Las encuestas electorales, insufribles y poco democráticas
(Por José Fermín Garralda) –
¿Por qué es molesto leer, este 28-IV-2o23, lo siguiente?:
Según una encuesta publicada en “La Vanguardia”, sobre los resultados electorales en el Ayuntamiento de Pamplona, UPN obtendría 8 concejales – PSOE, 7 – EH Bildu, 7 – PP, 2 – Geroa Bai, 2 – y Unidas Podemos, 1″.
¿Queremos decir algo sobre las encuestas? Pues sí. Las encuestas electorales: ¿Orientan y más o menos dirigen el voto?
¿Facilitan que finalmente, tras el recuento de cada mesa, no se recuenten los votos como está obligado por ley?
¿A esto último colabora la expectación dada en TV a los resultados la misma noche del día electoral?
¿Por qué a no pocos nos molestan las encuestas, ofrecidas ya antes del período electoral?
Sume Vd. que, el periodista que comunica la encuesta realizada por otros, da por hecho que una pretendida coalición separatista y socialista de Pamplona arrebataría el sillón de la alcaldía al partido más votado UPN. ¿Y por qué no se van a unir los separatistas y UPN? ¿O los socialistas y UPN? ¿O ninguno contra nadie? ¿O dejar al más votado? ¿Por qué no un gobierno de “concentración”? ¿Y de “concentración” sin enjuague de partidos políticos?
¿Por qué no todos unidos y no partidos? Muchas preguntas estas para que nadie las resuelva y menos se las plantee.
1.A la vista está, que las encuestas son la primera lanzada que recibe aquel a quien se le dice que, hoy por hoy, perdería las elecciones. Son un instrumento muy molesto y triste para el posible perdedor. Un instrumento de tortura, aunque siempre cabe que el perdedor comience a sumarse a otros perdedores para arrebatar las elecciones al/los supuesto/s ganador/es. Así suele hacerse. Habituarse a una política así, resulta
2. Pregúntenles a ellos, pero las encuestas desaniman totalmente a los nuevos partidos que aspiran a una representación política. Dicen que los partidos políticos se crean para ganar y que, si no es así, se crean para desaparecer. Dicen que en política, si no ganas algo, no existes. ¿Qué diremos a esto los extraparlamentarios? Pues que no, no es así, porque ahí está la Comunión Tradicionalista Carlista, que ni se desanima ni desaparece aunque algunos quisieran, a pesar de que hoy no sea capaz de presentarse a las elecciones, como otras veces lo hizo presentándose con éxito –aunque relativo-.
3. Las encuestas hacen una política subliminal, pues anuncian lo que por el momento sería real, sin aún serlo. Son un tobogán dirigido a curiosear, frivolizar, y sobre todo a crear una realidad futura e inmediata. Desde luego, nada garantiza que las encuestas estén bien hechas, incluso las del socialista Tezanos Tortajada del CIS, pues éstas sí que son pecaminosas. El recurso fácil o dialéctico es decir: pues haga Vd. otra encuesta, aunque sea una encuesta mentirosilla. Pues mejor va a ser que no.
4. Si los encuestados se olvidan de la ineptitud del gobernante, como los votantes del PSOE/PSN hacen al olvidarse de la nefasta gestión del PSE con ocasión de aquel incendio ocurrido en Navarra, la encuesta en cuestión arrastrará al mismo olvido a otros muchos. ¿Quieren los encuestados socialistas que nos olvidemos de la nefasta gestión del consejero Sr. Ramírez, el que tenía barbas y se hizo un selfie durante una visita a un lugar del incendio? ¿Recuerda el lector los chistes en la prensa sobre su ineptitud, acariciada por la pluma de Oroz? Pues también por esto deseamos que se cesen las encuestas pre electorales.
5. Más aún, ¿es coherente que quienes publicitan las encuestas encargadas, busquen animarnos como electorado cada cuatro años? Adormilados por el sistema durante cuatro largos años, ¿a qué vienen ahora enfatizando sobre el voto y las elecciones con mil encuestas? Si el sistema rechaza el mandato imperativo y el juicio de residencia, si vulnera la verdadera representación, si cae en la partitocracia y en los políticos profesionales… si conlleva la indiferencia y el desencanto y nos desanima del todo… ¿es coherente que quieran animarnos con encuestas de cara a las elecciones para que votemos? Si está mal que las encuestas pretendan promocionar la lucha partitocrática en las elecciones, porque la abstención no debiera de existir en una democracia real o participativa, que necesiten hacerlo, como lo necesitan, es algo escandaloso, porque refleja lo mal que se están haciendo las cosas en el sistema.
6. Si las encuestas sirven como indicativo de que nos valoran como personas, lo que consiguen es mostrar cómo nos desvalorizan. ¿Por qué? Dicen que votar es muy importante el día de la gran fiesta electoral, que confunden con la nacional; dicen que es entones cuando se decide la política y se ponen en práctica el entusiasmo que puede echar a alguien del poder… Pues bien, cuando las encuestas anuncian qué va a ocurrir dentro de un mes, ¿no cometen una enorme falta de respeto? ¿Ni siquiera los ciudadanos valemos para crear un suspense? Muchos creemos que, en un futuro no lejano, las elecciones se reducirán a una encuesta electoral. De hecho, cuando la partitocracia acepta la Agenda 2030, es igual uno que otro, arre que so.
7. Las encuestas se adelantan a los votantes, e inciden en su opinión. Y esto es lo que no debieran hacer. Son abusivas. Si el voto es tan importante y exige tanto respeto, no procede especular una y otra vez con él. Hacerlo no se lleva bien con el bucolismo democrático de aquel salvaje roussoniano bueno por naturaleza. Que no se lo cree nadie.
8. Las encuestas promocionan al hombre-masa. En realidad, en ellas la situación individual del votante es peor que la de ser un número. ¿Por qué?; porque este “nadie” que cada uno es dentro de la masa electoral, reducido a un número de estadística, es sustituido por el diputado autonómico y el concejal electo pero sin que la ley permita que dichos diputado y concejal queden sujetos al votante por el mandato imperativo.
9. La realidad se enreda y se enrarece cuando, interesando verdaderamente el voto real o final, nos preguntan una y otra vez los encuestadores qué vamos a votar. ¿Servirá para que nos lo planteemos? Pues mal está por influirnos en esto. ¿Servirá para que nos reafirmemos? Pues peor. ¿Servirá para que nos decantemos por algún partido? Pues que se vayan a la porra.
10. Hacer cálculos electorales aplicando la estadística, es atractivo y divertido porque demuestra “cuánto sabe Vd.”, que dice lo que ocurrirá. Lo que deja patente es el poder de dominio sobre la voluntad libérrima del hombre. Sin embargo, además de vanidoso, las encuestas sobre todo dirigen de alguna manera el voto. Lo que el sistema -los que lo mantienen y viven de él- tiene realmente miedo es a la abstención.
11. ¿Nos conformaremos con ser una ocasión para dar trabajo a los periodistas, que buscan materia prima para escribir, para hablar, vender o venderse, para entrar en el club de los creadores de opinión, para entretenernos y promocionar las elecciones, antes, en y después de éstas? Pues no nos conformamos. En el fondo, los medios de comunicación buscan clientes, vender periódicos y audiencia. Como es una manera de utilizar todo lo que de una u otra manera se mueve sobre la faz de la tierra, diremos que dejen de utilizarnos de una vez. Más aún, ¿y si los poderosos manejan los medios de comunicación a su antojo? Si somos inconformistas, si estamos cansados de la mala política y peores políticos, si no queremos ser utilizados, si encima las encuestas no fallan, y si los poderosos dirigen la política… ¿para qué votar
12. Llenos de encuestas, y con un afán loco de ver los resultados electorales la misma noche de las elecciones, se abandona el recuento de los votos hasta la eternidad, y se cierran las cajas con las papeletas para nunca más abrirlas y efectuar el recuento definitivo marcado por la ley. Aquí no hay recuento definitivo de los votos. Y lo que se meta en el programa informático tras el primer recuento de las mesas, ¿quién lo controla? El fraude consentido está a las puertas. Dentro de poco, una encuesta muy bien hecha será suficiente para legitimar al supuestamente elegido, sin necesidad de pasar por los colegios electorales. Pero, esto, lo comentaremos en otra ocasión.
¿Cómo se ha llegado a esto?:
13. Resalta que los partidos políticos se convierten en una maquinaria que lucha por el poder, previa división y encontronazo social, donde el “yo-partido” se sitúa por encima de todo si ganas a la vez que se transforma en felpudo si pierdes. No extraña que muchos de ellos mientan y engañen, sobornen y creen una clientela favorable a sí mismos. Dos vagos se ponen de acuerdo y se preguntan: ¿por qué no quitamos al trabajador lo que tiene? Díganlo el día del trabajo y a ver qué les dicen.
14. Los políticos profesionales de los partidos políticos tienen un excesivo poder, están muy tentados a alejarse del bien común, y a excluir a todos los que no les han votado. Y a sus votantes, también. ¿La Constitución?: pues un papel que todo lo soporta, ya los retorcimientos ya las decisiones de un tribunal constitucional finalmente adicto con el tal Conde-Pumpido.
15. Partidos que creen saber de todo, que tienen unos políticos fatuos, y que nos engañan y utilizan diciéndonos que los votantes también sabemos de todo, devalúan la política, que está por los suelos, porque que sabemos de todo no se lo cree nadie. Si sólo nos preguntasen de lo que realmente sabemos, otro gallo cantaría.
El observador (a pesar de todo, impertérrito)
ADDENDA:
Leo en Hispanidad este 11 de mayo de 2023 , comentando la encuesta que Tezanos ofrece sobre los resultados electorales de la Comunidad Autónoma de Madrid del presente mes: “Conviene recordar que antes de las elecciones de 2021, de la Comunidad de Madrid, la encuesta de Tezanos dio 10 escaños menos al PP y 10 más al PSOE de los que finalmente salieron, de tal manera que otorgó más posibilidades de gobernar a la izquierda que a la derecha.”