Seguir el blog (Follow.it)Resiste – Que alguien haga algo (nº 33)
Aparentemente es no hacer nada. Es estarse quieto. Pero qué difícil es permanecer, resistir o consistir, vivir a contracorriente sin tener un fundamento. En esta acción de cuidar los cimientos incide este “que alguien haga algo” de hoy. Porque resistir no es quedarse clavado como un espantapájaros sino reafirmarse, reforzar y reconstruir sin descanso todo aquello que nos ancla a los sanos principios.
Ante las ideologías hedonistas y relativistas, que juegan con las masas y la propaganda es de admirar el trabajo activo de quienes resisten para proclamar su visión trascendente de la vida, su ideal de familia y su amor a eso que podríamos llamar, simplemente, normalidad y sentido común.
Ante la odeada mentirosa de los manipuladores ideológicos de la historia, por ejemplo, hay que trabajar duro para afirmarse en la roca de la verdad histórica. Y ya sea con la leyenda marea negra que ensucia la gesta de la Hispanidad, o con la leyenda cuento chino separatista que crea generaciones de suicidas, es preciso dedicar tiempo y ganas en tareas de limpieza.
Ante los sistemas políticos perfectos, matemáticos, cuadriculados, encorsetados por una legislación omnisciente y tiránica al fin, ¡dichosos los que resisten en nombre de la libertad!
Fue el espadón Narváez quien dijo aquello de: “Gobernar es resistir”. Pero no. Lo que requiere capacidad de resistencia no es gobernar sino ser gobernado. Al menos es así cuando todos los gobiernos se han convertido en arietes del Nuevo Orden Mundial; de una amalgama bien financiada de ideologías contradictorias y dañinas.
Resiste. Busca tus raíces, arráigate, fundaméntate. Cuando te llamen radical y fundamentalista -según quién te lo diga- será señal de que estás construyendo sobre roca. De que estás trabajando en lo más básico y principal. Porque todo gran viaje contrarrevolucionario no comienza por un primer paso, sino por permanecer en tu sitio, preparado para el primer paso.