposible. Mª Lourdes ¿Nos puedes explicar algún secreto para ahorrar en las cosas de casa?

Primero confiar plenamente en la Divina Providencia, pues con un solo sueldo es difícil llegar a final de mes, ¡y a veces a mitad! Evidentemente buscamos las ofertas más ventajosas,gastar sólo lo necesario para vivir, sin lujos, la ropa de los mayores es la herencia de los menores. Y a pesar de que me gustaría llenar a mis hijos de obsequios, he comprendido que lo que tiene realmente valor es lo que se da de corazón. No es necesario gastar mucho para hacer felices a nuestros hijos. Con unos refrescos y unas pizzas celebramos los santos y cumpleaños ¡que son muchos a lo largo del año!

Además quisiera dar las gracias a Dios por los familiares y amigos que han estado atentos a nuestras necesidades y nos han ayudado y nos siguen ayudando.

Gabriel, uno de vuestros hijos, siempre me ha comentado que tenéis por costumbre rezar en familia. ¿Qué papel ha tomado la Religión en vuestra familia?

Antonio: La fe recibida de nuestros padres debe ser transmitida a nuestros hijos, así como el ejemplo de vida y fidelidad en el matrimonio que hemos aprendido de ellos. La Religión es, o debe ser, un pilar seguro en nuestra familia. Procuramos que todos los días se rece el Santo Rosario en familia, así como las oraciones de la mañana y de la noche. Por supuesto el domingo acudimos a misa todos juntos y procuramos que la misa diaria sea posible. Creo que si somos buenos cristianos, la vida espiritual de la familia será la suma de la vida espiritual de cada uno de sus miembros. Los mayores participan de diversas obras de apostolado, en especial los Jóvenes de San José y las Jóvenes de Santa María que se dedican a los pobres que viven en las calles de Barcelona, siguiendo la llamada del Santo Padre en este Año de la Misericordia.

Mª Lourdes: Antes de empezar el Santo Rosario tenemos la costumbre de hablar un poco con nuestros hijos sobre cómo les ha ido el día, procuramos que nos cuenten todas sus cosas, problemas, etc. y luego leemos un poco la Sagrada Escritura y buscamos en ella lo que Dios nos quiera mostrar. Por la noche, al irse a dormir, damos a cada hijo, con el beso de buenas noches, nuestra bendición como padres.

Traer al mundo a doce hijos es una Gracia, pero el educarlos católicamente, una proeza ¿Cómo lo habéis hecho?

Antonio: Dios, en su Divina Misericordia, ha puesto en nuestra vida la Unión Seglar de San Antoni María Claret que nos ha ayudado a avanzar por el camino de la santidad. Gracias al Colegio, los Campamentos, Colonias, retiros, ejercicios espirituales, etc, nuestros hijos aprenden a amar a Dios en primer lugar, y por ello a la Patria y a los padres. Evidentemente, sin esta inapreciable ayuda, nos habría sido muy difícil, si no imposible, educar a nuestros hijos en la Fe. Algunos de nuestros hijos han decidido formar parte de Comunidades del Camino Neocatecumenal, y esto también ha enriquecido la vida espiritual de nuestra familia.

Mª Lourdes: Ha sido una bendición del Cielo haber podido viajar en familia a Medjugorje y conocer los Mensajes que “supuestamente” la Virgen María dirige a sus hijos. La vida espiritual de nuestra familia ha experimentado un notable cambio desde entonces. En esta escuela de María hemos aprendido la oración con el corazón, la conversión, el abandono y la Paz.

¿Nos podríais contar alguna anécdota sobre vuestra familia?

Antonio: Una anécdota que se repite muy a menudo es la pregunta que nos hacen cuando decimos que tenemos 12 hijos, y es: “¿Ya os acordáis de los nombres de todos?” y la respuesta es también siempre la misma: “Tu, ¿sólo conoces y sabes los nombres de doce personas?” En otra ocasión, y al no creer que tuviéramos tantos hijos, una señora nos hizo “recitar” los nombres desde el mayor al menor. Desde entonces Mª Lourdes y yo llevamos una foto de toda la familia en la cartera.

Mª Lourdes: Cuando vamos a comprar es muy divertido ver las caras de las cajeras del supermercado cuando me preguntan si todos esos niños son míos y yo les respondo que me he dejado a la mitad en casa. Una vez una cajera se lo contó a otra que estaba dos o tres cajas más allá, gritando. Toda la gente que estaba por allí se volvió para mirar el “espectáculo” (riendo).

Por último, dirigiéndonos a aquellos noviazgos y matrimonios de recién casados que nos estén leyendo ¿Tenéis algunas palabras para ellos?

Mª Lourdes: Les diría que el noviazgo, que culmina en el matrimonio, son una escuela de amor donde aprendemos a perdonar antes de que el otro se disculpe, a ser generoso en la entrega y no fundar la felicidad en lo que se recibe, sinó en lo que se da con alegría, a sentirnos instrumentos en las manos del Señor y ver que es Él el que conduce nuestra vida y construye nuestra historia.

Antonio: Podríamos decir que la historia de cada persona se divide en antes y después de casarse, ya que es en ese instante en que dejamos de ser un solo ser individual, una sola persona, para convertirnos en un solo ser y tres personas: el esposo, la esposa y Jesucristo. Ese es el plan de Dios para el matrimonio. Nada hay más hermoso que el amor entre los esposos y el de éstos hacia los hijos, por ser el reflejo del Amor de Dios a los hombres; en otras palabras, nos convertimos en la imagen de la Trinidad en este mundo. ¡Jóvenes, vale la pena vivir un noviazgo y un matrimonio unidos a Cristo!

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