¿Qué pretenderá Don Félix? Aprender en cabeza ajena
(El anónimo temeroso)-
Aunque ya se sabe cómo espían y tratan recientemente algunos medios, como Público, a aquellos que no les caen bien, voy a ofrecerles otro ejemplo de maltrato, pero en este caso es con nombre y apellido. No es la primera vez que lo hace cierto diario de Pamplona, pues lo hizo con los Caballeros Voluntarios de la Cruz y, en un artículo de opinión y con saña de juzgado de guardia, con otras personas.
Esta vez, un columnista de dicho diario aborda con soltura el controvertido tema de las tareas escolares en general y las de matemáticas en particular. “¿Qué tienes de tarea?”, es un articulito del 4 de marzo, que advierte cómo los hijos suelen poner en entredicho el saber de los padres al ser preguntados.
El tema es bueno, la página tercera es mejor, pero sin comerlo ni beberlo y como “gracieta”, don Félix abre otro tema muy serio que le lleva casi el 25% de los renglones -7 de 27-. Sin duda el lector alucinará en colores aún sin conocer los bochornosos errores de Don Félix. El tal Don Félix se expresa así:
“Y eso que aprobar la asignatura (de matemáticas) que impartía en el instituto de la plaza de la Cruz (entonces Ximénez de Rada) el sacerdote José Ignacio Dallo (azote del arzobispo Cirarda e ideólogo luego de la publicación integrista y ultra Siempre P’alante), sacarle un 5, que me voy del asunto, tenía mucho mérito”.
Más que “irse”, la rabieta se ha quedado. El lector verá qué le parece, pero yo me pregunto qué pretende don Félix -que así se llama su autor- con esto.
Antes que todo, ¿dónde se ha informado el autor sobre el sacerdote citado? Es para que le suspendan como periodista, porque don José Ignacio Dallo no explicaba matemáticas sino Literatura, y ejerció como catedrático de Literatura española durante toda su vida profesional. Más aún: ¿quién ha dicho a don Félix que era un profesor “durillo”, si aprobaban casi todos los alumnos, muchísimo más que con otros profesores por oposición? A pesar de la seriedad de las mentirijillas, conociendo el señorío de Don José Ignacio éstas son la parte menor del caso.
¿Qué parece pretender el articulista? ¿Será el juicio sobre las tareas de matemáticas un pretexto para descalificar a un santo y lúcido varón que ronda los noventa años de vida, un sabio y buen profesor admirado por sus alumnos? ¿Será para crear una mala imagen como un zascandil? Una ignorancia tan evidente, y una referencia nominal tan inusual y extraña, permiten iniciar la sospecha de cierta voluntariedad en el error y la trampa de citar al toro para otros temas. Espero que no se quiera preparar un escenario antipático y arremeter más si cabe contra la revista “Siempre P’alante” de la que don José Ignacio Dallo, sin subvención alguna, ha sido un excelente y eficacísimo director durante décadas
Pues sí, el párrafo de marras causa bochorno y vergüenza ajena. Si esto se dice de alguien en vida, en este caso de un ilustre profesor de casi 90 años, no quiero pensar qué se puede decir sobre los fallecidos si nadie les “defiende”. De ahí que estas líneas también sean un llamamiento a la responsabilidad ciudadana.
En segundo lugar, en relación con el quincenal católico navarro “Siempre P’alante”, el autor del articulito opinará lo que desee. Al menos deje a los demás comunicar con la libertad que él quiere para sí. Equivocado don Félix en lo anterior, de nuevo puede equivocarse al creer que el P. Dallo era el “ideólogo” de la publicación que critica -¿una apuesta?-, y al hablar de otras cosas que seguramente desconoce.
Articulito éste tan osado, muestra cómo algunos “pasan” de la veracidad de la información ofrecida, hacen de jueces y perdonavidas, y achacan a los demás sin motivo lo que ellos manifiestan ser.
Hagamos un llamamiento para “superar” en positivo este feo “affaire” de quien esta vez no ha mostrado profesionalidad sino cierta inquina:
1º Es de justicia que don Félix se disculpe ante don José Ignacio Dallo, que ya ronda los dieciocho lustros de edad quien tantos amigos tiene. No es la primera vez que dicho Diario informa en falso, aunque ahora sea por un columnista. Hacia 2016 tuvo un pleito, que perdió, con obligación de restituir.
2º Corrijamos la proverbial insolidaridad que hay en España, y no dejemos a nadie solo ante la manipulación y menosprecio.
3º Hay que prevenir, pues el error y la intención del momento se pueden desarrollar más tarde si todos guardan silencio ante el atropello público. Una elemental protección es dejar las cosas claras, cuando un medio de comunicación se extralimita de forma prepotente.
4º Sería una desgracia muy grande que el periodismo se convirtiese en un comisariado político.