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Mandar llover

Tronco de un árbol | Free Images

“Tú a mandar llover” es una frase que se suele decir a quienes, en un grupo familiar o de amigos, pretenden imponer su criterio. Se basa el dicho en la imposibilidad humana de gobernar los accidentes climáticos.

Se ha celebrado el día mundial de la salvación del planeta. En todo el mundo se han realizado manifestaciones de jóvenes pidiendo a los gobiernos que eviten el cambio climático. Se ha pedido a los gobiernos que hagan algo equivalente a “mandar llover”, sin caer en cuenta el absurdo que ello encierra.

Está comprobado que la temperatura en la tierra va aumentando. Un gran sector de la opinión mundial lo atribuye a las emisiones de anhídrido carbónico. Y la opinión manipulada y generalizada cree que, reduciéndolas, se evitaría el calentamiento de la tierra.

Estamos convencidos que el calentamiento no tiene relación con las emisiones de CO2. Aunque afirmarlo nos cueste ser calificado como fascistas por quienes manipulan la opinión mundial. Porque la opinión, en este campo, está dirigida.

Anoche (23 de septiembre) en el programa televisivo El Gato al Agua, José Javier Esparza manifestaba que había pedido a tres científicos que acudiesen al programa a defender la opinión de que el calentamiento es independiente de las emisiones. Los tres se han negado por no exponerse a represalias.

Por nuestra profesión, nos hemos ocupado de la conservación del medio ambiente. Hace muchos años asistimos a un simposio sobre la materia. En el mismo habló doña María Teresa Esteban. Se trataba de la tercera mujer que, en España, había obtenido el título de Ingeniero Industrial. Hace unos meses nos sorprendió leer su nombre en la prensa. Afirmaba la independencia del cambio climático de las emisiones. Pera nosotros tiene mucho más valor la opinión de una colega que lleva toda su vida dedicada a la materia, que las consignas que se repiten en la prensa.

Nosotros mismos, no vemos la correlación entre emisiones y calentamiento del planeta.

Ya en nuestra niñez tuvimos una conversación con un anciano que nos decía que, en la suya, en los inviernos la nieve alcanzaba, en el pueblo, unas alturas mucho mayores. Nos lo decía en la década de los cuarenta del pasado siglo. Cuando las emisiones no tenían la importancia que hoy.

En el puerto de Orduña subsisten unos cipos de unos tres metros de altura a ambos lados de la carretera. Los colocaron cuando se construyó ésta (segunda mitad del siglo XVIII) parea marcar el camino cuando la nevada cubriera la ruta. Hoy las nevadas no llegan a los cincuenta centímetros.

Que se han dado cambios climáticos en la tierra es algo que no ofrece la menor duda. Quienes los atribuyen en exclusiva a las emisiones, no entendemos que no se den cuenta de algo tan evidente. Parece mentira que no se percaten de la existencia de Groenlandia. El nombre con que se la bautizó demuestra que era una tierra verde, cuando lo hicieron. No estaba cubierta de nieve. Se cubrió después y ahora se retira.

De esta manera los que manipulan la opinión mundial nos han metido en una campaña contra las emisiones. Nosotros también creemos que se deben evitar. Y en el ejercicio de nuestra profesión nos hemos esforzado en ello. Pero pensamos que las manifestaciones celebradas en todo el mundo son una prueba clara del grado de imbecilidad a que la Revolución ha llevado a la humanidad.

Quien inventó el dicho de “tú a mandar llover” no podía sospechar, ni de lejos, que un día se celebraría en el mundo manifestaciones para pedir un cambio de clima. Para forzar a los gobiernos que hicieran algo equivalente al “mandar llover”.

Carlos Ibáñez.

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