¿Qué azote de esclavo es peor, tras el “histórico” 23J?
(Por José Fermín Garralda)-
QUE HAY un enorme lío electoral y político en España, es evidente. Al menos hemos ganado en dos cosas: que sabemos algo más de cómo se desatan los males, y que ya no se puede engañar tan fácilmente. El lío político es más que suficiente para que, el ciudadano votante bien intencionado pero algo obtuso, se desenganche del actual “sistema”, y deje su absurda devoción hacia la Constitución de 1978. No tenemos que tratar mucho el tema de la Constitución cuando amenaza que viene otra peor, sino tratarlo para que, llegado o no ese momento, se pueda desechar el texto vigente. Ya en 1978 los carlistas advirtieron que ésta Constitución llevaba en su seno el desarrollo de todos los delitos, y anunciaban unos líos enormes como los actuales. No me alegro por estos males, sino porque de nuevo se demuestra que no podemos poner tronos a las premisas y cadalsos a las consecuencias.
Aún no se cuál va a ser el “nuevo” Gobierno. Ni me importa demasiado. Mal si es de Pedro Sánchez, y mal si es de Núñez Feijóo. Ambos son la Agenda 2030 por igual. Tampoco voy a inquietarme sobre cuál será. Menos aún voy a permitir que me ocupen la sesera los politólogos paniaguados y los periodistas, felices por tener trabajo y airear los asuntos internos de la partitocracia. Ni quiero darles ni un duro.
Lejos del psicoanálisis, voy a poner el ejemplo del ciudadano inocente azotado por esclavos, en el submundo y caverna de nuestra vida sociopolítica, recordando aquellos Apuntes del subsuelo sobre la vida privada de Dostoyevski, escritos por él mismo.
Hoy, los forzudos esclavos -el PSOE y PP son esclavos de sus errores- azotan a los ciudadanos libres. Pues qué bien. Son caimanes en el mundo de la fraternidad, la concordia y de maravillosos filántropos, y amigos de sus amigos.
Que nos azote dos veces seguidas, cada una de cuatro años, el mismo esclavo (PSOE), es más doloroso y humillante que si le deja al del PP que nos azote, si atendemos al perfil personal y circunstancial de ambos. Aunque, en breve, ambos serán igualitos.
En este desagradable trance, quizás prefiera de entrada al insulso Sr. Feijóo sobre Pedro Sánchez y sus frenéticos amigos. Aunque el daño sea casi el mismo, prefiero que el esclavo sea un morriñoso de apariencia algo distraído, a que sea el vanidoso, vengativo e insistente Pedrito Picapiedra.
Los políticos de la última “legislatura”, saben bien dónde nos duele, tienen una horrible mala uva contra lo católico y español, aunque ellos y la política del PP la tengan contra el hombre, imagen visible de Dios invisible. Encima, Sánchez se nos presenta con su comandita, que quiere volver a probar: las Barbies “mala-leche” Yoli y Montero, el Otegui amigo de etarras, el brutote Rufián, el Puigdemont que se las piró cobardemente para no ir a la cárcel dejando a los suyos “colgados”, y encima también el cretino Ortúzar. ¡Qué panda, Dios mío!. Muchos y malos. De cualquier forma… ¿pero qué se han creído estos que son y qué se han creído que somos?
Digo que malo es que los políticos de la última “legislatura” continúen azuzando con el “poder” en la mano, pues se crecen más todavía, rezuman vanidad a chorros, no se cansan de azuzar, y caen en lo peor hasta el recochineo. Son los amos del hampa. Menos mal que, al final, Sánchez va a ser apaleado por sus compañeros de viaje, y que los españoles somos más en número para sobrevivirles a todos ellos. Pero… ¿a costa de qué? De tránsito en tránsito, el nuevo Kerensky español es Sánchez, sucesor del Suárez del otro día, para consumar lo que éste empezó aún sin saber hasta dónde se iba a llegar.
Esto que digo no son propiamente valores morales ni religiosos, sino psicológicos y de mera subsistencia individual y subjetiva. Como asfixiante es que tu alcalde sea uno de EH Bildu, amigo de etarras. Que lo diga yo, quizás a nadie le importe. Pero se trata de la subsistencia de mucha gente “buenica” pero tontorrona por pepera, hundida en la miseria porque se lo han ganado; nos dan lástima porque la tontuna no quita la buenísima intención, ni a la inversa. Erre que erre, esta gente -muchos amigos nuestros aunque algunos ya han empezado a espabilarse poquito a poco votando a otros-, no ha querido entender que el camino político era muy requeteotro, quizás porque nadie se lo ha enseñado o bien porque, cuando estaban más receptivos, callamos nosotros que debiéramos decírselo. Es una gran pena que si ayer nosotros mismos tuvimos una verdadera preocupación política, parece que hoy hemos virado algo, ocupándonos de ella desde cierta lejanía, quizás demasiado preocupados -y con cierta razón aunque no muy certera- por los agobios familiares del día a día.
Si nada busco para que cambien a Sánchez por Núñez Feijóo, es porque son muy parecidos, pues se lo hemos oído a Mortadelo y Filemón. Pondremos cara de póker, y adelante.