Luis Jáuregui Ayesa (+ con 104 años) mártir de la Tradición. Tercio de Navarra.
(Por José Fermín Garralda) –
“Al último requeté. Tus amigos”
Dejó memoria y sobre todo frutos tras fallecer en Pamplona con 104 años de edad, el 22 de enero de 2023. Al parecer es el último requeté de 1936, que con tantos miles como él en toda España, brilla como la estrella polar frente a tanto olvido voluntario así como mentiras. Nunca el tiempo borró las grandes hazañas, sobre todo las que tienen un profundo sentido religioso católico y hasta escatológico. Don Luis las hizo, y dio testimonio de la Cruzada por Dios y por España. Ante los cobardes, deshonrados y perros mudos, testigos como Luis nos llenan de fuerza para el bien. Él, un testigo y no mera idea, es quien de veras nos motiva ante la persecución actual.
En don Luis Jáuregui Ayesa (Echauri, 1918-2023), veterano requeté, saludamos a todos los navarros que hicieron la guerra transformada en Cruzada, y a los casi cinco mil de ellos que murieron en el Frente por Dios y por España contra el comunismo, y cuyos nombres están esculpidos en los muros del monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada, abandonado por el engaño culpable al que se ha sometido a los navarros y la claudicación de sus autoridades eclesiásticas.
Parece que Luis Jáuregui es el último requeté de la Cruzada de 1936. De familia carlista y siendo ocho hermanos, tres fueros al frente. El, con 17 años, se esforzó mucho para que le admitieran en la primera línea de combate. Hizo toda la guerra en el Tercio de Navarra, condecorado el 24-VII-1938 e historiado por Emilio Herrera Alonso (1974 y 2001) y Julio Aróstegui.
Participó en la batalla de Brunete (Madrid). Desde ahí les enviaron a liberar Teruel, cercado por el marxista Frente Popular, donde España resistía en el Seminario y la Comandancia. Luchó en esta durísima batalla, donde muchos murieron congelados a 20º bajo cero. Lo cuenta por extenso Jáuregui en la larga entrevista mantenida con “Diario de Teruel” (lunes 27-XII-2021). Estuvo a las puertas de la ciudad el 31-XII-1937, y si no entró fue por la tremenda nevada que paralizó todo. Ahí fue herido en combate con metralla junto al pecho la noche del 7 al 8-I-1938. Hospitalizado en Zaragoza, convaleció en Tolosa. De nuevo luchó en Madrid y luego en Extremadura. En la defensa de los montes Torozos (descrita por Carlos Etayo, 1990, 113 pp.+ 9), en el límite de Extremadura con Córdoba, de nuevo fue herido, esta vez en la pierna derecha (7 al 8-I-1939). Su extenso testimonio se lee en el imponente libro Requetés del dr. Pablo Larraz Andía y Víctor Sierra-Sesúmaga, y también lo contaba, orgulloso, a sus sobrinos.
Con 21 años y en Echauri, el 6-III-1940 solicitó el ingreso en la Hermandad (canónica) de Caballeros Voluntarios de la Cruz, fundada por el obispo Mons. Marcelino Olaechea Loizaga, teniendo –dice- “el inmenso honor de ser un Cruzado más en la gesta guerrera que comenzó el 19 de Julio de 1936, para la restauración en España del espíritu católico, base en la que se cimentó nuestra Patria, clave que explica su grandeza histórica y lema que ha sido, es y será, con la gracia de Dios mi guión de Caballero Voluntario”.
Después de la Cruzada, vivió en la villa y Corte, ganándose la vida como taxista y agente de la policía municipal, según “Diario de Navarra” (25-I-2023). Casó con Adelaida Mariezcurrena Itoiz, de Echauri, sin tener descendencia.
Jubilado, regresó a su pueblo natal de Echauri. Cuidó de la parroquia en labores de sacristán, en su limpieza, custodió las llaves… Facilitó la vida de fe de otros vecinos, atendió la catequesis, y distribuyó la comunión a los enfermos. Fue el suscriptor más antiguo de “La Verdad”. Hombre bondadoso, sencillo y muy afable, sonriente y campechano, fue muy de su pueblo y dio todo sin pedir nada a cambio. El 23-XII-2018, veinte pelayos y margaritas y 14 adultos, empezaron a visitarle a su casa, con boinas rojas y todo. La frase que más repetía él, después de que no hay cerezas como las de Echauri, es que Franco quiso al requeté como guardia personal –él estuvo entre ellos- porque no se fiaba de los demás para que lo defendieran.
El 16 de mayo de 2015, organizado por el veterano alavés don Ángel Armentia Salazar, el Centro de Estudios y Políticos “General Zumalacárregui”, el Círculo Carlista “San Mateo”, y el Círculo Tradicionalista Cultural –“San Prudencio” (Boletín “El Babazorro”), le rindieron un homenaje junto a los conocidos amigos Javier Nagore Yárnoz, Félix Andía, y Silvita Baleztena Abarrategui como margarita veterana. La Santa Misa se celebró en la céntrica iglesia de San Ignacio, y la comida y Acto de homenaje en el restaurante Bahía. Asistieron carlistas de Pamplona como Miguel Garisoain entre otros, Silvestre Zubitur de Leiza, J. J. Querejeta oriundo de Guipúzcoa y residente en Madrid, y el presidente de la CTC de Navarra. El diploma de don Luis, excombatiente del Tercio de Navarra en la Cruzada de 1936-1939, dice: “Los carlistas rendimos hoy un cálido homenaje por su participación y entrega desinteresadas a la Causa de Dios y de la Patria en los días cruciales y decisivos del Alzamiento-Cruzada Nacional”.
Mantuvo hasta su último día sus profundas convicciones. Reconoció la necesidad de la Cruzada por Dios y España contra el comunismo a las puertas en 1936, a la que se sumó con pleno convencimiento, y que el elevado espíritu religioso y patriótico de los voluntarios no podía ser manchado por los asesinatos de retaguardia.
Sin ánimo de revolver, y sabiendo que sólo el amor y el tiempo borra el dolor originado en el pasado, testificaba así: “Creo que aquélla fue una guerra defensiva; sabemos lo que sucedió en el año 1934 con la Revolución de Asturias y Cataluña, y lo que se estaba preparando cuando el Frente Popular ganó en el año 1936. Aquello hubiera supuesto el golpe definitivo, la revolución, el “triunfo del proletariado”, como ellos decían. / Me tocó pegar tiros y ver muchos muertos (…) salí a la guerra en conciencia. Otra cosa fueron los asesinatos en la retaguardia, los fusilamientos de gente a sangre fría, que nunca debieron suceder y que la autoridad debía haber impedido, pero eso no debe empañar el espíritu de los que salimos al frente” (Requetés p. 680-681). En Echauri no se tocó a nadie, y los únicos muertos fueron ocho del Frente y un claretiano asesinado en Cervera (Lérida), el beato Antonio Elizalde Garbisu (1).
A don Luis le asombraba la desmemoria a la que se ha llegado, y le entristeció tremendamente que el Parlamento de Navarra –presido por el tal Castejón, del PSOE-, condenase el levantamiento popular de 1936: “Una sensación de incomprensión absoluta de lo que en realidad se vivió, y de que muchos renegaban de sus mayores”. Los últimos dos años de su vida vivió en la Residencia de Padre Menni.
A las 17 horas del martes 24 de enero del presente, más de 25 carlistas, entre ellos los presidentes de la CTC nacional y el de Navarra, Silvestre Zubitur de Leiza, Sancho Guindano, Mª Pía Zazu, Javier Vives Agurruza, Pablo Larraz y muchos otros, asistieron con boina roja al funeral de don Luis en la iglesia parroquial de Santa Eulalia en Echauri. Un cielo despejado, bonito atardecer y mucho frío. La iglesia del pueblo estaba llena. En el altar lucía una hermosísima corona de laurel con la bandera de España y una sincera dedicatoria: “Al último requeté. Tus amigos”. Al final, el Oriamendi en la iglesia.
La familia, muy agradecida, nos contó: “Estuvimos el viernes viéndole y le pusimos unas jotas carlistas con el móvil. Al volver el sábado estaba ya casi terminal. Cuando llegó el hermano de la sobrina sacerdote de Madrid buscando todos como locos la boina. Murió sin encontrarla. Me he tranquilizado cuando he visto las boinas, gracias por vuestra asistencia. Qué corona de laurel tan bonita, a pesar de lo que pensasen todos los del pueblo estábamos íntimamente muy contentos. Dar de nuestra parte las gracias a los carlistas que han acudido de: Leiza, Zugarramurdi, Urroz, Pamplona, Zaragoza y a los que le hicisteis el homenaje el otro año. Qué gran consuelo ver que por lo que sufrió él en sus dos balazos en su vida, sigue en adelante. Dales de nuestra parte a todos los asistentes carlistas las gracias”.
En don Luis saludamos a quienes, en todos los sentidos, tantísimo mejoraron España desde sus cimientos, gracias a su trabajo y esfuerzo diarios, al buen gobierno que estimuló el desarrollismo llevado a cabo a partir del Plan de Estabilización de 1959, y a las generaciones posteriores, libres del comunismo, del estalinismo, de los separatismos y de la debacle, gracias al enorme esfuerzo de navarros como Luis Jáuregui, y libres de la incredulidad, la suma amoralidad incluso criminal, y ruina y total endeudamiento material actuales.
En vísperas de los mártires de la Tradición, Luis Jáuregui Ayesa, ante Dios nunca serás héroe anónimo y siempre te recordaremos.
José Fermín Garralda (Pamplona)
El beato Antonio Elizalde Garbisu (Echauri 4-I-1914 – Más Claret -Cervera, Lérida- 19-X-1936), claretiano (Misionero del Corazón Inmaculado de María, clérigo profeso) fue beatificado por el Papa Francisco en Barcelona (Sagrada Familia) el 21-X-2017, en ceremonia presidida por el Cardenal-Prefecto, Ángelo Amato.
Tomado de ” ‘El Babazorro’. Boletín del Círculo Tradicionalista Cultural ‘San Prudencio’ de Álava”, nº 192 (marzo 2023. Mártires de la Tradición). Dirigido por don Ángel Armentia Salazar. Un perfil similar y abreviado en “Siempre P’alante. Unidad Católica de España”, nº 16 (15-II-2023), 2ª época, pág. 14.