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30 de mayo de 2024 1

El cambio climático es verdad

(por Javier Urcelay)

La popularidad de los tatuajes se ha disparado en las últimas décadas. Varios estudios han mostrado que por encima del 20% de la población adulta europea luce tatuajes, mientras que en Estados Unidos esta cifra se eleva al 30%[i]. Cuando yo era joven, esta práctica estaba reservada a los estibadores y tabernarios que frecuentaban los burdeles del puerto de Rotterdam y similares, además de a los piratas del Caribe.  Hoy los muestran futbolistas, famosillas y una legión de gente anónima que les imita en busca de una identidad personal.

Un estudio clínico observacional realizado por investigadores de la universidad sueca de Lund ha concluido que los tatuajes incrementan en un 21 % la posibilidad de padecer un linfoma maligno. Las conclusiones acaban de ser publicadas en la revista eClinical Medicine.[ii]

La tinta utilizada para los tatuajes frecuentemente contiene un coctel de productos carcinógenos, del tipo de aminas aromáticas, hidrocarbonos policíclicos aromáticos y metales. Según los autores del estudio, la técnica del tatuaje provoca una reacción inmunológica que desplaza la tinta del tatuaje más allá del punto de su aplicación, produciendo el depósito del pigmento del tatuaje en los nódulos linfáticos. El riesgo de que ello produzca un linfoma no se relaciona con la mayor superficie de piel tatuada.

Leo en la prensa de hoy que en la ciudad china de Hangzhou se construyó durante la edad dorada del ladrillo un edificio con capacidad para 30.000 residentes. Si ampliaran un poquito, cabrían residiendo en ese edificio los 35.000 habitantes que tiene Teruel. Pero para imponente la Torre de Dubai Creek Harbour, que se construirá en Dubái, y que se convertirá en el rascacielos más alto de todo el mundo, rozando el kilómetro de altura. Lo de la torre de Babel no iba tan descaminado.

Los dos conciertos de Taylor Swift en Madrid congregan una muchedumbre de 150.000 personas enfervorizadas. A una media de unos 250 euros la entrada. Nada para unos jóvenes, que sin trabajo y sin vivienda, asistiendo al concierto han tenido “el día más importante de mi vida”, según algunos entrevistados. Escenas de delirio colectivo en una masa humana ataviada con los outfits -es decir, vestimenta, para el lector sin idiomas- de su ídolo (o ídola, supongo que habría que decir), cuyas letras “cuentan experiencias de vida, con las que seguro te vas a sentir identificada” (Mujer 10 dixit), pero que ha pagado 24.000 euros por una noche de hotel. Vamos, lo que se dice una de los nuestros. En una de las fotografías publicadas en la prensa un joven -o una joven, porque no sabría pronunciarme- luce una camiseta con una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, pero con el rostro de la Swift. Significativo, por aquello de la intuición del esfuerzo de sustitución (de la religión y el orden natural), en que, en el fondo, consiste todo este tinglado del nuevo poder mundial.

Un amigo me manda también hoy algunos datos sobre los coches eléctricos: para fabricar la batería eléctrica de un Tesla, hacen falta 12 toneladas de roca para obtener 11,8 Kg de litio, 5 toneladas para obtener 6,8 Kg de cobalto y 3 toneladas para los 13,6 Kg de níquel…sin contar lo necesario para los componentes de manganeso, aluminio y grafito. La mayor parte de las materias primas proceden de China o de África (que es como decir otra vez China, pues no en vano el gigante asiático lleva décadas tomando posiciones en el continente negro).

El impacto medioambiental del ciclo de vida completo del coche eléctrico es formidable. Pero con todo, el problema son los deshechos, por el altísimo carácter contaminante de esas baterías una vez acabada su vida útil, y que nadie sabe qué se hará para desprenderse de ellas. Así me lo ha contado uno de los técnicos de producción de BMW, y así se lo traslado yo.

Los fabricantes de automóviles saben todo lo anterior, y que el balance final del impacto medioambiental del coche eléctrico será mucho peor que el del coche convencional. Pero, por lo visto, todos consideran conveniente que no se hable de la cuestión. Coche eléctrico para todos y así no hay calentamiento global. Solo se calentarán los bolsillos de los promotores de esta gigantesca tomadura de pelo con intereses geopolíticos de fondo.

Y para acabar la lectura de la prensa del día, ese periódico cada vez más indisimuladamente masoncete que se llama El Mundo, publica hoy que el negocio de los llamados clubs swingers , o de ”intercambio de parejas liberales”, ha crecido un 300% en los últimos años; sólo en Madrid hay 20 locales de este tipo. “La gente está desbocadísima, ha vuelto al sexo en grupo”, declara uno de los propietarios de este tipo de locales.

Oímos hablar mucho del cambio climático. Y hay negacionistas. Yo no lo soy. Se está produciendo ante nuestra mirada indolente y nuestra pasividad un gigantesco cambio de clima, del clima moral, en la sociedad actual, cuya dirección resulta al menos inquietante.

Siempre que sale el tema me acuerdo de lo que decía en misa de 8 aquél santo jesuita que era el P. Sánchez de León: “Hay pecados que sólo con la sangre se redimen”.

 

 

 

 

[i] 1. La fuente del dato son los siguientes estudios citados por los investigadores de la Universidad de Lund:
-Nielsen C. Andreasson K. Olsson H. Engfeldt M. Jöud A.
Cohort profile: the Swedish tattoo and body modifications cohort (TABOO).
BMJ Open. 2023; 13e069664
-Borkenhagen A. Mirastschijski U. Petrowski K. Brähler E.
Tattoos in der Deutschen Bevölkerung—Prävalenzen, Soziodemografie und Gesundheitsorientierung.
Bundesgesundheitsbla. 2019; 62: 1077-1082
-Sagoe D. Pallesen S. Andreassen C.S.
Prevalence and correlates of tattooing in Norway: a large-scale cross-sectional study.
Scand J Psychol. 2017; 58: 562-570
[ii] https://doi.org/10.1016/j.eclinm.2024.102649
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Un comentario en “El cambio climático es verdad

  1. I. Caballero

    Muy buen trabajo y documentado de Javier Urcelay.
    Del “cambio moral” hay que destacar y, en concreto sobre Taylor Swift su caracter ULTRA SATANISTA y de el 90% de todos los eventos musicales – el reciente de Eurovision es la prueba evidente – cuyo objetivo es una publicidad subliminal de Lucifer para que nos acostumbremos al “gran evento de la Bestia, 666” que se acerca a pasos agigantados.
    El promotor de este “cambio luciferino” es Israel y sus 140 organizaciones, sobre todo en EE. UU, que promueven el aborto, el divorcio, la eutanasia, la pornogracia, los “valores” LGTBI y todo tipo de perversidades.
    Sobre la estafa del clima que denomino “calentamiento mental” los datos de la universidad sueca son falsos puesto que por experiencia profesional y personal en la industria minera, las extracciones de esos metales necesarios para fabricar el VE, necesitan de cantidades MUCHISIMO MAYORES que las indicadas por lo que, a todas luces, lo que CONTAMINA un VE es infinitamente mayor.
    Escribo INFINITAMENTE MAYOR…. la estafa del clima es una evidencia.
    La falacia del CO2, otro tanto, el cambio del clima obedece a varias causas, la principal se explica por el movimiento de la Tierra que en su rotacion se inclina levemente provocando las variaciones de temperatura.
    Hay un modelo matematico hecho por un hombre de ciencia serbio hace unos cinco decenios que lo demuestra.
    Sobre el satanismo de los cantantes famosos adheridos a la Kabbalah de la Jabad Lubavitch, podéis leer, para completar este muy buen trabajo de Urcelay
    https://www.elcriterio.es/2024/05/17/lucifer-existe-y-sus-diablos-tambien/
    Viva Cristo Rey
    DIOS, PATRIA y REY LEGITIMO

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