La Semana Santa y la República Infame
Muy FELICES PASCUAS ante todo. Los que creemos en el Dios de la vida sabemos que la muerte no es el final. ¡Sursum corda!
En cuanto a la muerte y la resurrección de esta España nuestra quiero expresar mi convencimiento en que lo que queda de España, la España tradicional, es cristiana y cree en la resurrección. Esta fe es lo único que hará posible una nueva reconquista.
Pasó la Semana Santa. Rabian los progres del mundo ante el espectáculo bellísimo que ofrece España sacando a la calle las imágenes de la Pasión del Señor. ¡Cómo se han tenido que callar una vez más algunos que desearían prohibir las procesiones!. No es de extrañar que surjan amagos siniestros que traten de boicotear, desprestigiar o desvirtuar esta realidad. Extraños sucesos, con ocho detenidos, en Sevilla; un ciclo de cine satánico en la Filmoteca de Cataluña; el conocido boicot del nazionalismo vasco a todo lo que suene católico y español… Pero España es mucho España. Y ni siquiera las miserias de la corrupción general o el acoso a los que estamos sometidos logran que España deje definitivamente de ser ella misma. No hay mas que ver cuáles eran los asuntos “trending topic” de Twitter de hace pocos días: El niño torero, los legionarios en el hospital y el cura absuelto de un caso de pederastia. Por alguna misteriosa razón en España a la gente le siguen interesando los toros, la legión y el clero… quién lo diría.
Y pasó tambien -a Dios gracias- la república y su 14 de abril. Los republicanos siguen con su mantra y con su empeño en rescatar la sectaria bandera tricolor. Para estos republicanos de pacotilla lo de menos es la forma de gobierno. Al fin y al cabo ¿no tenemos ya ahora una república coronada? ¿Qué más quieren? ¿Qué cambiaría realmente si en lugar de don Felipe fuera jefe del estado algún “jarrón chino” como Felipe González, o Alfonso Guerra, o el mismo Aznar? ¿O es que se trata de algo más que de cambiar el jefe del estado? Cada 14 de abril es una buena excusa para que los comunistas, dictadores hijos de dictadores, saquen a relucir su victimismo presuntamente democrático. Lástima que este año el Viernes Santo les haya robado todo el protagonismo.