España real y rural o no es España
España está cincelada por el tiempo, sí,
pero también por Dios y por los mares.
Cabrá un mundo cósmico si quieres,
pero lo mejor son los pueblos pequeñitos
donde el hombre pasa inadvertido
y fija la mirada en los valles, las colinas,
los montes, las tormentas, las tierras cultivadas.
El trigo, la fresa, el olivo y la literatura misma
emanan de montañas y mesetas
a pesar del fuego de piromanos y locos.
Toda esta fiesta sucede aunque el español no esté mirando.
Y ese es el problema, que ya no mira ni al interior de su tierra
ni al interior de los ultramares transformandos ni a la selva.
El español hoy mira a los palacios.
Zarzuela, Moncloa, San Telmo o el que tu quieras,
pero palacios muertos con miradas muertas.
Yo prefiero la lluvia y beber la Providencia.