Razones y contradicciones del Sr. Feijóo ante la ley de amnistía
(Por José Fermín Garralda)-
Si el Sr. Núñez Feijóo ha retratado muy bien la felonía del PSOE y Sánchez con la ley de Amnistía, en otras dice mal o no dice lo que debiera. Teniendo razones ante el golpismo del Sr. Sánchez, se contradice. ¿Por qué?
El jueves 30 de mayo el Sr. Núñez Feijóo fue contundente al denunciar que con la ley de amnistía los españoles ya son ciudadanos de segunda –como si antes de ella muchos no lo fueran por las leyes y gobierno-; que la repetida corrupción política, la mentira y el fraude electoral se han convertido en el patrón del Sr. Sánchez –como si el PP no mostrase una monumental cara dura al gobernar-; que unos poquitos socialistas han alzado la voz contradiciendo a todos los demás que en el Congreso obedecen a Sánchez, el amo que les mantiene –como si la partitocracia fuese otra cosa-; que la legislatura ha empezado y va a acabar en la ley de amnistía, sin recorrido ni dignidad –como si las mayorías absolutas del PP con su cheque en blanco hubiesen cumplido y hecho algo grande-; que la ley orgánica de Amnistía es un acto de corrupción política, pues en ellas unos políticos perdonan a otros a cambio de favores (un Puigdemont imputado de delitos de golpismo, terrorismo, económicos y malversación) – pero… ¿por qué los secesionistas y los amigos de terroristas están y siguen en la política y el Congreso en caprichosa y contradictoria reinterpretación constitucional?-.
Más aún, Sr. Núñez Feijóo ha espetado con acierto a la señora Nogueras que: “El 1’6% de los españoles (de Junts) le ha ganado al resto. ¿Sabe porqué? Por la ambición de un solo hombre”, o bien que una minoría impone sus criterios a todos los españoles (como si eso no fuese lo propio de la partitocracia y del sistema que nos gobierna)
Según Núñez Feijóo, la ley de amnistía es: “La victoria de la peor política: la que predica que se puede hacer lo contrario de lo que se promete y cree que no pasa nada; la de quien se atreve a negociar con lo que no le pertenece, y cree que no pasa nada; la de quien olvida a los catalanes que fueron agredidos y creen que no pasa nada; y de quienes reescriben la historia y creen que no pasa nada; y la quien es capaz de comprar una presidencia a cualquier precio y cree no pasa nada… ¡Pero pasará!. La igualdad, la justicia y el valor de la palabra no van a verse atenazadas sin consecuencia alguna. Jurídicamente y políticamente será cuestión de los tribunales y de la Unión Europea derrotar la ley de amnistía, y la derrota moral nos corresponde a la mayoría de los españoles. Votemos no, no a la desigualdad, no a los privilegios, no a atacar la separación de poderes, no a olvidar a los catalanes insultados, no a humillar a los funcionarios, a los policías, a los jueces que defendieron la democracia en Cataluña, no a la mentira, rotundamente no”.
Bien, pero destaco el que “Jurídicamente y políticamente será cuestión de los tribunales y de la Unión Europea derrotar la ley de amnistía, y la derrota moral nos corresponde a la mayoría de los españoles”. Parece mentira que al decirlo, Núñez Feijóo no advierta:
1º) que las instituciones del sistema actual son incapaces de evitar los males, como si pudiesen ser buenas cuando hemos llegado a este punto. ¿Puede ser buena una Constitución incapaz de impedir lo que ocurre, como el abuso de poder, el golpe dado al Estado en sede parlamentaria, el abuso de las oligarquías que dirigen al pueblo dizque soberano, y sobre todo del PSOE con el sátrapa Sr. Sánchez?; ¿la única solución final es lo que digan los tribunales… politizados desde 1978 por voluntad del sistema partitocrático? ¿La firma de don Felipe de Borbón no es límite al poder absoluto del Congreso por sentido común, evidencia general, e imparcialidad?
2º) que las instituciones del sistema actual sean las que generen buena parte de los males que se denuncian,
3º) el error de un tribunal constitucional politizado con la connivencia entre el PSOE y PP;
4º) lo indigno y vergüenza que es para la soberanía de España recurrir a la justicia de la UE para solucionar un problema límite doméstico;
5º) que la contundencia de Núñez Feijóo muestra que la ley de amnistía es para el PP mucho más importante que los problemones morales y religiosos como la destrucción del ser humano (aborto, eutanasia), la familia, la educación de los padres y bien del hijo… por los que hizo muchos menos aspavientos y tuvo palabras mucho menores;
6º) que la Constitución debe subordinarse a unos principios claros y fijos que sean externos y superiores al articulado constitucional, pero reconocidos por él, toda vez que buena parte de los términos del Sr. Núñez Feijóo son elevados y generales, y no se recogen en un articulado positivo que obligue al contrario a asentir. También por extensión, será necesario que la influencia externa y superior sea la del Decálogo y ley natural universal, garantizada por la Iglesia católica, sin caer por ello en el laicismo;
7º) la contradicción y maldad de un sistema en el que puede gobernar un mentiroso, farsante, traidor, quien ayer condenó la amnistía como anticonstitucional y hoy la aprueba como constitucional, pudiendo Sánchez gobernar y seguir gobernando al tener el apoyo –corrupta elección- del Sr. Conde Pumpido, presidente del tribunal constitucional.
La supuesta bondad de la Constitución choca con los pésimos gobiernos, con las leyes corrompidas y corruptoras, y con lo que estamos viviendo. Choca también con las tremendas acusaciones del Sr. Núñez Feijoo y de Abascal a los muñidores de la ley de Amnistía.
La Constitución ha generado los males que sufre España, y he aquí la pregunta final: ¿Cuál es el error fundamental de la Constitución liberal-socialista, ya se quiera modificar a peor ya se quiera mantener como está, que unos y otros le hacen caso cuando quieren porque en ella -¡oh la virtuosa!- todos caben?
En el s. XIX los liberales ponían constituciones y las tiraban de un golpe militar, y ahora unos mienten más que otros a los españoles… dentro de la Constitución y por ella.
Que sí, desengáñense: fuera de la tradición –todos menos los corruptos se acercan implícitamente un poco a ella- no hay solución. Si me preguntan por sus contenidos, se los extraeré de las contradicciones de los propios revolucionarios. Pero primero pregúntenme, que solo así muestran un interés digno de esfuerzo.
José Fermín Garralda